CAPÍTULO 5

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De Alta.

Akane alzó la mirada encontrándose con un doctor increíblemente pensativo. Anotaba algunas cosas en las hojas que sostenía con ambas manos y releía una y otra vez información recabada las últimas semanas. Lo único que podía hacer era esperar a que todo saliera bien, como anhelaba.

Llevaba dos semanas encerrada en esa habitación contestando todas las preguntas de especialistas y soportando cada maldito examen médico que les cruzaba por la cabeza a los neurólogos. ¡Estaba harta! Deseaba como nunca salir de esas cuatro paredes y correr lejos, solo por el placer de sentir el viento golpeándole la cara.

Pero debía seguir las recomendaciones médicas y por eso permanecía sentada sobre esa incómoda cama pidiendo a algún dios misericordioso que la recordara.

El doctor alzó la mirada y con una sonrisa le preguntó:

-¿Estás impaciente por salir, eh?

Akane no esperaba hablar con el médico, pero aun así contesto.

-¿Qué cree usted?

El doctor río y apuntó algo más en sus hojas.

-Oh, no te apures, muy pronto serás libre.

Y dicho esto salió del consultorio médico. Apenas había salido cuando alguien más entró, Akane miró a las dos mujeres extrañada. No las había visto en todo el tiempo que llevaba en recuperación y vaya que la fila de interminables visitas no se hizo esperar en esos días.

Las dos mujeres se veían afligidas y caminaron hasta ponerse cada una a cada lado de su cama. Sus ojos iban de una a la otra en un desesperado intento de reconocer aquellas facciones, pero le fue imposible. Nada le recordaba a esas dos mujeres.

No por eso, sintió una especie de angustia al verlas y algo como... ¿celos? ¿Qué celos?

-Akane, me alegra ver que ya estás mejor—dijo una. —Me llamo Ukyo, he sido amiga de Ranma desde hace muchísimo tiempo y ahora estoy aquí para apoyarte.

-¿Nos conocemos?—replicó la chica Tendo.

-¡Claro! Me recordarás más adelante, no tengo duda—le guiñó el ojo y después hizo ademán de que volteara para mirar a la otra chica.

-Ni Hao Akane—hizo una reverencia a modo de saludo—Mi nombre es Shampoo, soy china, y nos conocimos desde hace muchísimo tiempo. Estar feliz de verte bien.

-G-Gracias. —Akane no sabía cómo reaccionar. Había algo en ambas chicas que la invitaba a desconfiar, pero sus sonrisas eran amables y sostenían sus manos con un afecto que no le pareció fingido.

Ukyo fue la que notó su vacilación y quien rescató el momento.

-Nos llevábamos mal al principio, pero ahora somos amigas. No tengas dudas Akane, no te haremos daño.

La menor de los Tendo no terminó de confiar en ellas, pero al menos les sonrió agradecida y compartieron una amigable charla.

-¿Por qué no vinieron a visitarme antes?

-Ranma no nos dejó.

-¿Por qué?

-Cosas tontas, no tienes de qué preocuparte—le consoló Shampoo.

Pasaron algunas horas antes de que las dos chicas se retiraran y dejaran a Akane descansar sola en su alcoba. Era lunes en la mañana y Nabiki debió ir a la Universidad, Kasumi aún no terminaba de limpiar la casa, Soun y Genma estaban haciendo quién sabe qué cosas raras con el Maestro Hapossai y Ranma tampoco había tenido tiempo de ir al hospital.

Ranma 1/2: La Última VezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora