C27-. Fuiste la elegida.

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Mi cuerpo dolía, mi respiración estaba agitada, traté de mirar qué sucedía pero mi vista nuevamente estaba nublada; me habían atado algo en los ojos. Moví mi cuerpo, estaba de pie con ambos brazos encadenados al techo, el sonido de las cadenas era perturbador, me preguntaba; ¿Que tan enfermo de la cabeza estaba Tobias?

—Podría alguien soltarme— grite a todo pulmón. —me duele estar así— de un segundo a otro sentí una nalgada.
—Mierda— realmente me ardía el trasero.

—Cuida el lenguaje, putita— carcajeó.

—Tobias, reconozco tu voz— lance una patada.

—Hey, respétame— dio otra nalgada.
—solo te queda un día más aquí y serás libre, querida kristinne— con cuidado saco el antifaz que le había colocado a Kris. —Hola preciosa— reía.

—Eres un enfermo, ahora eres Emeritus II— rodé mis ojos. —Tus fetiches son muy raros; los acepto, pero que necesitas que me tienes en estas condiciones— grité.

—Enfermo... me llamas enfermo...solo te dire una cosa y es que eres la elegida— tomo con ambas manos el rostro de ella y comenzó a besarla de manera fogosa. Un sonido los interrumpió.

—Ya era hora que despertara— bufo aquel Ghoul.

—¿Acaso tú la vigilaste toda la noche?— Papa caminó hasta el Ghoul. —Ese fui yo, así que vete, debo hablar con ella en privado— sentenció.

—debo hablar con ella en privado— se burló de Papa, dio media vuelta y salió caminando lentamente por la puerta.

—Explícame esto ahora, Tobias— mire fijamente a Tobías.

—Mira... Kristinne, yo realmente siento cosas por ti... excitación por ejemplo— río.
—colocándome serio, solo eres una más en la lista, fuiste buena conmigo— acarició la mejilla de esta.
—Pero todo tiene su precio, con el solo hecho de venir hasta acá ya me demostraste que realmente estás enamorada de mi; de nosotros, pero no puedo estar contigo— encogió sus hombros. —Quizás en otro plano...—

—¿Me quieres decir que soy un tipo de Ofrenda?— grite exaltada.

—Más claro no lo podrías tener— con sus manos en guantadas comenzó a acariciar el cuerpo de ella. —Gozaremos estos dos dias que nos quedan juntos—

—Estás enfermo Tobias, denunciare lo que me estás haciendo— grité.

—Comprende; no saldrás de aquí— carcajeó y encogió sus hombros. —Te exijo que me llames Papa— entrecerró sus ojos. —Ahora comenzaremos con la diversión— junto las palmas de sus manos y las froto lentamente.

La puerta color Borgoña se abrió, giré mi cabeza, no podía ver bien, entraron con mucho entusiasmo los Ghoul.

—Papa, traje la sorpresa— le entregó aquel cofre color negro que tenía el Grucifix perfectamente detallado en un relieve color dorado. —Iré a buscar una soga para la boca de esta putita, gritara cómo ella misma— carcajeó mientras caminaba hasta la puerta de salida.

—¿Que me harás To... Papa?— agite mi cuerpo aún encadenado. —Suéltame de una vez por todas—

Papa abrió lentamente el cofre dejando ver que en su interior tenía un Dildo, un Plug y una botella de lubricante.

Papa abrió lentamente el cofre dejando ver que en su interior tenía un Dildo, un Plug y una botella de lubricante

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—Déjate llevar— Habló Papa con su voz tan cautivadora. —Tú— apuntó a un Ghoul. —Te encargarás del dildo—

—Será un placer— lo tomó con su mano derecha, rápidamente lo acercó bajo su máscara y lo escupió, bajo lentamente a la feminidad de Kris, con su mano libre corrió la braga hacia un lado, comenzando a introducir el Dildo.

—Quieta— ordenó Papa. —No quiero verte mover, llorar, nada de eso— lamió sus labios.

—Estás pidiendo algo... imposible— grite con todas mis fuerzas. —Me duele, maldito— mis ojos estaban posados en aquel Ghoul, él estaba arrodillado muy entretenido metiendo y sacando el Dildo de mi interior. Su ritmo era rápido, dolía pero a la vez mi cuerpo estaba comenzando a sentir placer.

—Estas muy mojada— sacó el Dildo.
—Estás lista para que te de la embestida del día— levantó su traje y dejó al aire a su miembro erecto.

—Hey hey déjame colocarle esto en su boca— otro Ghoul comenzó a atar una soga en la boca de Kris, ella comenzó a luchar contra aquel acto pero fue en vano, sus manos encadenadas no ayudaban.

—Papa...¿Puedo?— consulto el Ghoul, mirando a Papa con duda.

—oh no, ahora me toca a mi— se acercó rápidamente,  él tomó ambas piernas de Kris dejándola completamente en el aire, levantó con dificultad su traje y acomodó su miembro en la entrada de esta, de una sola estocada comenzó con el juego de va y ven.

—exquisita, aún más cuando te colocas tan testaruda— reía con malicia.

—Tobias... espero que todo esto valga la pena— expresó aquel gran Ghoul, con sus brazos cruzados, estaba apoyado en una muralla bufando de lo que le estaban haciendo a Kris.

—deja de joder Martín, déjame hacer esto tranquilo y gozar el poco tiempo que le queda a esta delicia— dio una mirada desafiante a este.

La mirada de Kristinne solo se dirigía al Ghoul de ojos celestes, aquel hombre que no la había toca ni hecho nada malo en todo este tiempo encerrada.

—¿Joder?, claro, yo estoy jodiendo...— su tono de voz se alzó— le están haciendo algo en contra de su voluntad, sal de aquí Tobías.— empujó a este, su cabeza negaba que hicieran tal cosa, él estaba aburrido de que cada año hicieran lo mismo con las "andantes" de Tobias. No negaba que había participado de tales actos pero está vez era distinto.

—No cometas un error Martín— golpeó en el estómago a este.

—Con que eso harás, te colocaré en tu lugar "amigo"— se lanzó sobre él, con un gran empujón hizo que PE II cayera al suelo.

Comenzaron una lucha de fuertes golpes, de lo que ellos no se percataron fue que; los demás Ghouls habían desatado a Kris llevándola hacia otro lugar, ahora estaba fuera de la vista de ambos...

"Lo daría todo y más..." -•Tobias Forge•- Donde viven las historias. Descúbrelo ahora