C12-. ¿Eres tú, Kris?.

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Era de mañana, Kris ya había despertado. Preparo desayuno, ordeno el departamento y se acercó al cuadro de huéspedes, allí estaba Tobias, dormido de una forma muy placentera.

—este es mi momento—. Entre con cautela, necesitaba un mechón de su cabello, con eso bastaría. Tomé la tijera con cuidado me acerqué a él y corté un poco cuidadosamente. —bien— dije murmurando.

12:30 pm

Tobias despertó más tarde de lo habitual.

—no puede ser, que tarde es—. Exclamó, mientras buscaba ropa en sus maletas, ahora iría a ducharse. Una vez listo, salió de su cuarto y buscó a Kris, ella no se encontraba por ningún lugar. —Kris, quizás porque razón no llegaste—. Colocó cara de desaprobación. Mientras caminaba por el departamento, vio las puertas de la terraza abiertas, fue hasta ahí, ella estaba aparentemente haciendo yoga. Se acercó y escucho unos murmullos...

—Se que eres el único en mi vida, siempre lo serás, pero necesito un hombre, un humano, necesito este a mis pies, que él me satisfaga y me acompañe hasta el fin de mis días —. Prosiguió a encender una vela roja y otra negra. —en estos momentos, me entrego a ti, te entrego este mechón de cabello; en símbolo de su vida, te entrego estas gotas de mi sangre; para que hagas tu trabajo. — se pinchó el dedo índice y caían gotas de este. —te agradezco desde ya, mi vida—.

Tobias no entendía lo que decía, ella estaba susurrando demasiado despacio. Lo que hizo fue esperar que terminara y le tomó una foto.

 Lo que hizo fue esperar que terminara y le tomó una foto

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— buen día, señorita lujuria—. Dijo en un tono alto.
—Tobias—. Gire mi cabeza, me sentía helada del asombro, espero no haya escuchado nada, pensé.
—bebé, ¿Que haces aquí?—. Se sentó frente a ella.
—bueno, yo... solo salgo a tomar aire y a conversar conmigo misma, siempre lo hago—. Encogí mis hombros y reí nerviosa.
—ajá, comprendo.— asintió con duda. —me gusta la posición en la que estás sentada, ¿Podría yo acompañarte?— se sentó atrás de ella, rodeándola con sus piernas.
—se siente bien— susurro en el oído de Kris, mientras apoyaba su mandíbula inferior en el hombro de ella.
—claro que se siente bien, lo mejor que tengo aquí es...— tomé las palmas de sus manos y las coloqué en mis senos. —la privacidad—. Comencé a moverlas para que masajeara mis senos, que ya estaban sensibles por aquel calor que me comenzaba a inundar.
—oh, Kris, me gusta que tomes la iniciativa— gruño mientras comenzaba a besar el cuello de Kris.
—Puedo hacer esto y más —. Ladee mi cuello para que tuviera más accesibilidad.

(Lo siguiente que narraré será muy explícito, si gustan omitan esta parte)

—¿Me dejarás devorarte, por completo esta vez?—. Tomó la cara de Kris para besarla con pasión.
—oh, ahora si, Tobbe, seré tuya, de tu propiedad—. Gire mi cuerpo por completo, quedamos frente a frente, besándonos, nuestras lenguas no cesaban, comencé a quitarle la playera a Tobias, su calor corporal se hacía notar, estaba transpirando, eso lo hacía sexy.
—seré tu dueño, he—. Sentenció mientras jadeaba. —¿Por que ahora cambias de opinión? —. Alejó su cara, para contemplar a Kris con su mirada lasciva.
—Porque realmente me gustas mucho, Tobbe, se que lo sabes, ahora sigamos en lo nuestro, después vienen las preguntas—. Quite mi polera, quedando solamente en brasier.
—Quítate esto—. Tomó los ganchos de este y mis senos quedaron libres a su vista. —Que delicia, mi lujuria—. Gruño mientras lamia mis pezones. Los mordía y eso hacía que gimiera en un noto alto.
—lo qué haces... lo haces muy bien– jadeaba con los ojos cerrados mientras estaba recostada en el suelo de la terraza, Tobias estaba sobre mi, su ereccion se hacía notar, frotaba hacia adelante y atrás su miembro que aún yacía dentro de su jean.

—déjame ayudar— levante a Tobbe, mientras con mis delicadas manos, desabroche su jean, baje poco a poco este, ahora veía su miembro cubierto por aquel bóxer negro, no pude evitar acercarme a él, con la punta de mi lengua, comencé a trazar líneas arriba de la tela de este bóxer. Tobias se retorcía y jadeaba con mayor fuerza. Hasta que el bajó el bóxer de manera repentina y quede frente a su humanidad, lo tomé con ambas manos, una adelante de otra, masajee y comencé a masturbarle, mientras con mi boca lamia y succionaba la punta de este, proseguí a devorarlo por completo hasta que tocara la profundidad de mi garganta, ese va y ven ya era más que placentero para ambos. Tobias tomó mi cabello e hizo una coleta, esta le sirvió para mantener la velocidad del sexo oral que le estaba dando. En mi boca ya se sentía aquel líquido Preseminal, dulce y suave como un néctar, este se escurría por las comisuras de mis labios, sabía que ya se vendría y yo estaba de acuerdo en complacerlo.

—¡Kris, espera!—. Gritó. Mientras yo lo miraba con susto. —No...no quiero acabar tan pronto, esto está muy candente—. Ríe avergonzado.
—está bien...— imite una risa forzada.
—déjame ayudarte con esto–. Comenzó a quitar mi falda y pantimedias. —ahora necesito que te vuelvas a recostar—. Me empujó poco a poco y su rostro bajo a mi intimidad, sentía nervios de lo que vendría, hace años no tenía sexo, mi cuerpo se contraía de miedo.

—hey, bebé, relájate— dijo mientras quitaba mis bragas. Cerré mis ojos, comencé a sentir su lengua pasar por cada rincón de mi intimidad, él profundizó su lengua en lo más profundo de mi, entraba y salía, mi espalda se arqueaba, mientras su lengua estaba en mi, con su mano derecha frotaba rápidamente mi clítoris, mis gemidos eran muy audibles, mis uñas comenzaron a rasguñar el suelo de madera.

—¡Oh,Tobias!—. Me afirme de sus hombros, entre cerré mis piernas, un orgasmo me poseía. Tobias levantó su mirada y me besó, aquel beso era distinto, muy suave, caliente y sexy.

—ven, coloquémonos cómodos—. Me tomó de la mano, nos levantamos, el se sentó en el sofá, su miembro estaba muy erecto.
—móntame—. Dijo con voz ronca y autoritaria. Me senté sobre este, dejé que mi intimidad cayera sobre él poco a poco, costo pero finalmente entró en mi, comencé a subir y bajar, tomó mi cintura, ahora él llevaba el control de la situación, nuestros fluidos hacían que las embestidas que me daba fueran más rápidas y placenteras. Todo iba bien, hasta que Tobias paro y...

—¡El preservativo, Kris!—. Su cara palideció. Yo solo reí.
—hey, cuéntame el chiste—. Miró extrañado por mi actitud.
—Veras Tobias, yo me operé cuando termine con mi último novio, yo no podré embarazarme—. Le dije con un tono dulce, tocando con mi dedo índice la punta de su nariz. Tobias suspiró y prosiguió con su acto. Luego de un rato de sentir sus fuertes embestidas, en su rostro se veía no aguantaba, apretaba sus labios, yo también sentía que moriría en ese momento, por lo que le dije;
—Tobbe, ahora— el gruño fuerte, mientras yo tomaba su cabeza y miraba sus ojos, quería guardar este momento en mi memoria, de pronto ambos llegamos al climax y dentro de mi, sentí aquel líquido caliente que se apoderaba de mi interior. Habíamos hecho el amor.

"Lo daría todo y más..." -•Tobias Forge•- Donde viven las historias. Descúbrelo ahora