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Nuestros labios iban lento, como si fuera la primera vez, sin prisas, con cautela. Sus manos alrededor de mi rostro, dando leves caricias mientras que las mías estaban sobre sus hombros. A ambos nos rodeaba una atmósfera calma, muy rosa podría jurar siendo acompañada por el sonido de nuestras respiraciones. 

Poco a poco el beso paso a ser de algo romántico y lleno de amor a uno carnal y cargado de pasión. YoonGi se separó un poco de mí para retirar mi camiseta y besar mis clavículas, bajando de a poco hasta mis pechos desprovistos del sujetador y tomándose su tiempo antes de meter mi pezón en su boca para morderlo ligeramente mientras que pellizcaba el otro con sus uñas. Mis gemidos no tardaron en resonar por todo el cuarto y mis caderas en frotarse contra las suyas cuando arqueé mi espalda ante la sensación de placer que me azotó.

Ya mis senos estaban más que sensibles luego de tantos mimos y él lo sabía así que continuo bajando sus besos hasta el elástico de mis braguitas. Su nariz recorrió toda mi longitud presionando justo donde debía sacándome un jadeo junto a un suplicante "por favor" para luego arrancarlas de mis piernas y sin esperar más su boca fue directo a mi centro suplicante por un poco de atención. Su lengua hábil fue la primera en iniciar la tarea y si que sabía cómo hacerlo. Ya para cuándo sus dedos se unieron a la faena yo era un montón de gemidos y frases incoherentes junto a mis ojos acuosos ante tan abrumadoras  sensaciones llevándome al orgasmo más devastador y delicioso de toda mi vida.

Mi cuerpo perdió toda la fuerza luego de eso, mi respiración era todo un desastre pero eso no fue razón suficiente para que su boca y dedos pararan de darme placer en una zona que pedía a gritos dejaran de sobreestimular y no fue hasta que estuvo satisfecho que llevó sus labios hasta el interior de mis muslos, trazando un nuevo camino de besos hasta mis labios.

En algún momento su camisa desapareció, dejando frente a mis ojos su blanquecino torso. Sus hombros fueron lo primero en hacer contacto con mis dedos que recorrieron toda su extención hasta llegar al final de su estómago. Su mirada felina no abandonaba en ningún momento mis movimientos y posó sus ojos en los míos una vez desabotoné y bajé el cierre de su pantalón jalando este hasta abajo junto a su bóxer.

Ambos estábamos desnudos, sintiendo nuestros cuerpos, la calidez del otro, haciéndonos uno. Sus embestidas lentas, delicadas y sus labios sobre los míos eran esas palabras que no decíamos, eran esas promesas que tal vez nunca se podrían cumplir y todos los sentimientos que comenzaban a salir a la superficie.

En un hábil movimiento logré ponerme sobre él, tomando el control del momento y aumentando el ritmo de las penetraciones. Sus manos fueron de mis senos a mis caderas, las cuales apretó antes de bajar hasta mi tracero ayudándome a encontrar el movimiento y velocidad perfecta para volvernos locos a ambos.

Sus jadeos y mis gemidos se volvieron cada vez más descontrolados hasta que ambos llegamos al orgasmo, explotando el mío  antes que el suyo, que no tardó en llegar, gracias a la fricción que mi vagina apretada ejercía contra su pene y una vez que esto ocurrió caí desplomada sobre su cuerpo sudoroso.

Con sus brazos rodeó mi cintura y dejó un beso en mi frente seguido de otro en mi sien, costumbre que había adoptado desde aquel día en mi habitación, para luego pasar a acariciar mi cabello, acomodando esos mechones rebeldes que se pegaban en mi frente.

–Oye Yoong's– rompí el silencio un rato después llamándolo a lo que me respondió con un sonido proveniente de su garganta– Ya casi es navidad y estaba pensando que tal vez podíamos, no se, aceptar la oferta de Kook e irnos con él y mi hermana a ese resort. Que te parece?–

Ese era un tema que venía rondando mi mente desde hacía ya unas semanas, cuando Jungkook me lo había comentado luego de una charla que habíamos tenido con respecto a que planeabamos hacer para las vacaciones de invierno.

–En realidad, ya tengo las reservaciones– fue cuando levanté mi cabeza de su pecho para verle a la cara que descubrí una sonrisa en su rostro –No tenía planeado decírtelo hasta la próxima semana pero ya que me preguntaste pues...sorpresa, creo–

Ambos comenzamos a reír de repente y es que este hombre no paraba cada día de sorprenderme, desde cenas románticas en el balcón de su departamento bajo la luz de la luna, besos robados y juguetonas caricias eran las nuevas tácticas de seducción de Min YoonGi para hacerme caer cada día un poco más por él.

–Y cuando se supone que hiciste todo eso? Y con ayuda de quién?– me ví en la necesidad de cuestionar pues la planificación de viajes no era algo que se le diera tan bien, o más bien le era tarea imposible debido a su flojera continua.

–Podría decirte que lo hice solo pero sería una vil mentira.– rió bajito antes de seguir hablando –Fue tu hermana, ella y Jungkook hicieron todo, pro siendo honestos, al final la intención es lo que cuenta no?– y no pude evitar besarlo luego de ver esa linda sonrisa de encías suya una vez terminó su pequeño discurso

–Pues si, iba a ser muy poco creíble si me decías que tú habías hecho todo esto pero igual fue lindo de tu parte– y esta vez fue él quien me besó a mí

–Bien, ahora vamos a dormir un rato, necesito recuperar energías. Por cierto, el viaje es el martes, así que mañana vamos a tu departamento para recoger las cosas– y entre besos y caricias dimos por terminada la conversación, sumergiendonos en el silencio una vez caímos rendidos ante el sueño.

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