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No podemos encontrar respuestas a todas las preguntas que nos hacemos, solo sabemos parte de la verdad en algunas ocasiones, y otras veces quizás, no sabemos nada.
La madre de Manuel tenía una faceta de negación, Su hijo era aquel que se había concebido como un milagro, el que sabía alemán y tocaba el piano desde niño, el que le decía "te amo ma" siempre.Y no era aquel que aparecía todos los días con cosas sacadas de algún lugar, prestadas decía.Su mamá le creía.Su mamá seguía creyendo que el niño que había criado y educado bien seguía ahí.
"Prométeme que vas a empezar la universidad."
Era un pedido frecuente de la mujer hacia su hijo.
Él decía que no se preocupe, que estaba vivo, que estaba disfrutando.
El señor Vainstein manejaba aquel auto hacia la casa de los Palacios que los habían invitado a cenar.
La madre de Manuel sabía la clase de personas que eran los Palacios, sabía que Pedro había ido a la cárcel por años y que su mujer había tenido algunos problemas con policías, su hijo era mucho peor, no podía creer que Manuel, un chico educado se juntaba con ese chico que tenía una familia repugnante.
—¿como se llamaba tu amigo que me dijiste Manu?—le dijo su mamá.
—Mateo, es buena persona.—no, claro que no, ese chico era el mismo que había golpeado a su hijo el primer día de clases.
