C17-. Ritual.

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13:19 horas

Tobias seguía en su habitación, durmiendo gracias a la efectividad de la pastilla relajante que le pidió a Kristinne en plena madrugada. Ella había cocinado algo ligero para el, esperaba no se molestara por adentrarse en su hogar, pero no podía quedarse así como así. Una vez listo todo en casa. Prosiguió a hacer... un sacrificio. Kristinne tomó los materiales que necesitaría, y los llevó con ella hasta el cuarto de huéspedes.

— Tobias está enfermo, ¿Como no me di cuenta antes?— tome mi cabeza y sacudí. —Lo haré. Lo haré por él—.
Comencé a sacar mis materiales de mi maleta de mano, tenía todo lo necesario, coloqué mi pentagrama Satanico en el suelo, ordené las velas para que cada una quedara en su respectivo lugar, las hierbas que la madre tierra nos da, dejé a un lado aquel filoso cuchillo, y mis implementos de primeros auxilios. Todo comenzaría ahora. Me arrodillé ante él y proseguí.

Dio Scuro, ven a mi, así como me tienes, te necesito en este momento, recito estas palabras con respeto, así como eres rey de todo, te debemos el mayor respeto, si no tú castigo con gusto lo recibiré. Mi maldita alma que yace en tu reino, te di, y así como eres el todo poderoso de lo oscuro, te pido te demuestres ahora, así como lo hiciste el día que me entregue a ti.
Mi dueño siempre serás, pero hoy vengo humildemente a pedirte que; Sanes a Tobias, él está enfermo, no me dice que tiene, pero es grave, lo sé. Yo confío plenamente en ti. Por esa razón llevaré en las palmas de mis manos dos crucifijos invertidos. Confío en ti, mi rey, mi amor y dueño de mi. nemA.

Tomé el cuchillo, le coloqué alcohol desinfectante, tomé un respiro hondo y lo deslicé por mi mano, el dolor era insoportable, veía cómo caía la sangre al pentagrama, tenia lista una palma, ahora faltaba la otra, con mayor dificultad lo logré, me sentía muy mal, tomé unas  vendas y apreté lo más que pude para contener la hemorragia. Cerré mis ojos y agradecí. Cuando los abrí, mire al suelo al pentagrama satanico y para mi sorpresa. No había nada de sangre, cuando saqué las vendas de mis manos, solo estaban los crucifijos pero curados, ya eran cicatrices. Agradecí a Satán. Sabía que él me había escuchado.

Después de hacer el sacrificio, Kristinne subió a la habitación de Tobias, le llevo desayuno en una panera para que ya despertara

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Después de hacer el sacrificio, Kristinne subió a la habitación de Tobias, le llevo desayuno en una panera para que ya despertara.

—Tobbe, despierta— hablé bajo, mientras dejaba la panera a los pies de la cama. —Tobbe, despierta, es tarde, debes comer— lo moví poco a poco y comenzó a despertar.

—Hola, mi bebé— se sentó en la cama apoyando su espalda en el respaldo. —dormí muy bien, gracias a ti— sonrió.

—No te preocupes— coloqué la bandeja en sus piernas.
—Aliméntate, debes estar bien—

—me siento mucho mejor— estiró sus brazos y tosió un poco. —mira Kris, nada de sangre— en sus ojos se veía alegria y emoción. —Cada vez que me sucede esto, dura unos tres días la sangre...— decía mientras comía unos hot cakes.

—Pues Veras, tu enfermera personal, te cuido bien— reí, mientras me acomodaba a su lado.

—No hay duda de eso— dio un beso a Kris, aún con restos de desayuno en la comisura de sus labios.

—Eres muy Niño, Tobbe— con un pañuelo, limpió la boca de él.

Tobias ya con su recuperación "Milagrosa" fue en busca de sus hijos, con los cuales salió al parque, una tarde de familia de tres. Eso lo hizo sentir de maravilla, todo iba mejorando. Cuando la oscuridad de la tarde se hacía notar, Tobias fue a dejar a sus pequeños a casa de su madre, ellos no querían dejar a su padre, pero así era el acuerdo que tenía con Bo.

—¡Llegue, Kris!— gritó mientras cerraba la puerta. —Kris, ven un segundo— decía mientras caminaba hacia la cocina a hacerse un café.

Kris no respondía así que la busco. Hasta que encontró una nota en la mesa del recibidor, no la había visto ya que entró tan rápido que ignoro por completo ese papel.

Querido Tobbe; te agradezco todo lo que has hecho por mi, pero es mi momento de buscar mi propio destino. Gracias. K.L

—Kristinne, ¿Por que hiciste eso?— se preguntaba. Tomó su celular y comenzó a llamarla. Mientras caminaba hasta el segundo piso, escuchó aquel peculiar sonido del celular de ella.
—Que m*erda— dijo mientras abría la puerta. Ahí estaba ella, dormida en su cama. —¡Kristinne!— gritó enojado.
—¡¿Que?!— asustada le respondí.
—Pensé te habías ido, esa nota, ¿Que significa?—  se sentó a su lado.
—feliz día de los inocentes— me encogí de hombros, mientras reía.
—hoy no es ese día— gruño.
—me equivoqué— tomé su cara y lo besé. —mal humorado.—  lo abrace.
—Eres una pesadilla— respondió el abrazó mientras reía.
—Cuéntame, ¿Como les fue?, ¿Como están los niños?– pregunte con emoción.
—oh, si, la pasamos muy bien, estaban felices de verme, fueron 6 meses sin verlos, así que te imaginarás lo triste que estaban cuando me regrese acá.— su cara cambio a una de tristeza.

—ahora deben aprovechar el tiempo juntos, Tobbe, yo no te quitaré tiempo, tú solo debes hablar— sonreí.
—Gracias, y gracias por cuidar de mi— acarició la mejilla de Kris. —ahora que me siento mejor, creo que deberíamos celebrar nuestra llegada— dio una sonrisa pícara.
—así que invitaré a algunos amigos para hacer una pequeña fiesta, esta noche—
—¡Genial!— exclamé mientras aplaudía.

"Lo daría todo y más..." -•Tobias Forge•- Donde viven las historias. Descúbrelo ahora