-Capítulo 11-
—Espera —le dijo el superior.
El menor se quedó de pie, mientras que el otro empezaba a hablar.
—Tus notas han bajado ligeramente —comentó el profesor—, quería saber si hay algo que te este distrayendo.
—¿Distrayéndome? —preguntó Chittaphon—, ¿qué podría distraerme en este momento?
—No lo sé —el maestro parecía fastidiado—, tal vez el Sr. Seo.
—¿Se refiere a John? No creo que él sea capaz de distraerme Prof. Lee. Yo lo distraigo más a él que él a mi.
El mayor se acercó a Ten y lo miró directamente a los ojos, eso hizo al tailandés recordar a ese fastidioso detective que lo iba a "ayudar", ahora no quería ni pensar en el nombre de ese bastardo.
—Porque —continuó el maestro—, si es que no entiendes algo —el superior miró al menor con una mirada flminante—, puedes preguntarme.
Bruscamente empujó a Ten contra el escritorio, el menor temblaba bajo el tacto del mayor.
El profesor acercó su rostro al del Chittaphon.
—Puedes preguntarme cualquier cosa —repitió el mayor mirándolo con los ojos entrecerrados.
El chico tembló, quería pedir ayuda, pero su voz no salía.
—¿Qué hace? —le preguntó a su maestro—, suélteme, no tiene derecho a hacerme esto.
El maestro no contestó.
Pero justo en ese momento ocurrió un milagro... alguien abrió la puerta.
—Chittaphon, ¿ya vienes? —era la voz de Johnny—... Oh My God.
—John —gritó el menor—, ¡ayúdame!
El joven Seo se acercó al maestro, el cual ya había soltado al estudiante.
—¿Qué cree que hacía? —preguntó enojado, nadie toca a su amigo—, eso no es algo que usted pueda hacer.
—No te metas —le respondió el maestro—, no es tu problema.
—Veremos si no sigue siendo mi problema después de poner una denuncia —contestó Johnny, tomando a su amigo del brazo y llevándolo fuera del aula—... ¿Estás bien?
—S-sí Johnny —sonrió el menor con lágrimas en los ojos—, estoy bien.
Fueron y almorzaron, pero el estadounidense ya no quería ir a ver a la persona que los aconsejaría, si no decidieron ir a poner la denuncia.
Fue algo un poco incómodo para Chittaphon, pero nada fuera de ese mundo.
Seo John hacía que las cosas parecieran terribles.
Chittaphon Leechaiyapornkul quería no hacerlo ver como un problema tan grande.
Cuando terminaron de contar la historia, les pidieron pruebas.
—¡Shit! —maldijo Johnny—, volveremos con pruebas.
Ten no sabía a donde lo llevaba su amigo, pero lo siguió, llegaron a la oficina del Director, lo que faltaba.
Este día no podía empeorar...
Solamente Johnny entró en la oficina, el tailandés se quedó esperando en la pequeña sala de estar que había ahí.
Estaba viendo las noticias en el pequeño televisor que había en el lugar, la verdad era algo aburrido.
Después de un tiempo, su maestro apareció.
Hizo un leve inclinación con la cabeza, y su vista se quedó en la televisión.
"¡Interrumpimos este programa con noticias de última hora!, el criminal Lee Taeyong ha escapado de la prisión, y se dice que buscará venganza, por favor este es un peligroso asesino, tengan cuidado con él. Intenté no salir de noche sin compañía..."
Chittaphon se puso de pie y sus ojos comenzaron a lágrimear.
—¿Le tienes miedo a ese? —preguntó su maestro refiriéndose a Taeyong—, no te preocupes, yo te puedo proteger.
El menor se sentó y angustiado sacó su celular, buscó la noticia, y sí... era oficial... Lee Taeyong, el asesino, acababa de escapar de la cárcel.
Maldita sea.