Prólogo

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¨Las lágrimas son mi pan noche y día,

mientras todo el día me repiten:

¿Dónde está tu Dios?¨

Salmo 41.

Dicen que los ojos son las ventanas del alma. Entonces, si vieses por mis ventanas en este momento, te darías cuenta que mi alma no está tan tranquila como aparenta. Aunque, superficialmente, se vislumbre un corazón cargado de aleluyas y virtudes, muy interiormente se pueden divisar sus más íntimas lágrimas, y sus defectos más ocultos.

Si ves a través de ellas, descubrirás que mi alma ha sufrido, que carga una pena amarga muy en lo profundo. Ese dolor no es por algo que me han hecho. Es por algo que yo hice, y es algo que hace ruido bravamente en mi pensar ¿Y qué fue lo que hice? Escuché cantar al gallo.

El canto del galloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora