CAPITULO 26

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Por la mañana, unas mucamas llamaron a la puerta de Thysthy para avisarle que el rey quería una audiencia con ella en el jardín al medio día, por lo que tomó un baño, se vistió y desayunó lo que las mucamas le llevaron. Quiso practicar sus hechizos, pero si el hechicero Eren estaba cerca, sabría quién era en realidad, por lo que solo jugó con el agua un poco.

Cuando el medio día llegó, ya se encontraba en el jardín, esperando. Se sentó junto a una fuente y después de un rato empezó a oler todas las flores que había en el lugar. Llegando a un punto donde dejó de escuchar el ruido producido por los hombres que cuidaban el jardín, y solo escuchaba a las aves, abejas y el viento, soplando con suavidad, moviendo las ramas de los árboles y pequeños arbustos que había.

Su burbuja se rompió cuando notó la presencia de alguien.

—Majestad — dijo haciendo una reverencia.

—Puede decirme Teban, señorita — le dijo con una sonrisa, devolviéndole la reverencia.

—No lo escuché llegar.

—Soy silencioso — bromeó.

La chica soltó una pequeña risa y él le siguió.

—Mi hermana y yo iremos a cabalgar un rato, y queremos que nos acompañe — dijo.

—Me gustaría, pero su padre pidió hablar conmigo y lo estoy esperando.

—El rey tuvo un inconveniente, y me temó no podrá venir — mintió —. Vamos.

Le tendió la mano y ella la tomó sin pensarlo, entrelazaron sus brazos y la guio hasta las caballerizas, a un costado del campo de entrenamiento.

Pasaron de largo y Thysthy escuchaba el choque de las espadas y los gritos de los hombres al hacer un tremendo esfuerzo entrenando y peleando entre ellos; le pareció fascinante la disciplina de esos hombres y por más que buscó a Greiton entre todos ellos, no lo vio. Y se preguntó si estaba bien.

—Príncipe — saludó uno de los soldados.

—Capitán Barbrow, le presento a la señorita Amery — le presentó con una sonrisa.

Barbrow tomó la mano de la joven y beso su dorso con cuidado y respeto. —Un placer, señorita Thysthy.

—El placer es mío, capitán Barbrow — respondió.

—Iremos a cabalgar junto con mi hermana.

—Claro, ya los espera en la caballería real. No vuelvan muy tarde, la temperatura baja demasiado en esta época del año — advirtió Barbrow.

Teban asintió y antes de seguir caminando hicieron otra reverencia. Al llegar a las caballerizas, Thysthy se entusiasmó al ver a Moban ahí, se acercó a acariciarlo y el animal pareció alegrarse de verla también. Teban y Kadys se sorprendieron al ver la conexión que tenía la chica con el caballo, así que pidieron que prepararan a Moban también.

Después de un rato, los tres ya estaban sobre sus caballos, abrigados y listos para salir. Los cuidadores los guiaron hasta la salida lateral del castillo, un sendero que los llevaría a una pequeña colina en la parte de atrás del palacio. Cabalgaron tranquilamente, y a Thysthy le sorprendió lo mucho que la princesa hablaba, pues cuando la conoció era sumamente callada.

—Kadys, ¿qué te parece si escuchamos ahora a Amery? — le dijo su hermano con delicadeza, para no hacerla enojar.

—Claro, cuéntanos sobre ti, Amery — pidió con entusiasmo.

Thysthy se puso un poco nerviosa, no pensó en inventar algo más que un nombre. Tenía que hablar con cuidado, o podría arruinar todo.

—Pues...mi nombre es Amery, cumplí 17 años recientemente y adoro los animales — dijo rápidamente. Kadys rio.

Thysthy y la profecía | #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora