After chaos. [TMC#2]

Epílogo

Oigo las sirenas cada vez más cerca. Kian, a mi lado, intenta que regule de nuevo mi respiración con la única finalidad de salir de esta, pero se que esta vez ya no lo voy a conseguir.

Hace unos meses que me dijeron que esto era muy probable y que no iba a haber forma de pararlo, me mentalicé de ello. Pero él no. Jamás se lo dije, ni a Kian, ni a Jack, ni a Dani, ni a mis hermanos, ni a nadie. Decidí ahorrarles el sufrimiento por algo que no dependía de ninguno de nosotros.

—Gin, nena, por favor —me pide entre lágrimas.

No tengo fuerzas para alzar la voz ni para moverme, ni para hablar si quiera, pero consigo vocalizar que les amo, a todas las personas que hay en mi vida.

Sé que me voy pero lo hago contenta. Las pasé difíciles al principio pero apareció la luz, apareció la que a día de hoy es mi familia. He visto a Dani graduarse, casarse con el amor de su vida, formar su familia. He visto a Max tener tres hijos más, ser completamente feliz con Emily. He visto a Andrew estar con chicas hasta que sentó cabeza con quién al final le rompió el corazón. He visto a Kian sentirse orgulloso de nuestro hijo, lo he visto amar lo que hacía todos los días, lo he visto amarnos a nosotros.  Jack... Jack es una de las mejores cosas que me han pasado jamás y, aunque ya no sea un bebé, siempre será mi niño. Aquel chiquillo que adoraba desayunar helado, que se metía en algún que otro lío, que se sintió destrozado cuando le fallaron, que es más fuerte que nadie. Me siento orgullosa de él y de lo que logró con el paso del tiempo, de como lo criamos.

—Ginger, por favor, aguanta un poco, no puedo perderte.

Deja un beso en mis labios, yo aprovecho para limpiar sus lágrimas y decirle, como puedo, que estoy bien.

Unos médicos me cargan en una camilla con velocidad y antes de ser consciente estoy en la ambulancia. Durante el camino, mi chico, porque es, ha sido y siempre será mi chico, no suelta mi mano ni un segundo pero no puedo más, el dolor es demasiado fuerte y yo estoy demasiado débil así que me voy.

Pero repito, me voy orgullosa de mi familia, orgullosa de aquel bebé que crié y que a día de hoy es un chico que, aunque para mí sigue siendo un bebé, vale millones. Él y ella, pero eso es otra historia ¿no?