【𝕋𝕣𝕦𝕥𝕙】

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-Capítulo 7-

—¿Eres idiota? —le preguntó Kun a Chittaphon, cuando acabo de contarle todo, estaba enojado—, ¿por qué no me dijiste? Pudimos haber puesto una denuncia...

—Lo lamento —se disculpó Ten, avergonzado—, pero a te estoy diciendo la verdad...

Verdaderamente eres un estúpido —el mayor golpeo al tailandés en la cabeza tres veces—, debiste haberme dicho.

Rápidamente reemplazo los golpes por abrazos.

—Lo siento —repitió el menor, llorando.

—No puedo ni imaginar lo terrible que fue para ti... no te preocupes, te cuidaré ¿okay?

Asintiendo se separaron y juntos prepararon el lugar donde el invitado dormiría.

Cuando se hizo de noche, y después de ver varias películas se quedaron dormidos, ambos estaban cansados, en especial Chittaphon.

-

Se levantaron temprano, no despertaron a los padres de Kun, pues no quería molestarlos, el mayor preparó el desayuno mientras Ten se preparaba.

El distraído tailandés no había llevado su uniforme a la casa ajena, por lo que le tocó usar la ropa de Kun, quien había asistido al mismo instituto.

Era una enorme suerte que aun conservara el uniforme. Las mangas le quedaban grandes, pero nada que su amigo no pudiera arreglar, con algunos ajustes el uniforme quedó perfecto.

Desayunaron y pasaron por la casa de Chittaphon a recoger sus libros y su mochila.

La Sra. Leechaiyapornkul estaba aun dormida, por lo que no habló con su hijo.

Salió de la casa y subió nuevamente al auto de Kun, este último estaba preocupado por su pequeño amigo, no podía ni imaginar lo terrible que debió haber sido ser obligado a... eso.

—¿Seguro que estas bien? —preguntó el mayor—, porque si no, le puedo explicar a tu madre que te sientes mal...

—Estoy bien Kun —sonrió el contrario—, muy bien. Solo un poco cansado.

Conversaron un poco más hasta llegar al colegio.

El menor se bajó sin entusiasmó y se despidió, ingresó, pero lo detuvieron casi inmediatamente.

—Te buscan en la dirección —le dijeron.

Se dirigió hacia el lugar y tocó la puerta, al escuchar un pequeño "adelante" entró.

Hizo una reverencia a los tres superiores que estaban ahí: El director, Min-seung y otro al que no conocía.

—Buenos días —saludó—, ¿me buscaban?

—Sí —le respondió el director—, toma asiento.

Lo hizo.

No podría estar más nervioso.

Sentía que sabían que él no dijo toda la verdad, tal vez presentían algo, son detectives después de todo.

—Supongo que ya conoces al Sr. Ji —señaló el director, el estudiante asintió—. ¿Sabes quien es él?

Señaló al otro. 

Chittaphon negó con la cabeza.

—Es el Sr. Shim Dal-geon —señaló—, es un detective especial, contratado por las familias de las victimas de Lee Taeyong.

—Disculpe Director —habló Ten—, ¿qué tengo yo que ver en esto?

—Tendrás que acompañarlos —la sonrisa de su superior desapareció—, lo lamento. Hablamos con tu madre.

—Estas detenido por sospecha a ser un cómplice del cuádruple asesinato de Lee Taeyong —dijo el Sr. Shim.

—¿Qué? —no daba créditos a sus oídos—, esto no puede ser verdad. Soy inocente.

—Sr. Leechaiyapornkul —se estremeció al escuchar su apellido ser pronunciado por el otro detective—,  colabora, te dejarán en libertad pronto.

—Ni siquiera tengo la edad para ser detenido —se puso de pie tan rápido que se tambaleo.

—No hagas esto difícil —le dijo Min.

Se dejo llevar por los dos hombres, llegaron nuevamente a la estúpida estación, donde se tuvo que sacar sus malditas joyas de nuevo.

Odiaba todo esto, pero en especial odiaba a Taeyong.

—No te preocupes —le sonrió Min-seung—, esto es para descubrir la verdad, sé que no eres culpable.

【Criminal】|| 𝒯𝒶𝑒𝓉𝑒𝓃Donde viven las historias. Descúbrelo ahora