• 1 •

111 11 7
                                    

Primer día de clase y ya íbamos más que tarde, todo gracias a mi querido compañero de piso, bebidas y malas decisiones, que tuvo la brillante idea de irse de copas por el cierre del verano la noche anterior, admito que todo fue muy genial pero ahora tenía una resaca de los mil demonios y prometía quedarse por un buen rato.
Una vez "presentable" corrí junto al patoso de Nam hacia el auto, solo rezaba porque el tráfico estuviera de nuestro lado, con tan mala suerte que terminamos entrando al salón con unos buenos 30 minutos de retraso. Para mí no suponía ningún problema ya que mis dos años de carrera estaban respaldados por un muy excelente expediente académico, caso un poco bastante contrario al del pobre "señor retraso" nombre que se ganó debido a su largo historial de impuntualidades, pero tampoco se veía muy afectado debido a sus sobresalientes notas (todo un cerebrito que es).
Ya estaba empezando a respirar con calma y tranquilidad después de darle mil excusas a la profesora principal de año hasta que lo ví ahí, justo en mi salón, al lado de mi solitario lugar, con su sonrisa socarrona, ojos gatunos que ocultan tantas cosas y ese pelo rebelde teñido del negro más oscuro y brillante. Ok, Tierra, ya puedes tragarme.


Flashback


"Estaba muy cómodamente tumbada en mi cama mientras Sims de Lauv resonaba por toda la habitación acompañando mi agradable noche de lectura, todo hasta que el fuerte sonido de mi puerta siendo aporreada me quitó toda esa paz que tanto me había costado conseguir. Un muy agitado Namjoon entró arrasando con todo a su paso y dejando uno que otro cuadro en el suelo debido a la fuerza del golpe contra la pared.

–Tienes dos opciones, o te cambias ahora mismo de ropa o me veré en la obligación de hacerlo yo, y no acepto una negativa por respuesta,así que ya me dirás–

Lo miré con mi típica expresión de hastío, aún no lograba acostumbrarme a esos ataques repentinos suyos de adrenalina, y resignada a lo que sabía tendría que vivir si le decía que no, opté por no mostrar resistencia y solo cumplir sus deseos de salir esa noche.

–Y a dónde se supone vamos a ir hoy?– Le pregunté ya desde el baño, mientras me enfundaba en mi vestido negro favorito

–En realidad no tengo ni la menor idea del lugar al que nos dirigimos, un amigo me llamó hace unos minutos para preguntarme si quería salir de copas con él. Así celebramos el final del verano y también su retorno a la ciudad–

Ya con el vestido a medio poner salí del baño indicándole con un gesto a Nam que me cerrara el broche en lo que me ponía un poco de maquillaje, mi cabello se quedaría así, su aspecto rizo lucía bien con mi aspecto para la noche.

–Eso quiere decir entonces que es un amigo que no conozco, estoy en lo cierto?– Lo miré mediante el espejo de manera un tanto amenazadora mientas terminaba de aplicar la mascarilla –Sabes que detesto salir con perdonas que no conozco de antemano–

Al momento puso su mejor sonrisa a sabiendas del error que había cometido pero sin el menor deseo de admitirlo.

–Tranquila, YoonGi es un chico correcto, bastante callado diría yo, a penas y habla, solo sé tú misma y diviértete con el resto de los chicos y...–

Con solo la mención del resto de sus amigos todas las dudas desaparecieron de mi cabeza, así que terminé de arreglarme a la carrera, cuanto antes vea a esos alborotadores mejor

–Bien, cuando llegan los chicos?–

Una carcajada salió desde lo más profundo de su pecho retumbando por toda la estancia haciendo que me diera cuenta de la emoción desmedida que se reflejaba en mi rostro –En realidad ya están aquí, hace unos 20 minutos llegaron, y Min YoonGi también–

Antes de que pudiera preguntar por fin quien era ese tal Min YoonGi, Nam ya había tomado mis zapatos y me llevaba a rastras hasta el comedor donde se podía escuchar la risa de sus disparatados amigos. Obvio iba a saber quién era el chico nuevo cuando fue el único rostro que no logré identificar entre tantas caras familiares para mí. A primera vista se veía como alguien normal, bastante tranquilo y con un aura sombría, pero si lo mirabas bien, podías darte cuenta de que era todo un libro interesante que a pesar de no entender ni la mitad de lo que dice sientes la necesidad de terminarlo. Detallé que era más bajo que el resto pero al lado mío apostaba sería alguna especie de gigante, teniendo en cuenta mi baja estatura. Su nada atlética y blanquecina anatomía estaba recubierta por un traje negro brillante informal que hacía relucir aún más sus oscuros ojos gatunos y las facciones de su rostro. Pude ver cómo repasaba mi figura y las pocas zonas que quedaban realmente cubiertas por mi vestido mientras un brillo siniestro asomaba por su mirada. Una vez terminó su rápido pero meticuloso escaneo se levantó de la butaca dónde se encontraba y me extendió su mano a modo de saludo.

–Un gusto, Kang Yiren, he escuchado mucho de ti.– Volvió a mirarme una vez más desde arriba con una mirada sugestiva y luego de remojarse los labios con su lengua continuo hablando. –Espero que nos podamos llevar bien.–

Algo en su mirada me llamaba, invitaba a mis ojos a no apartarse de los suyos, ser partícipe de lo que sea me proponía y sin previo aviso, con su mano libre, tomó mi cintura y depositó un beso en mi mejilla que causó un mar de emociones y una sensación de hormigueo en mi piel, ya que esa zona no llegaba a ser cubierta por la tela del vestido y mi oído, al escuchar lo que me susurraba.

Lindo vestido–

Playing gamesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora