Empire II ( Defiance ) [ Finalizada ]

Episodio 77

— Se sienten atraídos por la sangre de Cameron y el hambre de Merihan. — Lauren agarró a Camila por la cintura y tiró de ella contra su pecho.

— Bésame.

— ¿Qué...?

La lengua de Lauren llenó su boca, caliente y firme y exigente. El calor subió por la garganta de Camila e inundó su pecho, hirviendo el aire en sus pulmones. Sus pechos instantáneamente se hincharon, y sus pezones se arremolinaron. Ella gimió, delicioso hormigueo extendiéndose desde el fondo de su estómago profundamente en su núcleo. Ella saboreó la tierra y el fuego, el poder tan primitivo que sus mismas células se estremecieron. Se arqueó hacia Lauren y tragó con avidez. Tan bueno, tan espeso y rico. Tan fuerte. Sangre. La sangre de Jody.

— Oh, Dios mío. — Camila jadeó, alejándose del beso.

— Apresúrate. Dijo Lauren, sosteniendo a Merihan con una mano. Un leve chorro de sangre salió de la esquina de la boca de Lauren. La visión de ella provocó un hambre en el vientre de Camila.

— Merihan no puede controlar su hambre, y está emocionando a los demás.

— Que hicis...— Los ojos de Lauren se encendieron.

— Los derechos de sangre, ¿recuerdas?

Lauren agarró a Merihan, con Cameron aferrada a ella, y agarró el brazo de Camila. Las atrajo a todas en un pasillo estrecho y oscuro, lleno de vampiros.

— No mires a nadie. No disminuyan la velocidad.

Lauren caminó por el pasillo hasta la habitación donde Camila había presenciado por primera vez su alimentación. Jisoo las siguió, gruñendo a cualquiera que se acercara demasiado.

— Adentro. — Dijo Lauren, impulsando a Camila adelante y siguiéndola.

Una cama cubierta con una sábana blanca y lisa se alzaba contra la pared del fondo. Varias sillas mullidas y una alfombra eran los únicos otros muebles. Los candeleros de vidrio ahumado proporcionan una iluminación tenue.

— Nadie entra. — Le dijo Lauren a Jisoo, quien tomó un puesto junto a la puerta con la espalda contra la pared.

— Entendido. — dijo Jisoo, y Lauren cerró la puerta de golpe.

— Ahora. — Merihan jadeó, un gemido agonizado reverberando en la parte posterior de su garganta.

— Ahora.

— Debes mantenerla cautivada. — Le dijo Lauren a Merihan. — Voy a liberarla de mi esclavitud, y tendrás que mantener su mente. Si no lo haces, no te dejaré alimentarte.

— Lo intentaré. — Merihan jadeó. — Lo intentaré. Lo intentaré. La quiero. Por favor. La quiero tanto.

— Lo sé, pero debes aprender a ignorar el dolor. Siente su mente. Lee sus deseos. Alimenta sus necesidades y ella alimentará las tuyas. Si no puedes, no puedes alimentarte. ¿Lo entiendes?

— Sí. — Merihan se dobló, las crestas en su estómago se contrajeron espasmódicamente.

— Por favor. Déjame tenerla.— Lauren echó un rápido vistazo a Camila. — Siéntate en una de las sillas. Estarás a salvo allí. No te acerques a nosotras hasta que termine. No importa lo que veas, quédate lejos.

Por un segundo, Camila pensó en retirarse al vestíbulo. No le molestaba el hambre de Merihan ni la lujuria de Cameron, ni siquiera las miraba. Ella estaba viendo las llamas consumir los ojos de Lauren. Lauren debió de cortar su propio labio para sangrar en la boca de Camila, y ahora Camila no podía dejar de quererla. Ella la saboreaba con cada latido de su corazón. Había visto cómo Lauren se alimentaba de Wilmar cuando ella quería ser la única que la alimentara.

No podía ver a Lauren tomar a Cameron también. Los ojos de Lauren se encontraron con los suyos y se sostuvieron.<< No me alimentaré. >> ¿Oyó eso, o fue un eco, una mera proyección de su propio deseo? No podía pedirle eso a Lauren. Ella ni siquiera quería. Ella no quería que Lauren sufriera, y definitivamente no quería que fuera sin la sangre que necesitaba para sostenerse. La parte racional de su mente, lo poco que quedaba de ella, razonaba que Lauren la había llevado a la habitación para su propia seguridad.

No sólo eso, sino que Jisoo no podía vigilar la puerta de manera efectiva si trataba de evitar a los Vampiros que querían alimentarse de Camila. Así que se quedaría, maldita sea, y ella vería. Esta era la vida de Lauren. Si realmente quería conocerla, no podía ocultar quién era Lauren o qué tenía que hacer.

— Estoy bien. — susurró Camila y se acurrucó en una de las grandes sillas, colocando sus piernas debajo de ella y envolviendo sus brazos alrededor de sus rodillas.