Empire II ( Defiance ) [ Finalizada ]

Episodio 122

Lauren y sus Vampiros corrieron hacia el ascensor a treinta metros de distancia. Las balas sacudían el pasillo de la dirección de una escalera abierta por delante. Lauren sacó su arma, protegiendo a la Were en sus brazos tanto como pudo. La adolescente había dejado de luchar y estaba inconsciente o al borde de sucumbir a cualquier veneno que le hubiera sido dado.

— Déjenos tomar a la Were, Lieja. — replicó Halsey, moviéndose delante de Lauren.

— Vuelve atrás hasta neutralizar los que están en la escalera. Estarás más segura con las Weres.

— Demasiado tarde. Despeja un camino hacia el ascensor para nosotros, Rafe. — ordenó Lauren.

— Ahora saldremos.

— Sí, Lieja. — Halsey cortó las dos primeras figuras que estallaron disparando desde la escalera. Veinte pies. Lauren sacó a otro.

— Claude dos más.

A Diez pies. Halsey tomó una ronda en el costado y se tambaleó, momentáneamente tirada del equilibrio. Antes de que Claude pudiera entrar en la brecha delante de Lauren, una figura vestida de negro con todo el equipo de combate cayó a través del techo del ascensor y disparó a través de las puertas abiertas del ascensor. Lauren sólo tenía dos opciones, devolver el fuego y dejar a la Were en sus brazos desprotegida o pasar la Were a Claude antes de que las balas golpearan. Más rápido que las balas que viajaban hacia ella, Lauren empujó a Lena a los brazos de Claude.

— Cúbreme.

Sabía que sería demasiado tarde, pero levantó su arma y le disparó en la cabeza. Un cráter apareció en el centro de su frente al mismo tiempo que un geiser carmesí salió de su pecho. Ella miró fijamente la fuente de rojo, sintió su corazón vacilar. Demasiado tarde. Demasiado tarde para tantas cosas.

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— ¡Claude, asegura la escalera!

Halsey se arrodilló junto a Lauren. Los Weres, la mayoría en piel ahora, se agolpaban detrás de ella.

— ¡Lieja! ¿Qué tan mal está?

Lauren trató de atraer aire a sus pulmones. Un infierno agonizante rugía en su pecho, su visión vacilaba y una presión aplastante le hacía imposible hablar.

— ¿Un compañero de sangre? — preguntó Halsey con urgencia. — ¿Estás unida? ¿Dónde debemos llevarte?

Lauren reunió lo último de su poder, proyectando su voluntad con la fuerza de sus antiguas líneas de sangre. No podía haber error. Sólo quedan segundos. Tan poco tiempo. La eternidad se extendía ante ella. El costo. ¿Quién pagaría? No Camila.

— No. Nadie. Lleva mi cuerpo a la casa solariega.— Y entonces llegó la oscuridad.

Laisa preguntó: — ¿Qué pasó? — Halsey la miró fijamente.

— Mi Lieja está muerta. La llevaremos ahora.

— Espera un minuto.— Jisoo se arrodilló al otro lado del cuerpo de Lauren. — Ella se levantará, ¿no?

El rostro esculpido de Halsey se puso en duras líneas ilegibles. Su voz era fría, toda la arrogancia juguetona desaparecida.

— Esa no es tu preocupación, Lobo.

— El infierno no lo es. — Jisoo saltó sobre Lauren y gruñó en la cara de Halsey. — Ella luchó a nuestro lado. Ella salvó a Lena. Todos lo vimos. ¡Están disparando plata! — El dolor parpadeó en los ojos de Halsey antes de que se volvieran impenetrables.

— Ella no está unida a la sangre. La llevaremos ahora para el entierro apropiado. — Jisoo agarró el brazo de Halsey.

— Ella esta. Ella está unida. Y su compañera enlazada está en el Compuesto.

— No se ha hecho ningún anuncio formal. — dijo Halsey.

— No se ha dado aviso oficial. Mi Lieja negó un lazo. — Jisoo se volvió hacia Lalisa.

— ¿Alfa? Las he visto juntas. Sé que han intercambiado sangre.

— Lauren debe tener sus razones para negar el vínculo de sangre. — Dijo Lisa. — Pero si Camila es su compañera de sangre, merece estar involucrada.— Lisa tomó a Lena de Claude.

— Vamos a poner a todos a salvo. — Ella bajó su voz y gruñó a Halsey.

— La Vampiro viene con nosotros. — Halsey vaciló un segundo, luego Asintió cortantemente.

— Como desees, Alfa Manoban.