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ELIZABETH: 

— Bingo, los encontramos — dijo sonriendo macabramente y yo rompí a llorar.

La desesperación combinada con el miedo ingresaron a mi de la peor manera, arrasando con toda la seguridad que tenía en ese momento. Temblé como nunca creí haberlo echo, y el señor sacó un arma, aún arrodillado me apuntó con esta, dejé de respirar.

Andrew me atrajo hasta él y cuando me apegó a su pecho sentí que temblaba incluso peor que yo, se impulsaba para ponerse delante de mí, pero eso demoró mucho.

Un disparo resonó en el lugar.

Luego lisuras y quejas, supe que era mi fin, entonces recordé aquellas escenas en que un disparo no se sentía en los primeros segundos simplemente caías inconsciente, sin embargo, ya habían pasado segundos y yo seguía sin sentir nada.

¿Entonces qué? Palidecí al recordar a Andrew.

No, por favor, no.

Levanté la cabeza alterada pero vi que él estaba igual de sano que yo, me alivié, giré mi cabeza cuando oí otro disparo y me agaché inconcientemente.

— No te muevas — murmuró Andrew débilmente.

El señor que estaba a nuestro lado yacía en el suelo chorreando liquido abundante, de su cabeza, Andrew me sujetó mas fuerte, pegándome hacia él, parecía una manera de hacerme sentir protegida y lo lograba. 

Disparos continuos y miedo, ni siquiera podía asomarme a ver que sucedía.

— Mierda. Mierda — escuché de una voz ronca.

— Shh, tranquila Eli, no te muevas — susurró Andrew a mi oído e intenté hacerlo, pero era casi imposible.

Más disparos, más insultos, más gritos, cubrí mis oídos son mis manos, aunque seguía oyendo ruidos, luego pararon. Andrew palideció, se oyeron pasos nuevamente cerca. 

Thomas apareció por nuestro lado, y luego Alisson, tenían armas en sus manos, dos cada uno, fruncí el ceño extrañaba, pero ni Andrew y yo dijimos nada.

— ¿Y nuestro gracias? — dijo mi ex esposo — Creo que deberíamos ser asesinos profesionales, ni siquiera me dio pena, ¿seré sociópata? 

— Creo que le disparé a uno, ¿debería rezar para que descanse en paz? — habló Alisson — osea no, pero no quiero nada de almas en pena atormentándome.

Andrew tomó la palabra.

— ¿Ustedes? ¿Cómo? ¿Y mis guardaespaldas? — preguntó asustado.

— Chorreando vino tinto allá abajo, deberías contratar a mejores — soltó Thomas con descuido — No. La verdad que estoy con pánico, ¡Maté a alguien¡ ¡Como a cinco¡ Y QUIERO IR AL CIELO¡¡

— Y yo — dijo Alisson — Explicando todo. La vez en que uno quiso dispararle a Thomas fue como un aviso, y ese día ya habíamos estado preparados, compramos un rastreador y se lo lanzamos, era algo como un chip, el punto es que estábamos viendo donde iban y los seguíamos en el auto de Thomas a distancia, tampoco queríamos estar cerca.

— Pero — continuó Thomas — Ellos vinieron a este lugar, entonces dije ¿Qué puede haber en ese sitio desolado? y creí que sería su base, entonces los seguimos manteniendo distancia, pero se estacionaron aquí abajo, entonces recordé cuando secuestraron a Elizabeth que dijiste que habían venido acá.

Escuchamos todo con atención pero no pude evitar mirar el cuerpo del señor con un charco de sangre a su lado.

— Y Thomas dijo que teníamos que entrar — contó Alisson.

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