CAPITULO 25

66 10 8
                                    

Por la mañana, Teban había invitado a Kadys y a Thysthy a desayunar en el jardín, era la oportunidad perfecta para conocer más sobre la chica que salvó a su hermana y agradecerle.

Kadys se había ofrecido a ayudar a Thysthy a elegir un vestido, mientras le confesaba haberle dicho la verdad a su hermano.

— ¿Me va a sacar del castillo? — preguntó asustada.

—No, tranquila. Y tampoco se lo dirá a nadie, podrá parecerte frío y serio pero es muy noble, es un hombre de palabra Amery, y prometió no afectarte de ninguna manera — explicó la princesa.

Sus palabras la tranquilizaron un poco, y dejó que la princesa siguiera ayudándola a escoger el vestido que se pondría. Finalmente, Thysthy y la princesa llegaron al jardín donde ya los esperaba el príncipe. Al lado de la fuente, las mucamas habían puesto su mesa y estaban terminando de colocar su comida.

—Eso es todo, pueden retirarse, gracias — les indicó Teban.

Las mujeres hicieron una reverencia y caminaron al interior del castillo.

Teban ayudó a ambas chicas a sentarse, abriendo sus sillas y acercándolas a la mesa, Thysthy jamás había visto tal comportamiento, ni siquiera en Greiton o Rommel.

—Mi hermana ya me explicó cómo llegaste a su vida, y te quiero agradecer por salvarla y traerla conmigo — le dijo Teban a Thysthy.

—No es nada, el caballero Greiton también ayudó a salvarla, su gratitud es con él — le dijo, empezando a comer algunos pastelillos y fruta que había en su plato.

—Greiton...lo conozco pero no es de mi agrado, aunque claro que se lo agradeceré cuando vaya al campo de entrenamiento.

—Disculpe mi intromisión su majestad, ¿por qué no le agrada el joven Greiton? — preguntó Thysthy. El hombre había demostrado ser una buena persona, y no entendía por qué el príncipe lo despreciaría.

—Pues, la razón es que él está bajo el mando de Eren y fue entrenado por él; y cualquier hombre bajo el control del hechicero, no suele ser una buena persona — respondió.

Se quedó callada después de escuchar al príncipe, y Teban notó la confusión de la chica, supuso que entre ella y el caballero había una gran amistad, y que él no había sido sincero con ella.

Así que trató de arreglar la situación.

—No me mal entienda, señorita Amery, es un buen caballero, el mejor en combate de su unidad, solamente no comparto la misma idea de obedecer a Eren — le dijo.

Ella le sonrió y continuaron comiendo en silencio, dejando que la princesa Kadys les hablara sobre Henis y sobre cómo había extrañado a Carpoge. Al oírla hablar sobre eso, Teban se sintió mal, pues todo lo que ella había conocido y amado ya no existía. El reino se estaba cayendo a pedazos al igual que él.

Al terminar de desayunar, los príncipes dieron un paseo por el jardín mientras Thysthy volvía a su habitación. De camino veía los muros del castillo, en su mayoría adornados con cuadros de la familia real. Había cuadros de reyes pasados, de guerras que Carpoge había ganado, de peleas épicas de sus guerreros y de comidas con otros reyes; toda la historia del reino estaba en los muros del castillo.

Caminaba tan distraída, que no notó a la persona que se acercaba, hasta que chocó contra él.

—Lo siento, señor — se disculpó al ver al anciano.

—No, no, tranquila señorita — le dijo con una sonrisa.

—Iba distraída, mil disculpas, de verdad.

Thysthy y la profecía | #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora