CAPITULO 18

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La flecha voló rozando el rostro de Greiton, eso lo asustó y volvió a mirar a Thysthy con enojo.

— ¡No solo sueltes la flecha! ¡Tienes que apuntar primero! — le gritó por tercera vez.

— ¡Eso intento! Pero es difícil no darle a tu cabezota — le respondió, dejando el arco en el suelo.

Se habían aburrido y Greiton le apostó a Thysthy que no podría darle a una manzana en su cabeza, una apuesta que casi le cuesta la vida en tres ocasiones. Ella no entendía porque él quería hacer tal apuesta, el premio era sorpresa, podían elegirlo a su antojo cuando lo quisieran.

—No seas niña Greiton, párate bien y no te muevas — le dijo, tomando el arco y otra flecha.

Temblando, Greiton puso la manzana otra vez en su cabeza sobre su casco, pues había decidido ponerse su armadura desde la primera vez que Thysthy falló y casi le atraviesa sus partes íntimas.

Ella se preparó y tensó la cuerda, apuntó a la manzana y él cerró los ojos con fuerza. La soltó y la flecha se incrustó en su brazo derecho. Gritó y cayó de espaldas, ella se asustó y corrió a él, se arrodilló a su lado y sacó la flecha.

— ¿Qué haces? — le dijo Greiton, haciendo muecas por el dolor que eso le causó.

—Anima — dijo y una tenue luz salió de sus manos, aliviando el dolor del chico y sanando la herida.

— ¿Eso venia en tu libro? — le preguntó con asombro, mirando que no le quedó ni siquiera una cicatriz.

—No, eso me lo enseñó Pertia.

Él sonrió y acomodó un mechón de cabello de Thysthy tras su oreja, mirándola a los ojos en todo momento. El corazón de la chica se aceleró y le sonrió también, Greiton comenzó a acercarse y sus ojos se cerraron poco a poco.

— ¡Hombres en el horizonte! — gritó uno de los sabios.

En seguida voltearon hacia la torre de vigilancia y unos cuernos comenzaron a sonar, Greiton miró a Thysthy y supo que esto no era bueno. Corrieron hasta el frente al lado de Pertia, el verlo tranquilo como siempre tranquilizó a Greiton, pero Thysthy sintió su preocupación.

— ¿Qué está pasando? — gritó, para que su voz se escuchase por sobre el ruido de los cuernos.

—Atacarán la fortaleza — le respondió.

El corazón de Greiton se paralizó, tenía que sacar a Thysthy de ese lugar.

— ¿Cómo podemos salir sin ser vistos? — le preguntó a Pertia.

—No, no pueden penetrar la fortaleza, la magia la protege — habló Thysthy.

Pertia cerró los ojos y su mente viajó fuera de la fortaleza, hasta el frente de las líneas de atacantes — No, tienen a un hechicero muy poderoso, van a entrar.

Esas palabras la helaron. Miró a Greiton, tenía la misma expresión de miedo.

—Cuando ataquen el frente de la fortaleza, les abriré un túnel subterráneo que los sacará de aquí — volvió a hablar Pertia —. Preparen sus caballos.

Thysthy fue dentro del templo y tomó sus cosas y las de Greiton mientras él preparaba los caballos, estaba asustada y se obligó a recordar lo que había aprendido, a mantener la calma.

Llegó con Greiton al mismo tiempo que rocas enormes comenzaron a golpear los muros de la fortaleza, algunas rocas pasaban sobre el muro pero se hacían polvo al chocar contra una barrera invisible. Se quedó en shock por la escena que no se movió, Greiton la cargó y la subió a su caballo para después él subir al suyo. Avanzaron hasta el muro trasero de la fortaleza donde Pertia ya los esperaba.

— Mi señora — se acercó a ella —. Siga el túnel hasta salir, no antes, vaya al castillo, ahí se librará la batalla final y usted debe estar ahí.

— ¿Por qué en el castillo?

—Adéntrese en el bosque, busque a los Quires y convénzalos de luchar a su lado, son su única esperanza, si ellos pelean, todos lo harán — dijo como último consejo.

Un estruendo hizo el piso temblar y los caballos se asustaron, la barrera había caído.

— ¡Corran! — les gritó Pertia.

Los caballos empezaron a correr hacia el muro y el suelo empezó a bajar, Thysthy miró hacia atrás y Pertia estaba haciendo ese túnel, pero una flecha impactó en su espalda y cayó.

— ¡NO! — gritó Thysthy.

— ¡Thysthy! — la llamó Greiton.

Volteó y vio como el túnel comenzaba a desaparecer, estiró su mano y consiguió seguir formando el túnel, al pasar por debajo del muro lo cerró para que no los siguieran. No sabían a donde los llevaría, pero por lo menos ya estaban a salvo.

Dentro de la fortaleza, los caballeros entraron y capturaron a los sabios que había, buscaron por todas partes pero no había señal de la chica.

—Señor, logró escapar — informó un hombre a su comandante y este se dirigió al hechicero.

—Hechicero Eren, la chica escapó — le dijo, a lo que el hechicero solo pudo suspirar con resignación.

—Extiéndanse, formen grupos de 15 hombres y vayan a los poblados más cercanos, otros irán al bosque y los cazaran, los demás regresarán al castillo. Ella está con Greiton, él la llevará al castillo y entonces la atraparemos — ordenó.

— ¿Qué hacemos con los sabios?

— Déjenlos, asesinar a los sabios no es la orden que nos dieron, iré a informarle al rey — dijo Eren, transformándose en un águila y volando hacia el castillo.

La noche empezaba a caer, los hombres hicieron justo lo que se les ordenó, durante la noche impusieron un toque de queda en todos los poblados y en otros registraron las casas de los pueblerinos, causando el enojo del pueblo, pero no podían hacer nada, pues ser prisioneros era peor que cualquier otra cosa.

Todo mientras Thysthy y Greiton cabalgaban bajo tierra, hasta donde el túnel los guiara. 

Thysthy y la profecía | #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora