Tanjirou Kamado, un ex estudiante dejado, ahora un agitado trabajador en una panadería con demasiadas responsabilidades, lleva una vida dura después de la muerte de sus padres intentando mantenerse a él y a su hermana menor, Nezuko, a flote. Tanjiro...
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Pov Tanjirou
Todo el trayecto hacia el lugar de las hamburguesas se mantuvo en silencio, con tan sólo las noticias que se daban en la radio de fondo, al parecer hablaban de un nuevo virus que se estaba dando en otro país.
Observo mis manos que juguetean entre sí nerviosas, por alguna razón.
Y es que estoy nervioso, no lo voy a negar, ya que, cómo decirlo, esta es la primera salida que he tenido con alguien a parte de Nezuko.
El auto se detiene y observo frente a nosotros un puesto de hamburguesas en medio de un terreno, alrededor hay mesas de madera y luces cuelgan entre los árboles, arriba de las mesas.
Miro a Giyuu y me encuentro con su mirada en ese momento.
Nos miramos unos segundos, y él, sin expresión alguna, desvía la mirada y sale por la puerta del copiloto.
Acto seguido, salgo rápido del auto y voy trás de él.
Tomamos lugar en una mesa de aquel bonito puesto y el silencio se hace presente de nuevo.
¿Qué le digo? Quiero hablar con él. ¿Qué hago? Quiero conocerlo. ¿Entonces qué? Quiero ser su amigo.
Demonios.
Estoy a punto de intentar decir algo cuando una mesera se acerca a nosotros y pide nuestra orden.
—Buenas noches, ¿Qué van a pedir? —pregunta de manera cortés mientras saca la punta de su bolígrafo con su pulgar.
Miro a Giyuu que parece cambiar su expresión de "nada" a una pensativa.
—Un combo Demon slayer, por favor, aaah, extra grande —pide el de coleta rápidamente, acto seguido la muchacha dirige su vista a mí y entro en pánico.
¿Qué pido?
-¿Y usted? —pregunta la chica mirándome y luego siento otra mirada puesta en mí.
Giyuu...Agh.
—Yo...Ah...Pues... —¿Qué hago? Jamás había comido aquí. ¿Qué pido? ¿Por qué soy tan nervioso? ¿Por qué me hago preguntas en mi cabeza cuando estoy nervioso?—. Lo...¡Lo mismo que él! —ah, dios, no.
—Entonces dos combos Demon Slayer extra grandes para los chicos guapos de la mesa 3 ¿Algo más? —recita la chica y como si nos hubiéramos puesto de acuerdo, Giyuu y yo negamos con la cabeza—. En unos momentos sale su orden —y luego ella se va, alejándose entre las mesas.
No, no te vayaaaaas, no me dejes solo...¡Con él!
Girando mi cabeza muy lento, miro a Giyuu de nuevo, el cual parece estar texteando algo en su teléfono.
¡Vamos Tanjirou, di algo!
Pero no resulta así, porque pasan algunos minutos más y aún sigo con mi intento de entablar una conversación.
