Capítulo 24.

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Los días pasaron, JiMin y Rosé alquilaron un departamento decente con lo que JiMin había ganado junto a NamJoon, los hermanos estaban algo distanciados ya que Rosé le decía a JiMin una y otra vez que había ido demasiado lejos, y este estaba llegando a un punto en el que se preguntaba si realmente debió reaccionar así.

NamJoon no lo había llamado, no había intentado contactarlo, aunque según Rosé, TaeHyung le decía todos los días que su Hyung todo lo que quería era ver a JiMin, y el pelinaranja no estaba mejor, le hacía falta el olor de NamJoon, su tacto, su risa, todo él y aquello lo hacía querer enfurecerse consigo mismo.

Quería disculparse, vaya que sí quería, pero no tenía idea de como hacerlo cuando se fue y lo abandonó, dejándolo solo como si el problema fuese su culpa o solo suyo, y no era así.

JiMin se sentó en el sofá, sintiéndose completamente ido, todo se sentía frío, con falta de calidez, no se sentía en casa, ahora se sentía más solo que nunca y no era más que su culpa y de su maldita exageración, de sus impulsos, estaba cansado de hacer las cosas sin pensarlas previamente y analizar como afectaba eso a las personas que lo rodeaban y a sí mismo.

🐿

Rosé llegó a la casa de NamJoon, con intenciones de llevarse algunas cosas que su hermano había dejado allí por las prisas, al entrar, se encontró a NamJoon en el sofá, con la mirada hundida en su portátil, Rosé dudó que siquiera el rubio se hubiese dado cuenta de que la puerta fue abierta.

—Mmh, ¿NamJoon?— había intentado saludar, pero en su lugar salió aquella oración dudosa. NamJoon se giró a verla y le dio una pequeña sonrisa.

—Hey, ¿qué haces aquí?

Rosé pensó encontrárselo peor, la verdad era que NamJoon se veía igual que siempre, solo que su voz tenía aquel tinte de tristeza.

—Vine a...— Rosé pensó en si decirle o no que iba a buscar las cosas restantes de JiMin.—Vine a verte.— finalmente dijo, bajando poco a poco su tono de voz, junto con su mirada. NamJoon frunció el ceño.

—¿Sucedió algo?

—Bueno, qué no sucedió.— Rosé suspiró sentándose al lado del rubio, guardando cierta distancia.—Sé que estás muy mal y... Bueno, JiMin no está mejor, todos sabemos que esta no es la forma en que deberían terminar las cosas...

—Lo siento Rosé, estoy trabajando, ¿podemos hablar en otro momento?— NamJoon volvió su mirada a su portátil nuevamente, la pelirroja suspiró levantándose de su sitio.

—Solo quiero que sepas que JiMin en serio te quiere, pero ahora mismo está muy dolido, no lo estoy justificando, sé que tú también estás mal, pero, ¿no deberían tomar esto como un reto? Quiero decir, ¿le van a dar el gusto a esa mujer de separarlos? Su futuro no está más que en sus manos, ella no puede decidir por ustedes.— sin más Rosé salió del lugar con algo de tristeza, sacó su celular lentamente, marcando aquel número que ya se sabía de memoria.

¿Sí?— la voz adormilada de JiSoo sonó del otro lado de la línea.

—Necesito verte, amor.

🐨

Al escuchar a Rosé salir, NamJoon dejó su computadora a un lado y metió su cabeza entre sus manos, cerró los ojos por unos segundos, hasta que tuvo la idea de llamar a la persona más sabia que conocía.

Marry Me | NamMin | (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora