cap 46: crueldad.

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Mientras Jungeun estaba trabajando en un computador, editanto unas fotos para un anuncio, pues ese era el trato. Trabajo en línea por unas putas vacaciones. Jinsoul no dejaba de hacer ruido jugando con una pelotita, ¿privilegios?, privilegios.

JG: ¿Dejarías de hacer ruido un segundo? Necesito trabajar.
JL: Bueno, perdón. ¿Quieres ayuda? (sonríe alegre)
JG: No.

Un silencio cómodo reina la habitación, la había hecho sentir mal.

¿Tenía los ojos llorosos?

JG: No gracias Jinsoul.

Su sonrisa volvió, la rubia gritona era ... ¿linda?... después de todo.

JL: Está bien, me callo mientras trabajas pero a penas termines salimos a almorzar, ¿trato?
JG: ¿Para qué quieres almorzar conmigo?

Kim Jungeun deja de ser tan cruel por un segundo.

JL: Para que el viaje sea más cómodo.

Ahora se había vuelto cortante, mira lo que hiciste rubia antipática.

JG: Es-está bien, tal vez si me gustaría saber un poco más de ti

¿Por qué la última frase salió de su boca? Mierda uno, mierda dos y mierda tres.

JL: Yo igual, la verdad me pareces muy interesante.
JG: Pero, te advierto que no ando buscando amigas.

Demonios allí estaba esa cara de nuevo, Jungeun cierra la boca de una vez.

JG: Me refiero a que por eso suelo ser tan fría, disculpa si te he herido el ego.

Por favor, ni eso logras hacer sin activar tus métodos de defensa.

JL: Sólo trato de ser amable, pero está bien has tu trabajo.

Jinsoul se sintió realmente mal, ¿que se creía esa rubia antipática para tratarla así?, por ende solo apoyó su cabeza y se dignó a dormir.
Cuando los ronquidos de la rubia mayor se hacen presentes, Jungeun suspira.

JG: Lo siento Jinsoul, es sólo que me cuesta ser amable después del calvario que atravesé, ¿siquiera lo entenderías?

JG: Lo siento Jinsoul, es sólo que me cuesta ser amable después del calvario que atravesé, ¿siquiera lo entenderías?

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Luego de horas de irritabilidad y estrés, prácticamente incontables, Jungeun por fin termina lo que había comenzado. Su estómago rezongaba al igual que ella por hambre y estaba decidida a salir, pero ¿dónde se supone que encontraría el buffet?, más bien ¿cómo?, todos siempre se rehusaban a ayudarla por su atuendo casual que no iba con lo femenino en la mayoría de las veces. Al demonio, debería pedirle ayuda a Jinsoul, encima ella seguía durmiendo.
Piensa de mil quinientas maneras como pedirle que despierte, sutilmente, pero su ansiedad no le permitía actuar.

Por la mierda Jungeun.

Entre vuelta y vuelta que dió en los pocos metros cuadrados que compartía con la rubia, se tropezó con el cable de su computador y cayó al suelo. Intenta ser silenciosa para levantarse pero su muñeca le ardía como el demonio. A la vez, Jinsoul despertó de golpe y bastante confundida pues por un segundo olvido que llevaba dos días encerrada en una habitación y que aún quedaban 12 más. Cuando ve a Jungeun en el suelo, de espalda a ella, quejándose silenciosamente, sacude su cabeza y se levanta inmediatamente para socorrerla.
Se arrodilla, como puede, pues el espacio no daba abasto y trata de socorrerla.

JL: ¿Estás bien?
JG: Sí, n-no te preocupes y gracias.
JL: Estás sangrando.
JG: No importa (se presiona la muñeca)
JL: Iré por un botiquín de primeros auxilios, espérame.

Jungeun toma la muñeca de la contraria impidiendo que fuera por los suplementos.

JG: En mi mochila azul hay una caja con yodo y gazas, ¿podrías traérmela? Por favor.

La rubia suelta y agarre y la mayor se dirige rápidamente al mueble, por suerte la mochila azul estaba a la vista y básicamente lo único que tenía era la caja que le había dicho que encontrara. La saca cuidadosamente y se sienta al lado de Jungeun para curarle la herida.

JG: Lo puedo hacer sola, gracias (toma la caja)

Nuevamente Jinsoul agachó su mirada, ¿por qué la rubia antipática era tan cruel?

Debes arreglarlo ahora Jungeun.

JG: Me da vergüenza que me ayudes porque me caí como una estúpida.

La mayor suelta una risita y comienza a ayudarla nuevamente.

Su piel era muy suave, sus manos eran perfectas, sus dedos bastante largos y tenía dos uñas cortas, espera ¿qué?. La rubia sacude su cabeza y se concentra en lo que está haciendo. Saca un poco de algodón, primero limpia la sangre con agua oxigenada, que ardía como el demonio y luego pone yodo en la herida, venda cuidadosamente con gaza y lo sella con un trozo de cinta.

JG: (suspira) Muchas gracias y lamento haberte despertado.
JL: No importa, ¿terminaste ya tu trabajo?
JG: Sí... ¿te gustaría ir a comer conmigo?

Lo había conseguido, otro punto para Jinsoul.

Train - LipSoulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora