-Capítulo 4-
—S-sí —asintió Ten, mintiendo—, estoy preparado.
—Muy bien —le dijo—, te haré unas preguntas, lo único que debes hacer es responder con sinceridad.
El menor observo la placa de identificación del detective que estaba frente a él, Ji Min-seung, ese era el nombre del mayor, no aparentaba más de 25 años, pero las aparencias engañan.
—... ¿Qué relación tenías con Taeyong? —preguntó serio—, no te atrevas a mentirme.
El tailandés suspiro, era la tercera vez que le preguntaban eso en el mismo día.
—No éramos amigos —respondió tranquilamente, pero el miedo lo estaba matando—, no nos llevábamos muy bien, tuve algunos problemas con él.
—Escucha —se acercó el detective—, esto es serio, no salgas con mentiras, dime la maldita verdad.
—¿Usted cree que le diría esto si fuera culpable? —preguntó enojándose con ese idiota—, estoy colaborando, cuando ni siquiera tengo la edad para hacerlo. ¿Por qué me hacen esto? Ni siquiera acabe mis deberes.
El detective se restregó los ojos y volvió la vista a una carpeta que tenía abierta en la mesa.
—En ese caso —continuó—, dime, ¿qué fue 'exactamente' lo que escuchaste cuando Taeyong hablaba por teléfono?
Le narró todo lo que escuchó.
—¿Solo escuchaste eso? —preguntó Min-seung—, ¿no reconociste la voz de la persona con la que hablaba?
—No —Ten estaba un poco irritado—, simplemente deje de oír su conversación, porque es de mala educación escuchar a escondidas, al igual que incriminar a alguien falsamente.
El mayor sonrió ante la respuesta.
—¿Qué problemas tuviste con Lee?
La pregunta lo tomó desprevenido, su labio inferior comenzó a temblar y lágrimas amenazaron con salir. Pero intentó mostrarse fuerte.
—Él —comenzó—... me gusto un tiempo, pero eso fue un problema...
Admitió triste y enojado.
Min-seung acercó su asiento a la mesa, el tailandés logró llamar su atención.
—Nunca le dije lo que sentía —continuó Chittaphon—, pero él se enteró, después de ese día no me trato igual. Nunca más hablamos... hasta que un día, yo estaba en el baño y entró Taeyong.
Hizo una pausa para sorber su nariz, nunca le había contado de esto a nadie, se sorprendió a si mismo aún lastimado internamente por ese momento.
Después de suspirar una vez más continuó:
—Me dijo cosas hirientes, que no voy a repetir —sollozó—. Me golpeo, yo lo golpeé y terminamos teniendo una gran pelea. Casi me rompe la nariz y me dejó un ojo hinchado.
Le contó el resto, de como, casi todos los días, Taeyong lo acosaba y lo golpeaba "amistosamente". Ese chico logró que Ten borrará su sonrisa por un tiempo y que experimentará puro temor hacia el chico.
Le contó todo, excepto la parte en la que una vez por semana Taeyong y él tenían relaciones sexuales, era un detalle sin importancia, y a la vez, él nunca quiso eso. Le dolió que el chico que le gustaba lo obligará a hacer eso.
Cuando condenaron a Lee, sintió que al fin recibía lo que merecía, aunque no pudo evitar sentir un poco de pena.
Termino de contar un poco nervioso, pues temía que el detective Ji se diera cuenta que ocultaba algo.
—... esto a alguien? —el Sr. Ji había estado hablando, pero Ten no escuchó nada de lo que dijo.
—¿Puedes repetir la pregunta? —sonrió tímido.
El rostro del detective se torno ligeramente rojo, el tailandés no entendió porque.
—¿Le has contado esto a alguien? —repitió el mayor.
—No —negó—, ni siquiera a mi madre.
—¿Y tu padre?
—Bueno, él...mmm, nos abandonó...
Hubo un momento de incómodo silencio, pero rápidamente el detective se puso de pie, le indicó al pequeño chico que esperara un poco.
Chittaphon se quedó sentado exactamente veinte minutos, hasta que Min-seung regresó.