CAPÍTULO 15

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Empezando.

POV Normal.

La casa Tendo, en general, estaba conmocionada. Y es que, de la noche a la mañana, Ranma actuaba de una manera muy protectora con Akane. Ya no había más indiferencia ni nada por el estilo; la cuidaba y vigilaba tan celosamente como si fuera su sombra.

Akane no tomaba eso para nada mal. De cierta manera, ella misma se encontraba cómoda con ese cambio. Le gustaba ver a Ranma al pendiente de su ser y siempre procurándole un bienestar.

Quizá si alguien en la familia Tendo hubiese prestado atención, se hubiese percatado de ese peculiar brillo en los ojos de Akane y de la manera en que sus ojos repentinamente se perdían cuando un nuevo recuerdo comenzaba a regresar pausadamente a su cerebro. Quizá, de haber sido más observadores, notarían que Akane comenzaba a actuar de una manera más parecida a como era antes del accidente, a recuperar su carácter y su manera de pensar.

No pasó nada de eso, claro. La única excepción fue Kasumi, con su tierna sonrisa y Ranma. Pero éste último no se atrevía todavía a tener con ella una charla más profunda a las triviales que compartían día con día.

Eso hasta que, una tarde, cuando Ranma estaba sobre el tejado del Dojo y Akane dormida en su alcoba, Ryoga vino a hacerles una peculiar visita.

-¿Ranma?—lo llamó, parado atrás de él y sorprendido de encontrarlo.

-Hola Ryoga—saludó el artista marcial— ¿Ha venido a hacer tus visitas nocturnas?

-Sí... bueno no... ya tiene tiempo que no vengo por aquí.

-Lo sé.

Guardaron un incómodo silencio, no eran capaces de saber exactamente qué decir. Muchos pensamientos diversos atravesaban la mente de ambos, las incógnitas de lo que pensaba el otro, lo que intentaba hacer. Fue Ranma el primero en hablar.

-Discúlpame por la manera en que actúe el otro día—esas palabras sorprendieron mucho al eterno perdido—Malinterpreté todo cuando te encontré a ti y a Akane en la azotea de la escuela.

-Estabas en todo tu derecho—le dijo a modo de respuesta—Aunque... pues... me disculpo también, por los problemas que eso pudo generar.

Sonrió con amargura. Ranma recordó aquel día y no pudo evitar reír un poco.

-¿Sabes? Creo que de cierta forma nos ayudó mucho a llevar una charla que teníamos muchos días, semanas postergada. Aunque, tengo curiosidad...

Lo miró fijo.

-¿Qué quieres saber?—preguntó Ryoga, sonrojado a más no poder por las ideas que él tenía sobre las posibles dudas de Ranma.

Éste simplemente volteó para verlo mejor y dijo:

-¿Cuánto tiempo llevan tú y Akane de verse así, en la azotea?

-Hmm—he ahí un gran dilema ¿cómo lo tomaría? Es decir, sabía que Ranma era muy celoso con Akane, aunque no lo admitiera abiertamente... ¿decirle la verdad a sabiendas que podría correr peligro?—Unas semanas... pocos días después de que ella volviera a la escuela.

Ranma bajó la cabeza pensativo. Akane había buscado apoyo en Ryoga antes que en él. Y eso le enfurecía demasiado. Sentía que no confiaba lo suficiente. Ryoga vio todas las dudas marcadas en el rostro del chico e inmediatamente se sintió culpable por ello; decidió que esa noche haría un favor a la pareja, y empezó así:

-Mira Ranma, Akane vino a mí cuando se sintió muy desesperada. Ella me hablaba contándome lo que sentía. Estaba muy perdida, porque no se sentía del todo apoyada por ustedes.

Ranma 1/2: La Última VezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora