"Lo daría todo y más..." -•Tobias Forge•-

C10-. Noticia inesperada.

Había pasado una semana sin que Kris y Tobias supieran del otro, parecía que el tiempo pasaba muy rápido, ninguno se preguntaba nada sobre ambos. Hasta qué Tobias recibió una llamada.

—Dom, dime que tienes buenas noticias—. Dijo emocionado.
—Verás, Forge, yo creo que es mejor hables directamente con ella. Este es el único número telefónico que conseguí, así la comunicas prontamente. Pero cómo amigo; te recomendaría que dejes hasta aquí todo, es una mujer la cual no traerá nada bueno a tu vida.— Tobias frunció el ceño.
— Dom, cuéntame todo antes, no me hagas dudar de lo que pretendo hacer.— dijo en tono autoritario.
—Mira viejo, yo no soy nadie para tomar decisiones por ti, solo es un consejo, más bien advertencia.—
—Esta bien— comenzó rascar su nuca.  —Entonces solamente envíame la información, gracias y estamos en contacto, Bro—.

Tobias marcó el número telefónico hasta que...

—¿Bueno?—. Respondió una voz masculina.
—he, disculpa ¿Sé encuentra Kristinne?—. Consulto con duda.
—¿Quien habla?, ¿Para que la necesitas?—. Su tono de voz concentraba molestia.
—Soy Tobbe,un amigo, el cual conoció en su viaje a Italia.— 
A través del celular se escuchó una carcajada fuerte.
—Niño, Kristinne no está disponible ni para ti, ni para nadie, así que, deja de molestar—. Cortó el llamado.

Tobias palideció, con incertidumbres en su mente, decidió volver a llamar a aquel desafiante hombre.

—Te dije; deja de molestar—. Aclaró.
—hey, hey... solamente necesito saber algo, ¿Tú eres, Mateo?—. Preguntó acelerado.
—Así es, soy yo. Ahora, vete a la m*erda—. Gruño.
—Viejo, ya se que solamente eres su jefe. Preciso su número, ¿Me lo podrías facilitar?—.
Mateo río en forma sarcástica.
—Solamente su jefe— aclaró su garganta. —Soy su jefe, pero también, su pareja hace 5 años, así que vamos, deja de seguir a mi mujer.—
En ese momento, Tobias, quedó helado con sus manos húmedas de la impresión.
—Ella... me dijo que era soltera.— su tono de voz se volvió más baja.
—Ya ves, así como los hombres mentimos, las mujeres igual—. Reía. —Te enviaré una foto, para que veas, estamos mejor que nunca—.

—No quería ver eso, ¿Por que ella está vestida así?—. Consulto con una confusión inexplicable.
—también te ocultó que hace espectáculos para caballeros—. Se burló de él mientras reía.

Tobias corto el llamado de manera repentina.

—Ella me mintió—. Peino su cabello hacia atrás, mientras prendía un cigarrillo. —Kristinne, Kristinne, hubieras empezado por allí, ahora comprendo todo—.

Más tarde en el trabajo de Kristinne.

—Hoy debes hacer la escena de; soy una pobre mujer, solitaria, sin compañía, buscando un pit* con el cual  jugar—. Mateo, gruño entre dientes.
—¿Disculpa?—. Lo mire con extrañeza. —¿Que me tratas de decir?—. Me levante del asiento de mi camerino.
—La verdad, te fuiste de p*teria a Italia—. Se acercó a mi, de una forma peligrosa.
—Lo que yo haya hecho en Italia, es mi problema.— lo empuje con ambas manos. Pero él me sujeto de mis hombros.
—Hoy me contacto tú; "amiguito,Tobbe"—. Comenzó a apretar mis hombros. —Quiero lo llames y le digas que no te busque más en su p*ta vida.—
Había quedado helada de aquellas palabras.
—Lo haré, Mateo, solo facilítame su número y lo haré a penas termine mi show.— agache mi mirar y deje caer mi cuerpo en la silla de mi camerino.
—Así me gusta, mi reina—. Depósito un beso en mi frente. —Ahora, ve y haz lo que mejor sabes hacer.— salió del camerino, dejando una nota con el número de Tobias.