CAPITULO 27

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Thysthy había llamado a las sirvientas para que le prepararan el baño mientras ella desayunaba rápidamente y ayudaba a ordenar los vestidos que la costurera había diseñado para ella, viéndolos con asombro. No eran tan bonitos como los de Ailani pero se sentían igual de suaves, estaban hechos de seda y lino, no tenía idea de que existieran materiales tan suaves para hacer vestidos.

Cuando terminaron, dejo que las mucamas se fueran con la bandeja de comida y ella entró a bañarse. Dejó su cabello al color natural y una vez más jugó con las botellas de aceites aromáticos, las mucamas le habían traído más cuando notaron lo mucho que le gustaban. Cuando salió, cepilló su cabello y se puso uno de los nuevos vestidos, uno color naranja con tonos en blanco, se miró una vez más en el espejo y volvió a hechizar su cabello.

—Crinis — murmuró, y su cabello volvió a ser castaño.

Entonces, de la nada escuchó un murmullo, algo ligero que la llamaba, volteó hacía el balcón y lo escuchó de nuevo. Se acercó y abrió las puertas, no había nada, pero vio algo que resplandecía en el borde y se acercó con cuidado, y lo volvió a escuchar.

—Ven.

Estaba en el borde y algo la jalaba, se inclinó sobre el barandal para ver más allá, el resplandor se alejaba y con él la voz. Se inclinó más para alcanzarlo, tanto que la mitad de su cuerpo ya estaba en el aire.

Hasta que sintió como la tomaban de la cintura y la jalaban hacia atrás. Parpadeo varias veces y ya no vio el resplandor, solo estaba Teban.

— ¿Estas bien? ¿Qué estabas haciendo? — le preguntó rápidamente mientras la examinaba, asegurándose de que no estuviera herida.

—Yo...escuché algo y vio un objeto resplandeciente, no sabía que estaba acostada sobre el barandal — explicó, aun aturdida.

—Amery, estabas de pie sobre el barandal, casi caes — dijo el príncipe.

— ¿De verdad?

No lo podía creer, alguien la había hechizado para que cayera al vacío, para que muriera. Había estado demasiado cerca.

—Tranquila, todo está bien — dijo Teban mientras la abrazaba. Entendía la confusión de la chica, no sabía qué era lo que había pasado, pero sabía que ella no tenía la culpa.

Se sentía aliviado de haber llegado a tiempo, no se imaginaba lo que habría pasado de no haber entrado. Por su parte, la confusión de Thysthy pasó a segundo plano al estar siendo abrazada por Teban, se sentía a salvo, segura de que nada malo le pasaría al estar entre sus brazos.

—Vamos, te llevaré con Melek para que te revise, no quiero pasar nada por alto — le dijo poniéndose de pie.

La tomo de la mano para levantarse y así la guio por el castillo hasta el estudio del viejo. Entraron y ella se sentó mientras Melek sacaba unas cosas de una bolsa cerca del escritorio. Todo en silencio, bajo la atenta mirada del príncipe, que estaba preocupado por recibir malas noticias.

—Teban, sal un momento por favor, necesito hablar con Amery — pidió amablemente.

Teban miró a Thysthy una última vez y salió del estudio, encontrándose con Kadys en el pasillo. Mientras, dentro de la habitación, Melek le daba su diagnóstico.

—Lo que hice no sirve de nada, lo que te pasó fue obvio, alguien te hipnotizó para que te dejaras caer por el balcón — le explicó, de manera calmada.

— ¿Eren?

—No, la oscuridad. El momento se acerca, y con cada noche que pasa se vuelve más fuerte, debes poner un hechizo de protección en tu habitación para que estés a salvo y otro para ti — recomendó, buscando entre los estantes.

Thysthy y la profecía | #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora