Para la rubia era un simple viaje en tren que la acercaría al reencuentro con su ex pareja, la persona que -supuestamente- aún amaba.
Para la castaña era el pago de un esfuerzo de años, solo para cumplir su sueño. Lograr fotografiar las Auroras Bore...
HS: ¿Estás ahí? Es importante Jiwoo. JW: S-si p-pero- HS: Han cambiado el lugar en el que nos detendremls, debes esperarme en la caseta naranja. Adiós.
Ahora si que estaba en problemas. Jiwoo sale corriendo en busca de tu tablet, allí tenía los planos de la estación de trenes y por lo que recordaba, la naranja era la peor ubicada. La caseta naranja era de militares, era donde la estaban llevando el día que Sooyoung la salvó.
¿Cómo se supone que se escondería con todos esos hombres, armas y agresividad?
Recibe otro llamado.
HS: Supongo que no pudiste resolverlo, debes crear un regalo(ríe)como en la fiesta sorpresa.
¿De qué mierda habla Haseul?
Jiwoo se golpea la frente al recordar donde venía, Haseul tenía que ocupar claves.
¿Ahora cómo lo decifraría?
Tiene 40 minutos.
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La mayor llevaba infinitos minutos recitando algo que Jiwoo le enseño cuando eran pequeñas para cumplir los deseos.
Su único deseo era que su hermanita pudiera ser feliz.
Ya no había tiempo para idear otra estrategia, Jiwoo no entendería a lo que se refería, ella debía encontrar la distracción.
HS: Jefe(se levanta) iré a buscar un aperitivo.
El hombre la deja pasar y ella se mueve rápidamente hacia la caja en la que se encontraban las rubias, por suerte ese sector del camión estaba aislado. Es decir, nadie escucha lo que pasa dentro. Le da tres toques a la caja y Jungeun levanta la tapa.
JG: ¿Hola? HS: Pónganme atención, el plan continúa como les dije sólo que ahora deberán escapar por detrás de la caseta naranja. Necesito que me prometan algo.
Las dos asienten y escuchan con atención.
HS: Pase lo que pase ustedes llevarán a Jiwoo hasta su casa, ¿ya?. JG: ¿Pase lo que pase? HS: (le pasa un papel) Cuando lleguen a un lugar seguro le entregas esto, es mi última voluntad. Por favor. JL: ¿Última voluntad? HS: ¿Cuidarán a Jiwoo por mi? JG: La cuidaré como lo más preciado que existe en mi vida. HS: Gracias y por favor, cuando lleguemos, no miren atrás, sólo sigan adelante con la frente en alto.
Haseul saca una botella de agua y regresa al frente del vehículo. Las rubias quedaron, simplemente, impactadas por lo que había dicho
¿Eso fue una despedida?
JG: Ella arriesgo mucho por nosotras no la dejaremos tirada como dice. JL: Debemos hacer lo que nos dijo. JG: No seas egoísta Jinsoul. JL: Si cometemos un misero error no habrá valido la pena el esfuerzo que hicimos, ella nos dijo que había que salir de aquí como fuera y eso haremos, ¿ya?
¿Cómo iba a dejar a la hermana de su mejor amiga botada? No podía.
La velocidad del camión comienza a descender y lo descubren de la peor forma posible, chocando una con la otra. Demonios, unos kilómetros menos y la caja empezaba a dar vueltas. La sensación de ir moviéndose disminuía cada vez más hasta que era casi imperceptible. Salen de la caja y se preparan para escuchar el pitido. Jungeun guarda la carta entre su fana y abdomen, el lugar más seguro que tenía.
El movimiento ya era nulo y suena el primer chirrido. Conectan sus miradas y ya era momento de correr, la puerta se abre de golpe y ellas saltan.
Un segundo.
Dos segundos.
Hasta los siete segundos y Jungeun divisó la caseta naranja, toma de la mano a Jinsoul, el agarre excedía más que toda la fuerza que tenía y comienzan a correr. Estaba oscuro y relativamente sería más fácil, o bien eso creían. Un paso en falso y el montón de militares que andaba por allí las mataría. Sin querer cruzan una luz —no había forma de seguir avanzando sin atravesarla— y comienzan a sonar unas alarmas. Los militares se preparan en todas las direcciones para dispararle a un instruso.
Haseul siempre lo supo.
"Estoy por acá, estúpidos militares" fueron las últimas palabras que pudo soltar Haseul antes de recibir un impacto de bala en la parte trasera de su cabeza.
Murió al instante.
Las rubias estaban a metros de Jiwoo y esta por fin las ve, abre el maletero del auto, ellas saltan dentro y como pueden cierran la puerta. Jiwoo ya iba a toda velocidad de camino a casa, el lugar era un caos, por el espejo retrovisor podía ver a los militares corriendo de un lado a otro.
La adrenalina era tanta que ninguna lograba soltar alguna palabra, Jiwoo estaba en shock, pero no más que las rubias.
JW: E-están vivas.
A penas dice esas palabras y las lágrimas salen automáticamente de sus ojos. Nunca había deseado algo con tantas fuerzas —fuera de arreglarse con Haseul—.
JL: H-hola.
Jinsoul ve a Jungeun sumamente afectada, y entendió todo. La apega a ella y la abraza, toma entre sus manos su frágil cuerpo e intenta devolverle un poco de vida propiciándole caricias, para finalmentr entrelazar sus manos.
A la vez simula que nada pasó frente a Jiwoo.
JL: ¿Cuánto falta?
Su garganta se aprieta al soltar esas simples palabras. Demonios.