Playing games

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Una hora fue lo que duró mi tranquilidad esa noche, los chicos llegaron con su habitual alegría y él con su típica expresión de hastío. Los bocadillos y bebidas estaban colocadas estratégicamente sobre la mesita frente al TV y a los lados de los sillones, así nos sería más fácil poder tomar las cosas sin tener que parar el juego.

La noche cayó sobre nosotros sin darnos cuenta y como nadie tenía ganas de cocinar fuimos a un restaurante familiar que estaba muy cerca del edificio. La señora dueña del local nos atendió muy amablemente compartiendo algunas palabras con Nam y conmigo, ya que ambos éramos habituales allí además de darnos guarniciones de más una vez estuvo lista la comida.

Poco a poco el lugar fue vaciandose hasta que nosotros fuimos los únicos en aquel lugar, acompañados solo por nuestras risas flojas y las botellas de cerveza vacía.

–Chicos ya es un poco tarde y mañana tengo que ir temprano universidad– Ese fue Jimin, el pobre a penas y tenía tiempo para salir debido a su carrera, así que nadie le dijo nada por retirarse temprano. Junto con él se marchó Junkook, alegando que no podía soportar a unos insufribles borrachos.

Media hora más tarde mis instintos naturales me hicieron ir de inmediato al baño, si me quedaba ahí un rato más vomitaría sobre cualquiera de los chicos y eso sería súper desagradable. Alivio fue lo que recorrió mi cuerpo después de dejarme la vida en el bater, además de sentir como la sobriedad regresaba a mí. Me heche un poco de agua en la cara para intentar despejarme un poco más y al fijar mi vista en el espejo, pude ver su figura justo detrás de mi.

–Ahora que quieres?– Me di la vuelta para enfrentarlo y en serio me molestó el destello de burla que danzaba por si rostro pálido

–Es que no te alegras de verme, pequeña Yiren?– Alguna vez he mencionado cuánto odio que me diga así?

–Pues no, YoonGi, no me alegro nada de verte, ya te lo dije esta mañana en la escuela– Y ahí estaba esa sonrisa suya, ese aire de superioridad, joder como lo odio

–Y yo recuerdo también muy claramente cuando te dije que las cosas se hacían como yo quería, y creo que ahora me apetece probar esa boquita tuya–  A paso lento se acercó a mí acorralandome, una vez más, dejando que su perfume invadiera mis cosas nasales, es que lo odio pero el muy cabron sabe lo jodidamente sexy que es y eso me hace odiarlo más, y desearlo más también. Maldito pelinegro

–Dime Yiren, te gustaría jugar un juego–

–Un...juego?– La duda asomando por mi rostro cuando con un asentimiento respondió a mi pregunta –Y que tipo de juego se supone que sea?–

–Uno muy interesante Yiren, y que te va a encantar–

Muy bien Min YoonGi, veamos que juego propones jugar.