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Si dormir a su lado fue una delicia, despertar a su lado fue más que increíble. Su rostro se encontraba a escasos milímetros de los míos, la expresión serena y su respiración calma. Era como tener un ángel frente a mis ojos.

Ya que aún dormía profundamente me permití observarlo en más detalle, si esta mañana en mi departamento me había quedado fascinada por lo hermoso que se veía al ser bañado por los escasos rayos de sol que solo alcanzaban a su rostro, ahora, que podía ver su torso desnudo totalmente alumbrado por estos, ahora estaba al punto del colapso. Tampoco podía entender como este chico que tenía en general un aura fría y mirada intimidante podía verse tan inofensivo una vez caía dormido.

Con cuidado de que no se despertara salí de la cama y salí de la habitación con dirección a la cocina, lo menos que podía hacer era intentar preparar el desayuno, o mejor decir, el almuerzo para ambos.

Cinco fueron los intentos de freír los filetes sin que quedaran totalmente rostizados, así que cuando estaba a punto de hacer lo único que me salía a la perfección, ramen y huevos, salió YoonGi de su habitación totalmente vestido con su característica vestimenta oscura.

–Pensaba que ya habías incendiado la cocina– Se mofo mientras me arrastraba fuera de ahí con dirección a su habitación –Ve dándote un baño y arreglándote, ya me encargo yo de la comida–

–Como ordene capitán– Bromeé con él pero me sorprendió no verlo reír ante mi intento de lucir como un cadete que seguía órdenes de su mayor general. Muy bien, no le gustan las bromas.

Una vez en el baño, la sensación del agua caliente cayendo sobre mi cuerpo fue super relajante y no fue hasta ese momento que me di cuenta de lo agotada que estaba y de lo adolorida que estaba. Tardé cerca de unos 30 minutos para estar totalmente lista y una vez salí a la cocina el delicioso olor de la comida me dió la bienvenida.

–Vaya, no sabía que se te daba tan bien esto de ser chef– Le dije tratando de romper el hielo y aligerar la tensión palpable en el aire.

–Voy a serte claro Yiren, nosotros no estamos en la típica relación amorosa ni esas mierdas a las que acostumbras– Su tono pedante hizo que me dieran ganas de golpear su hermosa cara

–Mira YoonGi, no se que mierda crees que busco yo al decirte esas cosas o si es que te moleste que trate de bromear contigo un poco. Yo sé lo que quieres de mí y ya te dije que si, que entro en tu juego tonto porque si, me atraes muchísimo y eres jodidamente sexy pero no te creas que solo porque me follaste como poseso toda las madrugada ya estoy muerta de amor por tí, porque creeme que se necesita más que eso para que caiga rendida a tus pies. Solo trato de que podamos tener una relación normal fuera de la parte sexual que nos une, y no me refiero a una relación romántica, pero podemos al menos tratar de ser algo bastante parecido a dos amigos o al menos dos conocidos que pueden hablar como personas normales y no como animales que solo se acercan para intimar, así que si te molestan este tipo de cosas mejor solo llámame cuando te duela la polla y una vez terminemos me marcho– Al parecer mis palabras le hicieron gracia, porque una fuerte carcajada llenó el silencio que se había formado entre los dos.

–Ya entiendo gatita, perdóname si te pareció un poco pedante mi comentario pero necesitaba aclarar ciertos puntos– Me explico como si yo fuera una niña que aún no comprendía los dilemas de la vida de un adulto

–Esa parte no te la critico porque si hay algunas cosas de esto que necesito me expliques pero creeme que esa no era la manera–

–Y me disculpo por eso, en serio no quería sonar tan petulante– Una linda sonrisa afloró de sus labios junto a su disculpa y no me lo pensé dos veces antes de hablar

–Muy bien, esta vez te la dejo pasar porque esa sonrisa me saco varios años de encima, pero a la otra no será tan fácil– Otra carcajada salió de sus preciosos labios y fue como ver las flores de cerezo en medio del invierno, imposible pero hermoso.

–Entonces arreglado ese punto termina de comer, tenemos que salir lo más rápido posible si queremos llegar a tiempo– Una vez más la duda afloró en mí pero fue demasiado fuerte como para ignorarla

–Y a dónde se supone que vamos?– Lo miré expectante a su respuesta y esperaba esta vez obtener una

–A ver a mis padres– Ok, ahora sí que no entendí nada

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