CAPÍTULO 6

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¿Quién soy?

Who is that girl I see?

Staring straight back at me

Why in my reflection someone I don't know?

¿Quién es aquella chica que veo

Mirando fijamente atrás de mí?

¿Por qué hay alguien en mi reflejo que no conozco?

POV de Akane.

El muro de un blanco inmaculado atravesaba una larga extensión de la calle delimitando todo el Dojo Tendo, más grande de lo que había imaginado. Miraba la madera pulida que Kasumi abrió para que todos entraran; ésa era la puerta. El enorme letrero con perfecta caligrafía japonesa indicaba el nombre del Dojo y el estilo de combate que enseñaba.

¿Estilo libre? ¿Cómo será eso? Pensé, mientras Nabiki me indicaba con un suave movimiento en el hombro que entrara a la casa. El camino de lindas piedras redondas incrustadas con cemento llevaba a la entrada de la casa. Rodeando el camino había algunos árboles y un verde pasto cuyo olor fresco me calmó.

La casa era grande, dejé mis zapatos en la entrada como indicaba la tradición y puse mi mano sobre la pared enfrente de mí. Era como llegar a una casa siendo invitada, con la diferencia de que era mi casa. Al voltear, noté que todos me miraban ansiosos ¿Esperaban acaso que el llegar aquí me trajera nuevos recuerdos?

A nadie le había comentado todavía sobre el pequeño destello de memoria que me vino en el hospital antes de salir. Y con Kasumi aún no tenía la charla que tanto había pensado mantener. Ranma en particular me miraba suplicante, sus ojos brillando en una angustia combinada con esperanza que sólo logró confundirme más ¿Qué esperaba de mí?

-Y...-comencé a hablar—Eh... ¿Dónde está mi habitación?

Kasumi agarró mi mano.

-Te mostraré toda la casa—anunció.

Me jaló suavemente hacia una puerta a donde pude asomarme, era la cocina. Grande, limpia y con las ventanas abiertas para que se ventilara el ambiente, era muy bonita.

-Normalmente siempre soy yo la que cocino—me explicó sonriendo. —Tía Nodoka me ayuda bastante.

-¿Yo... te ayudaba?—me aventuré a preguntar.

-No... no siempre.

Escuché que los demás comenzaron a dispersarse hacia diferentes partes de la casa. Solamente quedábamos Kasumi y yo en la planta baja, aún en el umbral de la cocina. ¿La ayudaba poco? ¿Por qué? Decidí no hacer demasiadas preguntas ese día.

Por otra parte, debía aprovechar el que nos dejaran a Kasumi a mí solas, podría entonces tener la charla anhelada. Miré de reojo, no, no había nadie. Si, más valía sacarle jugo a la situación.

-Vamos por acá.

Sin soltarme de la mano, me mostró el comedor. La salita. El bello jardín con laguna y peces nadando en ella. El Dojo era grande, muy bello y con un altar en la parte superior.

-¿Mamá?—pregunté.

-Mamá—respondió. Sin perder calma y una sonrisa.

Llegó el momento de subir las escaleras. Las diferentes recámaras. La de ella, la de Nabiki, la de papá, la de los Saotome... y la mía. Con la mano temblándome agarré la perilla y giré hasta poder empujar suavemente la puerta. No era demasiado grande, ni tampoco pequeña, solo del tamaño justo.

Ranma 1/2: La Última VezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora