Cuidemos de quien nos enamoramos, puede ser una mala decisión en tú vida.
Kristinne es una joven, la cual ha tenido una vida poco usual, ella, enamorada de un hombre el cual no conoce, Tobias Forge, líder de la Banda "Ghost", dará todo por conocerle...
Llevaba un par de horas en el bar, había bebido más de la cuenta, al levantarme de la silla, mi mundo giró de manera brusca. Casi caigo al suelo. Hasta que un joven rubio, de gran tamaño, me sostuvo entre sus brazos. — wow, wow, jovencita ud si que no se puede mantener en pie—. Dijo soltando una carcajada. — hey claro que puedo caminar, mírame—. Le guiñe un ojo, mientras caminaba alejándome de él. De un momento a otro, siento un golpe muy fuerte en mi trasero, claro, me había caído, adiós orgullo frente al chico guapo. —Niña, no seas ilusa, estás muy borracha, ¿Necesitas algo?— dijo aquel guapo joven. —si, necesito olvidar a un tonto que se burló de mi— dije a punto de llorar otra vez. — tranquila, yo estoy solo en este bar, si quieres te acompaño aquí hasta que tú borrachera pase un poco...— me miró con una cara de pregunta. —¿Tu novio te engaño?— Niego con la cabeza. —Es solo, un mal hombre, un hombre que aparenta ser lo que no es—
Pasaron varias horas en aquel bar, Kristinne conversaba con Jeff, el joven rubio y guapo, tenían bastantes cosas en común, pero él tenía un detalle, era un hombre comprometido, con una bella joven Italiana.
—Y así fue como me comprometí,¿ Tú cuánto tiempo llevas soltera?— me mira con curiosidad. — aproximadamente unos 3 años— hice un mohín. —No creo necesario tener una pareja, me acostumbre a ser solamente yo— arregle mi cabello, mire el reloj, era hora partir al hotel. —bueno Jeff, fue un gusto conocerte, y gracias por cuidarme en estos momentos—. Le di una sonrisa sincera. —Pero, bella, te llevo y dejo en tu hotel, ¿te parece?.— negué con mi cabeza, no necesitaba de él ni de nadie. —te lo agradezco Jeff, pero sé cuidarme sola—. Camine hasta la salida del bar, en la calle no había ningún taxi, ¿Extraño?, claro que si, lo que tuve que hacer fue caminar hasta el hotel, una vez dentro de él, llegue a mi Suite, tome mi celular, mire la foto de Tobias, respire hondo y lance lejos el celular. — ¿Por que soy una estúpida, viaje tan lejos, gaste un dineral, para que Él me corriera de el lugar, con esa forma tan educada que encanta?— tomé mi cabeza con ambas manos. —Kristinne, ya no eres una niña, no deberías haber venido hasta acá por él— me repetía a mi misma, una y otra vez, me sentía la peor, tan ilusa, tan inocente.
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Después de llorar y cuestionarse, Kristinne se durmió, con ese dolor en su corazón, el cual, ella pensaba que enterraría a partir de el momento de conocer a ese hombre, Tobias.
