El partido había iniciado hacía un rato y el marcador era claro, Shiratorizawa 25 - Karasuno 14, y aunque todavía debían jugar el segundo set, estaba más que claro cuál equipo sería el ganador después de todo.
Los dos entrenadores decidieron dar un tiempo para que sus equipos pudieran descansar correctamente y comer algo. Se les anunció que podrían caminar libremente por toda la escuela si eso era lo que deseaban, siempre y cuando estuviesen de vuelta en veinte minutos para seguir con el partido.
A Ushijima esa noticia no podría haberle sentado mejor, ya que se estaba muriendo de hambre. No había probado bocado en todo el día y sentía que si no hacía algo al respecto terminaría en peor.
Es por eso que, al momento de tener la oportunidad de salir a tomar un poco de aire fresco, lo primero que se le vino a la mente fue pasar por un local callejero donde vendían todo tipo de comida chatarra que él odiaba, pero prefería eso antes que sufrir una recaída a la mitad del partido por falta de nutrientes.
Una vez que tuvo su hamburguesa en mano, se encaminó a unos asientos donde se encontraban Tendou y Semi hablando de una nueva táctica que podrían usar en el set queseguía. Sin mucho interés Wakatoshi se sentó junto a ellos mientras le daba el primer mordisco a su comida.
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El tiempo iba pasando, y con él, otra nueva agresión que Hinata recibía. No le estaban golpeando, o por lo menos no era nada de lo que preocuparse a simple vista.
Los insultos por parte de dos personas que Shoyo sólo sabía sus nombres caían como balazos. En una esquina del lugar podía ver como su tercer atacante intentaba desarmar su silla a los golpes sin darle la chance de poder defenderla.
Las mejillas rojas y húmedas del pequeño debilitaban el pobre intento que hacía por mantenerse fuerte. Con los brazos intentando cubrir su cabeza por el miedo a que pasasen de los insultos a algo peor.
Con el poco coraje que aún conservaba, Hinata se animó a levantar la vista para cruzarla, solo unos milisegundos, con el representante del grupo. Vió la hira aumentar en aquellos ojos, tanto que sintió como la sangre se le helaba mientras volvía a bajar rápidamente la cabeza, aunque ya era tarde.
Selyse parecía fuera de control y su mente no le dejaba pensar con claridad. Aquel cruce de miradas que para muchos parecería algo insignificante, para él significaba un desafío a su autoridad.
- ¿Qué sucede, enano? Eres lo suficiente valiente como para quitarnos nuestro lugar, pero no para enfrentar las consecuencias. Eres un cobarde, patético.
Hinata vio como el cuerpo más grande de su superior se acercaba peligrosamente, y lo único que atinó a hacer fue abrazarse aún más a sí mismo. El atacante levantó su puño, pero antes de sentir como el primer golpe se tocaba, todos pudieron escuchar como la puerta era abierta con una fuerza casi sobrehumana.
En un inicio el ambiente quedó en silencio, hasta que se pudieron ver ingresar tres cabelleras. Dos castañas de pelo corto y largo se hicieron notar primero, seguidas de una melena azabache que el más pequeño conocía a la perfección.
Kageyama, Daichi y Asahi les echaron una rápida mirada a todos, dando a entender que el juego había acabado. Rápidamente los tres acosadores huyeron, dejando al pelinaranja a merced de lo que sus excompañeros le quisieran hacer.
Aunque para su sorpresa, incluso sin siquiera mediar palabra, el trío de deportistas se alejó tan pronto como llegó, dejando al pequeño remolino de llanto solo mientras se las apañaba para poder tomar su silla y ver en qué condiciones se encontraba.
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Tras quince minutos desde que el descanso había iniciado, los tres amigos del Shiratorizawa emprendieron camino hacia el gimnasio para poder acabar de una vez por todas el partido que tenían más que ganado.
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A Merced del Destino <UshiHina> <Haikyuu>
FanfictionEl destino puede ser injusto. Quita a los que menos tienen y da a quienes les sobra. Por desgracia, Hinata debió aprender esta lección a la fuerza, tras sufrir un accidente que le deja parapléjico y sin la posibilidad de volver a jugar el deporte qu...