Empire II ( Defiance ) [ Finalizada ]

Episodio 106

Las manos de Camila llegaron a sus hombros, empujándola más abajo.

— Por favor. Tómame en tu boca. Hazme correr, y cuando lo haga, muerdeme. Dios, Lauren, muerdeme entonces.

— No. — gruñó Lauren. — Ya me has dado sangre hoy. No quiero tomar más.

— Te necesito. Por favor. Déjame sentirlo así.

Lauren no podía luchar tanto con la necesidad de Camila como con la suya. Besó el interior de los muslos de Camila, sus labios húmedos, su duro clítoris. Ella la saboreó, la bebió y finalmente la tomó en la boca. Los hombros de Camila saltaron de la cama, y sus dedos se clavaron en los músculos de la espalda de Lauren.

— Por favor, sí, por favor, sí. — Camila jadeó, una y otra vez. Lauren se vio impotente de negarle. La chupó, la lamió y presionó en su interior. Camila se puso rígida, temblando incontrolablemente y alcanzó el clímax.

— Oh, por favor, ahora. — Camila gimió.

Los incisivos de Lauren se deslizaron hacia abajo, y con cuidado, suavemente, perforó la amplia vena que corría por el interior del muslo de Camila. Una inundación de poder y placer irrumpió a través de ella. Ella soltó los erotostimulantes con cada tirón.

— ¡Oh, Dios mío! — Gritó Camila, sacudiéndose contra la boca de Lauren.

Lauren bebió hasta que ella fue lo suficientemente fuerte como para liberarse de la sed de sangre y se deslizó fuera, sellando las heridas en el muslo de Camila con varios golpes lentos de su lengua. Jadeando, se derrumbó, su mejilla contra el estómago de Camila.

— Te amo, Camila. — murmuró Lauren. Camila rió suavemente, acariciando débilmente el rostro de Lauren.

— Oh, Vampiro, oh, seguramente lo haces. — Las manos de Camia llegaron a sus hombros, empujándola más abajo.

— Por favor. Tómame en tu boca. Hazme correr, y cuando lo hagas, muerdeme. Dios, Lauren, muérdame entonces.

— No.— gruñó Lauren. — Ya me has dado sangre hoy. No quiero tomar más. — Te necesito. Por favor. Déjame sentirlo así.

Lauren no podía luchar tanto con la necesidad de Camila como con la suya. Besó el interior de los muslos de Camila, sus labios húmedos, su duro clítoris. Ella la saboreó, la bebió y finalmente la tomó en la boca. Los hombros de Camila saltaron de la cama, y sus dedos se clavaron en los músculos de la espalda de Lauren.

— Por favor, sí, por favor, sí. — Camila jadeó, una y otra vez.

Lauren se vio impotente de negarle. La chupó, la lamió y presionó en su interior. Camila se puso rígida, temblando incontrolablemente y alcanzó el clímax.

— Oh, por favor, ahora. — Camila gimió.

Los incisivos de Lauren se deslizaron hacia abajo, y con cuidado, suavemente, perforó la amplia vena que corría por el interior del muslo de Camila. Una inundación de poder y placer irrumpió a través de ella. Ella soltó los erotostimulantes con cada tirón.

— ¡Oh, Dios mío! — gritó Camila, sacudiéndose contra la boca de Lauren.

Lauren bebió hasta que ella fue lo suficientemente fuerte como para liberarse de la sed de sangre y se deslizó fuera, sellando las heridas en el muslo de Camila con varios golpes lentos de su lengua. Jadeando, se derrumbó, su mejilla contra el estómago de Camila.

— Te amo, Camila. — murmuró Lauren. Camila rió suavemente, acariciando débilmente el rostro de Lauren.

— Oh, Vampiro, oh, seguramente lo haces.

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La puerta del dormitorio opuesta a Jisoo se abrió y ella se puso en alerta. Lauren apareció usando pantalones oscuros y una camisa de cuello abierto gris pálido. Su mirada era aguda, y su piel brillaba. La Vampiro se había alimentado, pero Jisoo no había visto ningún anfitrión desde que los guardias escoltaron al hombre con el cabello oscuro hacia y desde el dormitorio temprano esa mañana. Lauren debe haberse alimentado de la humana. Jisoo apartó una oleada de celos. Ella no estaba allí por su propio placer, ella estaba allí para llevar a cabo las órdenes de la Alfa. Salvaguarda a Merihan, a la Vampiro Y a la humana.

Durante las largas horas de guardia, había logrado no pensar en quién alimentaría a la Vampiro cuando despertara con hambre, pero no había tenido tanto éxito en controlar su cuerpo. Al ver al anfitrión llegar esa mañana, oyendo los gemidos y los gritos de éxtasis, había provocado un frenesí casi tan intenso como correr con la Alfa. Sólo viendo a la Vampiro aumentaba su necesidad.

— Merihan no se ha movido todavía. — Dijo Jisoo bruscamente. Lauren asintió con la cabeza.

— Lo hará en cualquier momento. ¿Cómo estás?

— Estoy bien.

Ella no lo estaba, pero podía aguantar. La Vampiro era poderosa, y su necesidad impregnaba el entorno. Estando inundado con el aire cargado de feromonas en la guarida subterránea tenía a Jisoo llena y lista. Pero tenía mucha práctica absorbiendo ese tipo de estimulación, y ella no admitiría a esta Vampiro que ella palpitaba por la liberación.

— Vamos a ver a Merihan, entonces. — dijo Lauren, pasando a Jisoo sin comentar la húmeda capa de sudor sexual que cubría su cuerpo.