VI

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- ¡Otro más!

Kageyama frunció el ceño, más por fastidio que por cansancio. El partido contra el Shiratorizawa había acabado hacía un largo rato y la gran mayoría del equipo, a excepción de unos pocos, se habían ido.

- Creo que ya es muy tarde, Rokujo- dijo mientras se obligaba a cambiar su expresión por una menos ruda- además, ya estoy cansado y me duelen los brazos.

- ¡JA! ¿Y cuál es el problema, Kageyama? Nunca te había visto quejarte de los entrenamientos hasta hoy- habló Nishinoya.

- No lo se chicos. El partido fue duro y no me siento muy bien, a decir verdad.

- ¿No te sientes bien? No me digas que tienes fiebre, déjame ver- susurró Suga antes de poner su mano en la frente del azabache- No pareces caliente ¿Estas triste por los resultados de hoy?

Kageyama quedó estático unos segundos, mirando a su vicecapitan a los ojos con la leve esperanza de que su silencio fuese respuesta suficiente ¿Qué si estaba triste? Estaba jodidamente devastado, y de solo volver a repasar el resultado en su mente, hacía que su sangre hirviese.

Una semana atrás, en el primer partido que tuvieron contra el Shiratorizawa, Kageyama pensaba otra cosa. <<Solo fue suerte>> se repetía a mi mismo, mientras el árbitro daba por finalizado el torneo con una clara victoria para sus contrincantes. 

Es por eso que, cuando todo terminó, junto a Asahi y Daichi habían decidido ir a hablar con el viejo entrenador del otro equipo para que les dejase jugar otro set más. Pero, lo que no esperaban, era que el muerto viviente se negaría rotundamente a otra ronda excusándose con que "sus chicos" debían descansar.

Kageyama jamás en su vida se había sentido tan patético por sus acciones. Necesitaba vencerlos... necesita vencerlos.

Sin importarles la respuesta, le siguieron rogando. Primero en el gimnasio, luego en los vestuarios y por último, en el estacionamiento mientras el equipo subía al bus que los llevaría a casa.

- Y díganme chicos ¿Por qué tanto entusiasmo por volver a jugar?- cuestionó el entrenador con una ceja alzada y un claro complejo de superioridad

- Por.. porque- titubeó Daichi.

- ¡Porque necesitamos desempatar! Nosotros les ganamos primero y ahora ustedes. ¡Tenemos que ver quién es el verdadero campeón!- gritó Kageyama antes de tapar su boca avergonzado, debido a que había alzado la voz delante de un superior.

- Sensei.

<<Mierda... y como si las cosas no pudiesen ir peor, debía aparecer él>>

- ¿Si, Ushijima?- susurró Washijō mientras giraba su cabeza, ignorando completamente al trío frente a él.

- El viaje será largo. Me preguntaba si podía ir al baño antes de partir- respondió el grandote mientras bajaba los primeros escalones del bus.

- Por supuesto, hijo- habló antes de volver su vista hacia ellos- pero luego, serás el encargado de avisarles a tus compañeros que se preparen. La semana que viene volveremos aquí a jugar una revancha.

Por su parte, Ushijima solo pudo limitarse a asentir mientras les observaba por última vez antes de salir, a paso rápido, hacia los baños.

Kageyama jura que intentó. Entrenó a muerte durante toda la semana, convencido de que el Shiratorizawa solo había tenido suerte. Adaptó sus colocaciones para sacar lo mejor de Rokujo. No podía ser... no lo quería admitir, pero su peor pesadilla se estaba volviendo realidad.

- ¡Ay vamos! No puedes estar triste por algo así, solo fue un partido. Tan solo piensa que, dentro de unos meses, vamos a estar en el mejor estadio de todo Japón, compitiendo en el torneo nacional- habló Rokujo mientras apartaba a Suga y ponía uno de sus brazos alrededor de los hombros del decepcionado azabache.

A Merced del Destino &lt;UshiHina&gt; &lt;Haikyuu&gt; Donde viven las historias. Descúbrelo ahora