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Una sonrisa apareció de nuevo en su rostro cuando notó mi interés por su proposición pero no me molestó mucho eso ya que todo mi interés estaba volcado a descubrir de que se trataba todo esto.

-Es algo sencillo Yiren, tú y yo compartiremos un pequeño secreto que nadie más va a saber. Tú vas a ser mía una vez estemos solos así como yo te perteneceré a tí. No habrá testigos de lo nuestro, no tendrá nombre con el cual calificar lo que tendremos y lo más importante, nunca, involucraremos nuestros sentimientos. Es fácil de entender.- Sus ojos observando mi reacción, la confusión reinando en mi rostro.

-Ok,pero lo único que no entiendo de tu juego es que se supone que ganes tú con esto o, en este caso, que ganaré yo?-

-Hay,pequeña e inocente Yiren,este no es el típico juego donde el perdedor le cede algo al ganador,para nada. Si quieres ganar algo pues entonces conformate con saber que me ganarás a mí durante unas horas algunas veces por semana- Viniendo de sus labios no sonaba mal, pero cuando sus palabras llegaban hasta mi cerebro podía sentir como algo no encajaba y me molestaba en exceso.

-Entonces no entiendo la finalidad del juego si es que lo podemos llamar así. Esto más bien es una manera que tienes de adornar el hecho de que quieres que sea tu puta de turno, con la que podrás quitarte las ganas cada vez que no tengas con quién- Él pudo notar el enojo en mi voz, y fue por esa misma razón que decidió corregir su anterior discurso barato.

-No pequeña, me has entendido mal. Tú no serás mi puta de turno ni la que busque cuando no tenga con quién, porque vas a ser la única con la que follaré y yo seré el único al que le abrirás las piernas, al menos en el tiempo en el que dure esto- Debo admitir que dicho de esa forma sonaba bastante apetecible, pero aún no era momento de ceder, no le haría las cosas tan sencillas, no esta vez.

-Bien, vamos a ponerlo de esta manera, este va a ser un juego entretenido que solo tú y yo jugaremos, no es una competición donde exista un primer o segundo lugar. No, aquí no habrá un ganador y mucho menos un perdedor, solo una recompensa de la cual ambos seremos dueños. En este juego no existe más recompensa que el placer de follar- Debo admitir que antes solo me parecía una idea loca, muy loca y sin sentido, pero ahora, visto desde otra perspectiva sonaba más... interesante?

-Y como se supone que el resto no se va a enterar de lo que sea que pase entre nosotros?- Era una duda que me rondaba la cabeza ahora que estaba planeando aceptar meterme en eso.

-Los chicos supondrán que algo nos traemos pero nunca lo van a preguntar ni comentarán al respecto, así que técnicamente será nuestro secreto- Me explico en un tono calmo, pero su expresión pasó a denotar sorpresa al darse cuenta que mi respuesta a su propuesta era positiva -Eso quiere decir entonces que...-

-Por ahora me lo pensaré un poco, ya te daré una respuesta cuando haya sopesado todas las alternativas- Le interrumpí antes de que terminara de hablar, no quería crear falsas expectativas cuando aún no estaba decidida al cien por cien.

-Muy bien, te daré dos días. En dos días nos veremos y hablaremos de esto y tal vez hasta te de un motivo para que tú misma me pidas que empecemos de una vez por todas-

Y una vez más se fue, dejándome sola, en el baño, esta vez de un pequeño restaurante y, como era habitual en cada uno de nuestros encuentros, con más dudas acumulándose en mi cabeza.

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