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La hora de ir a la joyería se acercaba, los dos ya se dirigían a el lugar en un auto que había robado Manuel, ese chico era un genio.

—bueno..voz anda por allá y yo voy arriba ¿dale?—no tenían nada planeado, ni cómo iba a ser el robo, si los atrapaban cagaron.

A Manuel lo acompañaban dos pistolas en sus bolsillos de la campera, mientras veía las lujosas joyas, aros entre otras cosas.

Pero su vista se interesó en unos aretes que parecían ser los más caros  del lugar, eran redondas y brillantes.Ni siquiera había notado la presencia de Mateo.

—¿que haces?dale pibe, nos van a descubrir—dijo, Manuel estaba tildado, sin saber qué hacer, dándole la espalda a su compañero.

Manuel se volteó, sus rostros se encontraron.

—evita y Perón.—logró decir Manuel. Mirándose en aquel espejo delante de él, Mateo se acomodó firme y levantó su arma a la altura de su pecho, Manuel imitó el gesto de Mateo, El menor con un brazo abrazo por el cuello a el pelinegro, ambos observándose en el espejo.

Se separaron y empezaron a sacar las valiosas joyas de su lugar, poniéndolas en grandes bolsas, collares tras collares, anillos entre otras cosas que estaban siendo robadas por los dos.

—listo, ya es suficiente.—dijo Manuel.


Subieron al auto guardando las cosas en el baúl, Mateo iba de copiloto mientras que Manuel manejaba el auto ajeno.

Los dos se miraron, rieron, no sabían lo que estaban haciendo, pero les gustaba, parecían dos niños que no sabían lo que hacían.






Ok.Este no me gusto kswkwk

𝐒𝐈𝐌𝐏𝐋𝐄𝐌𝐄𝐍𝐓𝐄 𝐀𝐍𝐆𝐄𝐋𝐈𝐂𝐀𝐋: 𝐭𝐫𝐮𝐞𝐩𝐥𝐢𝐤 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora