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1972
Manuel dormía en su habitación, su melena despeinada le daba un toque hermoso, parecía una pintura recién echa.

El robo había salido perfecto, o eso pensaron.

El teléfono en la pared sonó por cuarta vez en la mañana.Y así sucesivamente, Mateo le había dicho que Federica, su novia, tenía programada una fecha para que él salga en la tele, ¿para que? Quería ser famoso, demostrarle a la gente el talento que tiene, y cuando lo sea, tirar las armas a toda costa.

Se levanto de mala gana y atendió el teléfono azul, llevándolo a su oído.

—¿quien es?—preguntó el menor.

La voz de Mateo sonó a través del teléfono, comunicándole que estaba por salir en la tele y quería que lo viera.

—bueno.—corto la llamada y fue directo al sillón cómodo que estaba en su pieza, prendiendo la televisión en el canal que Mateo le había dicho.

Y ahí estaba, sentado enfrente de la tele, disgustando su cigarro.Se veía como un hombre de avanzada edad estaba al lado de su amigo, al parecer le estaba por decir algo.

Y entonces el hombre habló.

—Mateo, ¿tiene el corazón contento? ¿Hay novia?—Manuel se acercó al televisor, ansioso por la respuesta de Palacios, pasaron segundos, y Mateo no respondía, Manuel tenía esperanzas que digiera que si, pero no.

—no, pero escuchó ofertas.—se sentía mal, fue como si una lanza se le hubiera clavado en la panza.

Su mirada bajo, se había ilusionado.

Apagó el aparato y volvió a lo que estaba, dormir.

Su corazón había echo crack.

𝐒𝐈𝐌𝐏𝐋𝐄𝐌𝐄𝐍𝐓𝐄 𝐀𝐍𝐆𝐄𝐋𝐈𝐂𝐀𝐋: 𝐭𝐫𝐮𝐞𝐩𝐥𝐢𝐤 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora