Capítulo 7

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Llamo a Dani mientras me siento en el sofá y a los pocos segundos descuelga la llamada.

—Tía, ¿qué quieres? Son como las nueve de la mañana de un domingo.

—Perdón, perdón, perdón, no había caído en la diferencia horaria, perdón solo, ah, tengo que hablar contigo. Pero puedo llamar luego, si quieres.

—No, da igual, está bien. Cuéntame donde estuviste ayer que no me hablaste en todo el día, granuja —dice bromeando.

—En casa de Kian —suelto de sopetón.

—¿Que qué? —grita y oigo las quejas del que supongo y espero que sea Izan— Perdón, amor, pero es que Gin me acaba de decir que ayer estuvo todo el día en casa de tu hermano.

—¿Que Gin estuvo dónde? —oigo que pregunta de igual manera— Cinco minutos, Ginger. Tienes cinco minutos para prepararte porque voy a colgar y en cinco minutos te llamaré por videollamada.

Sin siquiera esperar mi respuesta, cuelga el teléfono. Yo me pongo a mirar mis redes sociales hasta que, justo cinco minutos después, me vuelven a llamar. Descuelgo y apoyo el móvil en una pila de libros que hay sobre la mesa de mi salón.

—Quiero detalles —dice mi mejor amiga.

—Los del sexo no, es mi hermano —dice Izan.

—Bueno pues te tapas los oídos porque los que más quiero son los del sexo —le contesta su novia.

—No hubo nada de ese estilo —digo aclarando el tema.

—Es verdad, que estás con la niñata esa —dice Danielle y veo a su pareja resoplar.

—Esa chica no te hace bien —me dice ahora él.

—¿Podemos dejar el tema? Prefiero no hablar de esto ahora.

—Sí, tu nuevo rollo raro no es lo importante —vuelve a hablar mi amigo— ¿Qué pasó?

Les cuento toda la historia con lujo de detalles, desde como aparecimos Pablo y yo en el estudio el viernes hasta como me quedé en su casa hasta ayer cuando eran las ocho de la noche pasando por como le di de comer al chiquillo, la discusión con Carla, cuando me dijo que me quería besar y el dibujo que le hice a Jack. Ellos me escuchan atentos y me hace gracia las caras que ponen de vez en cuando. Cuando termino, ellos me miran asombrados y al final Dani es la primera en hablar:

—Por Dios, tenéis que volver a estar juntos. 

—Sí, yo opino igual.

—Me dijo que me quería besar, no que quisiera nada más —digo rodando los ojos.

—Me da igual, conozco a mi hermano, se que sigue pillado por ti. Simplemente por que me lo ha dicho alguna vez pero es que ahora...

—Ginger, lo quieres, te quiere... Deja a la niña esa y vuelve con él que el sexo que te da Carla, Kian también te lo da y él te quiere bien, no como ella.

—Nos vimos hace unos días después de dos años y medio sin hacerlo, no podemos simplemente volver como si nada raro hubiera sucedido.

—Lo dejasteis por un malentendido, no veo el inconveniente.

—En eso creo que Ginger tiene razón, Dani. Ha pasado mucho tiempo, no hace falta que estén juntos de nuevo ya —dice Izan mirando a su novia para luego mirarme a mi—, pero también te digo que creo que deberíais seguir viendoos y si luego decidís no ser pareja estará bien. Lo importante es que os tengáis el uno al otro.

—Joder, que novio más intenso tengo.

—Venga, chicos, os dejo. 

—Espera, te llamo esta noche. Tengo que hablar contigo —me dice mi amiga y asiento, tras despedirnos cuelga.

Yo llamo a Andrew quien sabía ya toda la historia y simplemente me pide mi opinión. Cuando cuelgo la llamada con él decido ponerme a hacer cosas de casa, mirar facturas, etc hasta que a mitad tarde suena el timbre. Me levanto del sofá y voy hasta la puerta que abro tras ver a Carla a través de la mirilla.

—¿Qué pasa? —le pregunto cuando pasa.

—¿Podemos aclarar ahora las cosas?

—No creo que haya mucho que aclarar. No quiero que me controles ni que seas tan celosa, Carla.

—Entiende que es mi manera de ser. Joder, entiéndeme, no es tan difícil como lo haces ver.

—No es que sea fácil o difícil, se trata de que no necesito que nadie esté preguntándome constantemente dónde y con quién estoy. No lo soporto. Me hierve la sangre de pensar que estoy dándole ese poder a alguien.

—Por favor, Ginger. No seas así.

—Eso debería decirte yo a ti. Carla que follemos no quiere decir que tengas derecho a nada. Joder, perdón por hacerte daño y de verdad que ojalá nunca hubiésemos llegado a este punto pero no se como decírtelo sin ser brusca —hago una pausa y cierro los ojos al ver los suyos llenos de lágrimas— Se que sientes algo por mi pero no estamos juntas, te he dado una exclusividad que ni tendría porque haberte dado pero lo he hecho para no hacerte daño y porque te respeto. Creo que lo mejor para ti es que nos alejemos, tú pretendes algo serio y estable y yo no puedo darte eso, al menos no ahora. Y de verdad que te tengo un cariño brutal y que me ha encantado todo esto que hemos creado pero tú tienes una forma de ser y yo otra y tienes una parte muy significante que no me hace sentir bien, así que creo que es mejor dejar todo esto aquí.

—No, no. Estoy bien como estamos. No puedo cambiar los celos y lo demás pero no quiero dejar de tener lo que sea que tengamos —dice entre sollozos y lágrimas.

—Carla, no. Lo he decidido, no quiero seguir con esto.

—Es-está bien. Solo... solo dime con quien estuviste ayer, solo eso.

—En casa de mi exnovio, Carla. No pasó nada entre nosotros.

—Yo... Mejor me voy...

Sin decir nada más, sale por la puerta de mi casa, yo simplemente me siento de nuevo en el sitio donde he pasado la tarde y me froto la cara frustrada. 

Me siento fatal, como si fuese el típico chico malo de novela que se dedica a romper corazones. Joder no le quería hacer daño pero no soporto una relación, sea del tipo que sea, en la que me siento enjaulad o encarcelada, en la que la otra persona se cree con un poder sobre mi que nadie le ha dado. No lo aguanto y nadie debería hacerlo, nadie debería dejar que alguien le controle o tome decisiones por ella. 

After chaos. [TMC#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora