C6-. Cambio de plan.

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Kristinne arreglándose para su cita con Tobias.

—No puede ser que yo no aprenda— me dije —no debí aceptar esta salida, esto es muy FanGirl de mi parte, ya estoy bastante adulta como para tener este tipo de comportamiento—. Hice un mohín. Mientras gire mi vista hacia mi celular, estaba llamando Mateo, mi jefe, quizás está con ataque de histeria por mi ausencia, no contestaré.

7:30 Pm. Tocan la puerta dos veces.

—¿Diga?—. Me acerqué a la puerta.
—Señorita, soy su cita, vengo a recogerla como el caballero que soy—. Escuche.
—Ay, creía no vendrías—. Dije haciendo un puchero mientras abría la puerta.
—te ves hermosa, Lust—. Miro de pies a cabeza.
—Gracias—. Alce una ceja. Dandole la espalda para buscar mi cartera de la manera más sexy posible.
—Eres una bomba, jovencita—. Dio una mirada lasciva.
—Lo se, Señor Forge—. Reí mientras salíamos caminando.

Una vez en el restaurante del Hotel.

—No deberías perder tu valioso tiempo con alguien como yo, Forge–
Miró extrañado.
—¿Por que te desprecias tanto? Eres una mujer muy bella y...— no lo dejé terminar su frase. — Todos dicen eso,Forge, nadie ve mi interior, solo la belleza y las otras cualidades.—
—claro...cualidades que atraen— sacudió su cabeza. —lo siento, recuerda que soy hombre, pero no solamente eso es importante.—
Ladee mi cabeza sin entender.
—Quiero decir— aclaró su garganta. —la forma en la que llorabas ayer, me dejo desconcertado, ¿Podrías contarme la razón de eso?—
Agache mi mirar. —bueno, Forge, lo que sucede es ...— Interrumpe. —Tobias, dime, Tobias— dijo, mientras su mano derecha acarició mi mejilla con delicadeza. —Bueno Tobias, veras, no me ha tocado fácil en esta vida, desde los 18 años yo estoy completamente sola, mis padres... ya no sé de ellos desde ese entonces. Tuve la necesidad de trabajar en muchas cosas, pedir dinero prestado, alojamiento en lugares que no eran adecuados para una chiquilla de esa edad, la razón por la que arranque de mi familia fue, porque mi madre siempre me maltrató, un día me golpeó tanto que...— comencé a sollozar. —Me dejó inconsciente y cuando desperté en el suelo, me levante, mire mi cara... estaba deforme, lo que recuerdo fue que me golpeó con algo de metal—. Tomé un pañuelo y seque mis lagrimas. —lamento haber tocado el tema, pequeña— dijo Tobias, con una mirada de pena. —No quería hacerte recordar eso, pero ya pasó, estás bien ahora ¿Si?—. Asiento con mi cabeza.
— estoy tan bien pero tan sola, Tobias.— Él tomó mi mano, al mantenerlas entrelazadas, me fijé en su anillo de matrimonio, que tonta fui al no recordar que estaba casado. Rápidamente quite mi mano y levante de la mesa. —debo irme—.
Tobias me miró de manera confusa.—¿Que sucedió?—
—Tan solo, esto es incorrecto, tú eres un hombre casado y no quiero tener problemas—. Él soltó una carcajada. —Lo dices por la argolla, oh claro, tú no sabes, yo me separé hace dos años, es más, nunca nos casamos, con ella realizamos una unión espiritual y cómo las cosas no funcionaron, fue más fácil—. Tomé asiento mirando a los ojos a Tobias, con muchas preguntas en mi mente. —Entonces, ¿Por que aún ocupas ese anillo?—. Alce una ceja.
—Lust, tú sabes cómo son los medios, hablarían muchas cosas, especulaciones, etc. No quiero que mis hijos se imaginen cosas—.
—¿Ellos no saben de tu separación?—. Cuestione.
—Si, lo saben, pero no quiero confundir más sus pequeñas
mentes—.

Después de comer unos finos platos de comida Italiana, conversaron, rieron y olvidaron el amargo momento ocurrido el día anterior. Después Tobias dejaría a Kristinne en su habitación.

—¿Cuando te veo, pequeña? — dio una sonrisa cordial.
—Tobias, no creo necesario vernos otra vez, todo se soluciono— me encogí  de hombros.
—vamos, aprovechemos el par de días que estaré aquí, ¿Si?— negué con mi cabeza.
—No, Tobias. Todo será mejor así.—
Él quedó completamente helado. Mientras yo entraba a la habitación, giré mi cuerpo y me despedí agitando mi mano.

Kristinne sabía que su amor por él era irreal, ella sentía cosas pero él no. Que inmadura de su parte.

—Por más que quieras, no puedes aceptar otra salida con él— me decía a mi misma. —es hombre, igual a todos, no te valorará—.
Estaba cansada, quería estar en mi hogar, necesitaba distraerme en el trabajo, quiero salir de aquí.
—una baño de tina caliente solucionará esto— comencé a cantar, mientras me sacaba mi vestido para entrar al baño, coloqué unas velas, las encendí y proseguí a conversar con él, mi guía de vida.

—Tú eres mi fiel compañero, sé que me cuidas, eres mi única familia— hablaba sola, mientras mantenía mis ojos cerrados. —añoraría fueras mío por siempre, "Nostro dis pater, nostr' alma mater". —. Enjabone mi cuerpo, mientras le cantaba unas canciones.

Después de un rato, Kristinne cayó rendida ante el cansancio, se durmió con un peso menos de encima.

"Lo daría todo y más..." -•Tobias Forge•- Donde viven las historias. Descúbrelo ahora