Empire II ( Defiance ) [ Finalizada ]

Episodio 73

— No tenemos mucho tiempo. — Dijo Lisa fríamente.

— ¿Le dirías a tu Lieja que estamos aquí?

— Póngase cómoda, Alfa. — Dijo Kara con un borde leve en su voz.

— Le haré saber que estás buscando una audiencia.— miró a los centuri, que formaban un semicírculo a la espalda de Lisa.

— Tal vez tus guardias quieran relajarse mientras se reúnen con la Viceregal. Estoy segura de que podrían encontrar compañía divertida en el bar.

Wilmar dijo bruscamente: — Acompañaremos al Alfa.

— Me temo que no será posible. — dijo Kara.

— La Viceregal sólo ve a los invitados privilegiados en sus habitaciones privadas. — Lalisa dijo.— Jennie y yo estaremos felices de encontrarnos con la Viceregal solas. Mis guardias se quedarán aquí arriba.

Los centuri retumbaron en silencio hasta que Jennie les dirigió una mirada penetrante, y se tranquilizaron. Comprendía su aprehensión, pero Lisa no podía ser vista como temiendo por su bienestar. Si alguien la hubiera atacado, ahora era el momento para que ella mostrara su fuerza. Y Jennie estaba absolutamente segura de que podría protegerla si llegaba a eso. Nadie le haría daño a su pareja mientras ella respiraba.

— Espera aquí. — Kara desapareció entre la multitud. Lisa se volvió hacia Wilmar.

— Ten cuidado con la esclavitud.— Ella bajó la voz.

— Especialmente con los más jóvenes. No habrán tenido la suficiente experiencia para darse cuenta de cuando están siendo capturados.

— Sí, Alfa. Pero Darren podría quedarse aquí, y podría acompañarte...— Lisa le rodeó el cuello con un brazo y lo acercó.

— Con Jisoo ida, lideras a los centuris. No dejes que te vean temer por mí.

— No tengo miedo por ti, Alfa. Pero es mi trabajo protegerte.

— Y lo harás. La entrada a la guarida de Ariana está detrás del bar. Coloca a los centuris para vigilarlo, y asegúrate de que no haya Vampiros bajando en vigor. Sus legiones serán jóvenes machos y hembras, probablemente vestidos como clientela de clubes. Busca a los que no se alimentan. Ariana no los permitirá hasta que ella lo haga, y eso no será hasta cerca del amanecer, cuando todos los Resucitados se hayan ido. Incluso el más poderoso de los Vampiros se vuelve somnoliento después de alimentarse, y Ariana no se hace vulnerable hasta que no haya peligro.— Wilmar asintió bruscamente.

— Sí, Alfa. — Cuando se volvió para instruir al centuri, Jennie dijo: — Estás muy familiarizada con la Viceregal.

— Antes del Éxodo, ella era nuestra aliada. No diría que ella y mi madre eran amigas, pero se mantuvieron unidas para mantener el orden entre los depredadores de Lilium. La he conocido toda mi vida.— Lisa acarició la cara de Jennie.

— ¿Hay algo más que quieras saber, Prima?

Jennie sacudió la cabeza. Podría ser una Were ahora, podría ser la compañera de la Alfa, pero había capas sobre capas de historia de Liliums que aún tenía que aprender. De una cosa, sin embargo, ella estaba segura:

— Llevas mi mordida, la de nadie más. No necesito saber nada más.— Lisa la besó.

— Ariana es también una excelente jugadora de ajedrez.

— ¿De verdad? — Dijo Jennie. — Que curioso, yo también.

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Camila miró por el espejo retrovisor. Merihan y Jisoo estaban medio tumbadas en el asiento trasero, Jisoo apoyada en una esquina, Merihan en sus brazos. El rostro de Merihan estaba enterrado en el hueco del hombro de Jisoo, y parecía estar lamiéndole el cuello. Sus brazos y piernas estaban tan entrelazados que Camila no sabía quién era quién. Ambas tenían los ojos cerrados, y ella podría haber pensado que estaban dormidas a excepción del dúo de retumbos que llenaban el coche.

No podía evitar preguntarse si Merihan iba a perder el control de nuevo, y si lo hacía, si Jisoo podía contenerla. Ella estaba muy contenta de ver Nocturne justo por delante y señaló un giro en el estacionamiento. Lauren se había quedado en silencio a los cuarenta minutos de distancia del Compuesto, y ahora le dijo a Camila como si hubiera escuchado la tácita pregunta de Camila: — Estarán bien. Una vez que Merihan se alimente, estará menos agitada. La llevaré a casa y dormirá hasta mañana por la noche.

— ¿Que pasa contigo?

Incluso en la oscuridad, los ojos de Lauren brillaron durante unos segundos como llamas bailando al borde del bosque, una tormenta de fuego que amenazaba con arder y engullir todo a su paso.

— Puedo esperar hasta mañana. Preferiría que te quedaras en el coche...

— De ninguna manera.— Dijo Camila.

Lauren sonrió, una expresión que Camila raramente había visto, y encontró el fugaz destello de incisivos afilados extrañamente y perturbadoramente erótico.

— ¿Qué?

— Si una de cada diez veces me permitieras terminar mi oración, — dijo Lauren en voz baja.— habría dicho que preferiría que te quedaras afuera, pero no puedo dejarte sola aquí.