cap 121: [VIII]

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Quedaba sólo una hora para terminar de atravesar el túnel, a pesar que sus pensamientos le revolvieron la cabeza de la peor y mejor forma posible, seguía muy desconcentrada.

La pantalla del GPS se ilumina nuevamente —como la primera vez—, Haseul les diría algo.

"Esperando que sigan vivas, deben seguir todo lo que les diré a continuación o ninguno de sus esfuerzos habrá válido la pena.
La conductora por favor, necesito que subas la velocidad a 350 kilómetros por hora, de lo contrario no alcanzarán a llegar a la hora.
Cuando lleguen, deben detenerse en la línea amarilla —la verán gracias al reflejo de la luna—, está marcada con diez metros de distancia con el final. Una van irá por ustedes a las seis y treinta, por favor pongan un cronómetro, tendrán segundos para abordarla. Deben llegar caminando, asegúrense de eliminar todo tipo de huellas del auto. Y por favor presionen el botón rojo del GPS al bajarse.
La van es conducida por mi mano derecha, ella las traerá hasta a mi. Necesito que memoricen esto porque es lo fundamental. Se subirán al camión como "mercadería", hay una caja que es prácticamente tres veces ustedes, así que tendrán comodidad, el viaje a Corea dura dos horas desde que suban. Deben estar calladas, cualquier movimiento en falso nos delatará y moriremos las tres, ¿entendido?
El camión tiene cuatro patas que bajan antes de detenerse, inmediatamente cuando escuchen un chirrido saltan, solo son dos metros de caída, a lo más pueden contraer un esguince —lo de menos a estas alturas—.
A penas estén en tierra firme, corran a la caseta blanca. Tras ella estará Jiwoo, ni siquiera la miran, solo suben al auto y la obligan a irse a toda velocidad. Tienen que esconderse muy bien, borré todo rastro de la suplantación de identidad, pero nada me asegura que no se enteren, así que manténganse a salvo.
Nos vemos. Haseul"

Luego de las palabras de Haseul, Jinsoul no estaba tan nerviosa, más bien y gracias a que le dió instrucciones para seguir se sentía con un propósito.

Por fin habían llegado, eran las seis con diez minutos y la luz de la luna les permitía verse una a la otra. Luego de horas infinitas de encierro bajo tierra, ahora podrían salir corriendo y reencontrarse con sus otras mitades.
El cronómetro del reloj de Jungeun retumbaba en el tunel poniendo un poco ansiosa a las dos por lo que les esperaría. Pero todo valdría la pena cuando por fin llegaran.

Lo haría, ¿verdad?

El pitido del reloj comienza a hacerse más agud a medida que quedaba menos tiempo. Los nervios hacían cumplir La Ley de Einstein acerca de la relatividad del tiempo, ya quedaban sólo dos minutos. Jungeun vuelve al auto para presionar el botón —pues ya limpió todo rastro del manubrio—.

Toma de la mano a Jinsoul y comienza a correr esos diez metros que las separaban del oxígeno puro.

Comienza a salir un humo pesado desde sus espalda y eso les obliga a apurar su paso. Suena el cronómetro y estaban fuera, un bocinazo las hace reaccionar, nuevamente corren hacia el vehículo que les había conseguido Haseul, como si su vida dependiera de ello —prácticamente lo hace—.

Ni siquiera alcanza a saludar a la chófer y ya estaban avanzando a toda máquina por la solitaria carretera.

JG: H-hola.
YJ: Es mejor que se callen.
JG: Gracias por v-
YJ: Sólo hago esto porque Haseul me lo pidió. Así que ahora cállense y prepárense para lo peor porque eso es lo que les tocará luego.

Esa pequeña muchacha tenía toda la razón.

(...)

A medida que se acercan a la base gubernamental, Yeojin revisa constantemente si hay policias o militares a la vista, por suerte el falso accidente que provocaron sirvió de distracción.
Se estaciona tras el camión de escape y les indica todo el plan nuevamente a las dos rubias.

YJ: Un gusto, espero que lo logren.

Vuelve al auto y se va a toda velocidad, las mayores pierden su rastro en segundos.

Vaya chica.

Ahora estaban las dos, dentro de una caja, luchando o más bien rogando porque todo saliera bien.

Jungeun prefirió apagar un reloj para poder concentrarse. Ellas repetía una y otra vez los pasos que Haseul les indicó hasta que el motor del camión se enciende.

Cada vez estaban más cerca.

SY: POR FAVOR DEJA DE IGNORARME Y DIME ALGO QUE ME DARÁ UN ATAQUE!

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SY: POR FAVOR DEJA DE IGNORARME Y DIME ALGO QUE ME DARÁ UN ATAQUE!

Sooyoung agita sus brazos en señal de su desesperación, y sólo allí Jiwoo decide levantar su cabeza hasta el reloj de la pared y suspirar.

JW: De acuerdo a lo que me dijo Haseul, ellas deberían estar entrando al túnel.
SY: ¿Siguen v-
JW: No lo sé, ninguna me responde.
SY: Ya relájate, a estas alturas sólo debemos cumplir con el plan.
JW: Debo.
SY: ¿Qué?
JW: Haseul sólo pudo conseguir el permiso para mi porque soy su hermana...
SY: Ni loca te dejo salir sola.
JW: Es que tendrás, no hay forma que me acompañes sin que te maten.
SY: (niega) He tenido suficientes pérdidas en mi vida como para afrontar una más.
JW: Si entorpecemos el perfecto plan de Haseul me ahorcará. Si lo arruinamos ellas morirán, ¿acaso quieres eso?
SY: No preguntes estupideces.
JW: Entonces hazme caso (cruza los brazos)
SY: Está bien, lo siento.
JW: Da igual.

La menor une sus labios en un tibio beso, debía hacerlo, aunque le doliera el alma pensar que esta podría ser la última vez que viera al amor de toda su vida.
Pero no podía confesarle lo arriesgado que era todo o ésta la acompañaría sin siquiera pensarlo dos veces.

Un llamado las interrumpe.

JW: ¿Aló?
HS: Tenemos un problema.

Train - LipSoulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora