cap 50: cojín.

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Nuevo día, nuevo comienzo. Un pequeño rayo de luz, que entraba por un orificio en la cortina comienza a molestar el profundo sueño de Jinsoul. Estaba soñando con la rubia antipática.
Despierta de golpe, toda transpirada y tratando de recordar donde andaba.

Mierda Jinsoul. Estaba babeando.

Jungeun seguía en un placido sueño, así la mayor trata de hacer como que nada pasó, pero no puede evitar despergar la vista de su compañera de cuarto.

¿En qué momento se volvió tan bonita?

Detente Jinsoul.

Ayer tuvieron un fantástico almuerzo-cena, la menor decidió abrirse y contarle algunas cosas que la situarían en el contexto de su situación, específicamente su personalidad. El por qué actuaba de manera fría y prefería terminar las conversaciones lo más pronto posible, cuánto le costaba decir algo pues lo pensaba millones de veces para no hacerlo mal, le costaba agradecer o más bien ser sincera con respecto a lo que sentía y más.

Claro no pudo hacerlo sin aguantar las lágrimas, Yerim, su ex mejor amiga, realmente la había destruido. Lo había hecho sin siquiera rechistar.

Pero por suerte, estuvo para ella, su carismatica compañera de cuarto. Aunque no fue de mucha ayuda pues las servilletas que trató de pasarle se le cayeron a su vaso de jugo y por las risas de esa situación las terminaron echando del comedor.

El simple hecho de poder hablar más de dos palabras con Jungeun sin notar que ésta quisiese matarla, era un logro para ella.

La reflexión y organización de todas estas ideas la mantuvieron pegada en el rostro de la rubia antipática por más de veinte minutos. Hasta que escucha gritos, la remueven de sus pensamientos y la sitúan en la realidad.

JG: Dios Jinsoul creí que habías muerto paralizada (le tira un cojín)
JL: No exageres, solo estaba pensando muy profundamente.
JG: Bueno, para la otra quédate "pensando" sin verme, pues la fuerza de tus pensamientos me despertó.
JL: ¿Existirá algún día en el que dejes de retarme solamente por respirar?
JG: Nunca te reto, es sólo que pareces un bebé de dos años y así me desconcentras.
JL: ¿Tan linda soy?
JG: ¿Desde cuándo los bebés son lindos?
JL: Auch.
JG: Bueno, paradójicamente tampoco signifique que lo seas.
JL: Deberías ir al grano.
JG: No grano-cias
JL: Doña comedia (vira los ojos)
JG: Bueno mujer quiero seguir durmiendo, ¿me devuelves el cojín?

Jinsoul se cuestiona si debería molestar un poco a la rubia para comenzar el día bien o sino solo para firmar su muerte.

Decide la primera.

JL: Mm no (lo esconde)
JG: Déjate de estupideces y pásamelo.
JL: Lo consideraré (se voltea)
JG: ENTREGAME LA WEÁ
JL: ¿Si no quiero?
JG: Te mataré.
JL: Ven a acostarte conmigo y te lo entrego.

Mierda Jinsoul, ¿por qué dijiste eso?

La menor se sonroja y se tapa con la manta completamente. Un silencio ¿coqueto?... se forma en la habitación.

JL: ¿Quieres el maldito cojín o no?
JG: No, ya no.
JL: ¿Segura? (abre los brazos)

Para las personas sería extraño abrazar a alguien que conoces hace dos días, pero la tarde de ayer había arreglado y mejorado todo, Jungeun le había confiado sus miedos más profundos, sus sentimientos e inseguridades más reprimidas en cuanto al exterior. Si alguien le preguntara en las personas en que más confiaba, Jinsoul sí estaría dentro.

La menor se levanta de mal humor, abre la manta de la cama de Jinsoul y se acuesta con ella.
Cualquiera podría notar lo nerviosa que estaba Jinsoul, con tal solo escuchar lo fuerte que sonaban los latidos de su corazón.
La rubia era cálida y sus brazos envolvieron perfectamente el frío cuerpo de Jungeun, sí, la menor había olvidado traer frazadas. Sus blancas manos rodean la pequeña cintura de Jungeun, fundiendo a las dos en un rojo permanente en sus perfectos rostros.

Podría asegurar, que en los brazos de Soul, se sentía realmente segura.

No Jungeun, no lo hagas.

JG: ¿Suficiente? Quiero mi cojín.

Mierda uno, mierda dos y mierda tres.

Esta vez si fue feo, Jinsoul no es del tipo de personas que se enoja luego de sentirse mal, pero siempre hay una primera vez para todo, ¿no?
Tiró el cojín de Jungeun a su cama, se cubrió la cara con el gorro de su polerón y se volteo, abrazándose a sí misma.

JG: Hey! (la empuja sutilmente)
JL: D-déjame.
JG: Sólo estaba preguntando, lo siento.
JL: Ya lo sé, déjame dormir.

¿Qué pasó por su cabeza antes de decirlo?
Estúpida —se decía a si misma.
¿Por qué no salía pronto de la cama de Jinsoul y la dejaba en paz? No quería, ella deseaba seguir en los brazos de la rubia, le hacía realmente bien.

Era su momento de actuar, suspira muchas veces y lo piensa tres mil más ¿lo hago?, ¿la incomodaré? ¿debería? ¿está bien?

Sólo hazlo.

Bota una última respiración y se pega al cuerpo de Jinsoul lentamente para abrazar su cintura. Las sensaciones del momento le erizaron la piel a las dos y tal vez, la mitad de la rabia de la mayor se había escapado con las suaves caricias que estaba dejando la rubia en su pelo, con su mano libre.

Ninguna hablaba, con suerte respiraban, el ambiente estaba calmado, pero Jungeun debía abrir su estúpida boca y pedir perdón. A decir verdad, no lo haría. Entrelaza lentamente su mano con la de la contraria y Jinsoul le corresponde amablemente.

Tu puedes Jungeun, hazlo de una vez.

JG: Perdóname.
JL: Está bien (sonríe) lamento ser cargante a veces.
JG: Me gusta así, sigue siéndolo.

Jinsoul suspira, ¿la rubia antipática estaba coqueteando con ella?, al segundo su estómago suena ferozmente y aprovecho el instante para intentar programar una nueva "cita".

JL: ¿Quieres hacer algo?
JG: Seguir sosteniendo tu mano.

Por fin salen las palabras correctas.

Train - LipSoulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora