MATAR O MORIR

11.

Narra Shawn Evans.

Me despierto bastante temprano y tomo una ducha, es una costumbre en mi, de pequeño nunca pude dormir hasta tarde y a medida que fui creciendo las cosas se fueron tornando un poco más difíciles para mi, mi padre a pesar de tener dinero por manejar de manera amplia el tráfico nunca estaba en casa y mi madre nunca tenía dinero, por lo tanto, las circunstancias me obligaron a aprender a desenvolverme en lo único que había visto como ejemplo, la calle.

Desde los 13 años, iba muy temprano a trabajar con Graham, colega de mi padre desde siempre, todo el día estaba haciendo cosas para el y cuando caía la tarde me pagaba con algunos dólares y algo de droga para vender, así aprendí el negocio y toda la supervivencia en la calle, volvía a mi casa a altas horas de la madrugada y dejaba todo el dinero para que mi madre pudiera comer, Aunque ella usaba gran parte de ese dinero en drogas, eso lo descubriría después.

Cuando mi padre volvía a casa, yo tenía que hacer lo posible porque no se enterara de lo que hacía, Graham siempre me guardó el secreto, conocía a mi padre, sabía lo irresponsable que podía llegar a ser a pesar de ser un buen hombre, era demasiado dedicado a su trabajo y bastante mujeriego, siempre tenía que estar huyendo y prefería "no exponernos al peligro".

Así fui creciendo, me fui volviendo más intrépido, más sagaz, así conocí a Tommy y Adam, pasé de vender gramos a vender kilos, a pelear por un territorio, a matar por traición o por cumplir una amenaza, todo se volvió una rutina, me iba haciendo mi "mala fama" hasta que mi padre se enteró, me echó de la casa a la que nunca iba y mi madre lo permitió para que no la dejara en la calle a ella también, lo entendí, no la odio por eso.

Mi padre por supuesto no logró su cometido, que volviera arrepentido y jurando no volver hacerlo, diciéndole que quería ser un profesional y que dejaría esos caminos, pero a quien iba a engañar, el me orilló a escoger ese camino, todos quieren ser profesional para tener dinero, pero cuando tienes dinero sin tener que leer pierdes todo el interés en estudiar, yo asistía a la escuela para vender drogas, armar peleas, estafar o incluso robar unas cuantas cosas, y muchas veces debía trabajar con Graham y simplemente no asistía , por mi mente no pasaba ni de la manera más remota la idea de asistir a una universidad o ser un exitosos cirujano, no nací para cumplir ese rol, siempre lo tuve claro y lo confirmé cuando mi padre me lanzó a la calle y me hice mas grande.

Junto a Tommy y Adam nos apropiamos de un territorio y revendíamos la droga y vivíamos de eso, así empecé a pagar un pequeño apartamento que hasta el día de hoy ha sido mi casa y la de los chicos, porque mantienen todo el día ahí, "la oficina" le llamamos, adquirí mi primer auto, que como siempre es una prioridad para un hombre compraba uno mejor cada que podía, todo dio un giro cuando a mi padre lo mataron. Mi vida estaba echa una mierda, tenía dinero pero estaba desfasado cometiendo locuras y Amber, mi novia, tampoco estaba en sus cabales, de ser una niña buena se convirtió en una maldita drogadicta, por decir lo mejor, probablemente fui yo quien arruinó la vida de esa chica, pero todo estaba siendo mucho peor con ella cada día que pasaba, se hundió tanto en la droga que ya no había forma de sacarla de ahí, y me estaba arrastrando con ella. Todo dio un giro inmenso, cuando a los 19, faltando poco para tener 20 años, tenía que vengar a mi padre porque la ley de la calle así lo ordena y para que no me comieran vivo sus enemigos, cuando tuve que hacerme cargo del embarazo de mi madre, que por supuesto se rompería a partir de ahí toda relación con esa maldita zorra drogadicta.

Enciendo un cigarro de marihuana para despejar todos mis pensamientos, hasta este punto mi vida no ha sido fácil, tampoco pretendo que lo sea. lo fumo en el balcón para que a Maddy no le moleste el olor a pesar de que estoy seguro que aún está inconsciente.

Son las 7 de la mañana, estoy seguro que no se levantará por ahora, los chicos tampoco, pero el hijo de puta de Adam tiene que oírme.

Tiro la colilla del cigarro y me visto rápidamente, aplico perfume y me coloco un reloj, por lo regular y como buen mafioso siempre tengo mis prendas puestas, sino lo hago simplemente no soy mafioso, en tus primeras ganancias significativas debes comprar 'una cubana' que te haga doler el cuello, parecen tonterías pero son estas cosas las que te van haciendo el lugar en este medio, eso y tu prontuario criminal, entre más extenso, más respeto.