Marry Me | NamMin | (PAUSADA)

Capítulo 28.

JiMin había decidido entrar finalmente a la universidad, necesitaba retomar su carrera, estaba harto que quedarse en casa mientras que NamJoon trabajaba y Rosé estudiaba, parecía un oso invernando, ya no podía dormir, comer y defecar más.

Así que les había informado la decisión a Rosé y NamJoon semanas atrás, ambos estaban extremadamente felices, en especial Rosé, ya que uno de sus grandes sueños era que su hermano mayor finalmente cumpliese la mayor de sus metas.

JiMin no cabía dentro de su propio cuerpo, estaba lleno de felicidad, nervios, emoción, conmoción y millones de sentimientos positivos más y eso le encantaba, todo estaba saliendo bien, algo que creía todos se merecían.

Tomó su computadora para verificar si había sido admitido en la Universidad a la que solicitó, sus manos estaban temblando, prefirió hacerlo mientras estaba sólo en casa ya que si tenía que llorar se ahorraría que los demás lo tuviesen que consolar.

Esperó con paciencia e impaciencia a la vez que la página cargara, cuando vio los resultados, suspiró una vez y luego otra, y después una más, hasta que finalmente el grito salió, gritó como nunca en su vida, había sido admitido.

Tomó su celular y llamó a NamJoon primero, ya que Rosé debía estar en clases.

—Hola amor.

—¡Nam!

—¿Qué? ¿pasó algo? ¿por qué lloras? Ya voy saliendo, quédate en la casa.

—¡¿Qué?! ¡No bobo, no tienes que venir! ¡Me admitieron en la Universidad a la que solicité!

Se escuchó un suspiro de alivio del otra lado de la línea.

—Sabía que lo lograrías bebé, felicidades. Hay que celebrar esta noche.

—Prepararé un magnífico banquete.

—Minnie, no toques la cocina si no estoy ahí, me pones nervioso.

—Ya sé que te pongo nervioso, cielo. Nos vemos en la noche.

Antes de que NamJoon pudiese replicar, JiMin había cortado.

—Muy bien, JiMin.— empezó a hablarse a sí mismo, mientras se ponía un delantal.—Fracasaste en no llorar, pero puedes hacer una cena decente, ¿no? Hoy en día todos pueden cocinar, está el Internet.

Bueno, resulta que todo lo que JiMin podía hacer eran simples desayunos, y lo descubrió ese día.

🐨

—Bebé, estoy en casa.— gritó NamJoon desde la entrada, quitándose los zapatos.—Demonios, ¿qué es ese olor?

—Mi pie de manzanas.— JiMin lo miraba desde el sillón con cara de decepción.

NamJoon no pudo evitar sonreír.

—Traje la cena.— dijo alzando algunas bolsas que traía en las manos.

JiMin hizo un puchero.

—Acabas de demostrar la fe que tienes en mí, Kim NamJoon.

—Amor, los dos sabíamos que pasaría, sólo que yo más que tú. ¿y dónde se metió Rosé?

—Pff, dijo que se quedaría con JungKook, TaeHyung y JiSoo hoy, y yo que quería festejar, pero me felicitó por teléfono.— otro puchero se formó en la boca del pelinaranja, NamJoon sintió su corazón hundirse.