Marry Me | NamMin | (PAUSADA)

Capítulo 9.

Entraron a un lujoso local, caminaron por los alrededores y vieron las vitrinas, intentando escoger los indicados, pero ninguno parecía ser del agrado de NamJoon, JiMin estaba frustrado.

—Llevamos treinta minutos aquí, la vendedora nos empieza a ver raro, ¿puedes de una vez por todas escoger un maldito anillo, Kim?

—No podemos escoger cualquier estupidez, Park.

—No nos vamos a casar realmente, si lo sabes, ¿no?— aquello hizo que NamJoon girara tu cabeza bruscamente hacia JiMin, intimidándolo.

—Deja de decir necedades, cariño.— sonrió maliciosamente.

JiMin frunció el ceño confundido por la rara reacción, hasta que NamJoon hizo señas con los ojos detrás de JiMin, haciendo que este se girase, encontrándose con la mirada fija de la vendedora.

—Vamos a comprar a otra joyería.— pidió JiMin ya incómodo.

—No creo que sea mala idea.— apoyó NamJoon tomando la mano de JiMin y saliendo de la tienda.

—¡Sus joyas no son tan lindas!— le gritó JiMin a la vendedora antes de salir.

Sintió la leve vibración del cuerpo de NamJoon, al subir la mirada lo vio sonriendo, bajó la mirada de inmediato, aquella era la primera vez que lo veía sonreír auténticamente.

Tenía unas tremendas y extrañas ganas de tocar sus hoyuelos, era solo una rara fantasía.

Caminaron por las calles buscando otra joyería cerca, las personas volteaban a verlos, algunos con disimulo, otros descaradamente, e incluso algunos les tomaron fotos, JiMin solo podía pensar en como alguien podría acostumbrarse a un vida así, sin una pizca de privacidad, miró a NamJoon, quien no perdía el porte y mantenía su semblante serio, con la frente en alto.

Imperial.

—Propio de un Kim.— susurró JiMin para sí mismo.

—Entremos aquí.

Entraron a un gran local, menos lujoso que el anterior, pero con más estilo, al menos a los ojos de JiMin.

Miraron los anillos durante unos minutos, hasta que NamJoon dio con los “indicados”.

—Quiero dos de estos.— le dijo a la vendedora señalando el anillo.

—¿No los compraremos diferentes?— preguntó JiMin confundido.

—¿Por qué deberías ser diferente a mí?

El más pequeño iba a responder, pero no encontró un argumento válido.

—Supongo que tienes razón.— susurró.

Rió con algo de amargura al recordar que efectivamente, sí era diferente a Kim NamJoon, eran tan distintos, pero ahora solo estaban fingiendo, ¿no?

Compraron las joyas y salieron del lugar.

—¿A qué hora nos reuniremos con tus padres?

—Dentro de veinte minutos, primero volveremos a la oficina, debo hacer algunas cosas.— JiMin asintió sin poner real atención a la información.

El tiempo pasó, luego de ver a NamJoon 30 minutos sentado en su “trono real”, (como había apodado JiMin a su escritorio) haciendo llamadas, firmando documentos, el menor se cansó y finalmente preguntó.

—¿Cuándo iremos con tus padres? Quiero ir a descansar ya.

—JiMin...

—¿Qué?

—Olvídalo, andando.— NamJoon se levantó, tomó su chaqueta y caminó a la salida, ofreciendo su brazo a JiMin, quien lo dudó unos segundos, pero sabiendo que era su deber, lo tomó.

Luego de algunos diez minutos en auto, llegaron a un lujoso restaurante, donde las cámaras llenaron sus ojos apenas salir del auto, NamJoon tomó la mano de JiMin y juntos entraron al lugar.

JiMin vio desde lejos a los señores Kim, su sangre había comenzado a hervir con tan solo mirarlos, pero debía seguir con aquella farsa, ¿no es así?

—Madre, padre, Park JiMin, mi prometido.— presentó NamJoon a JiMin delante de los dos señores.

—Mucho gusto.— susurró el menor apretando la mano de NamJoon, sin querer.

—El gusto es todo nuestro cariño.— respondió la señora Kim con una sonrisa.

—¿JiMin?— justo cuando iban a tomar asiento, aquella voz llamó la atención del mencionado, haciendo que este se girase.

—¿YoonGi?— sin previo aviso, el castaño se lanzó a los brazos de Park, sorprendiendo a todos en la mesa.

—¿Qué estás haciendo aquí?— preguntó YoonGi sonriente.

—Bueno, yo...— miró levemente a NamJoon, quien podría haberlo incinerado con la mirada que traía.—¿Podemos hablar después? Dame tu número.

—Definitivamente hablaremos después, Park JiMin.— dijo YoonGi luego de que ambos tuvieran sus contactos, echándole una rápida mirada a los Kim y retirándose luego.

—¿Quién era él?— preguntó NamJoon en tono serio.

—Un amigo.— susurró JiMin sintiéndose completamente intimidado.

—No te pongas celoso, NamJoon, el chico puede tener sus amigos.— apoyó el padre mientras leía el menú, JiMin sonrió forzadamente mientras intentaba no mirar directamente los ojos del Kim con quien se había comprometido.

En su mente había explotado en carcajadas por la palabra “celoso”.

¿La cena? Fue la situación más incómoda por la que ha pasado durante toda su joven vida, nadie hablaba y cuando hablaban era de negocios, donde JiMin claramente no pintaba nada, por lo que se mantuvo callado la mayoría del tiempo.

Cuándo se dio la hora de la despedida JiMin casi salta de alegría, al despedirse tuvo la sonrisa más espléndida de su vida.

Aunque al salir, viendo a todos aquellos camarógrafos, su seguridad se fue por la borda.

—¿Cuánto duraremos aquí?— preguntó JiMin cansado.

—Solo algunos cinco minutos.

Y sorprendentemente así fue, los señores Kim se despidieron, NamJoon y JiMin se dirigieron al auto del mayor.

El camino había sido silencioso, eran más de las 10:00 P.M., JiMin estaba completamente exhausto, por lo que le fue difícil mantener los ojos abiertos durante el trayecto.

Al llegar, NamJoon notó aquello, suspirando y obligándose a sí mismo, tomó a JiMin entre sus brazos y caminó con él hasta su habitación.

Intentó dejarlo lo más despacio posible en la cama, sin embargo NamJoon resbaló, e intentando que JiMin no cayera tan bruscamente en la cama, sus caras quedaron a pocos centímetros.

En ese momento NamJoon se preguntó desde cuando JiMin poseía aquellos labios rosados y carnosos.
Reaccionando ante la situación, se alejó rápidamente, y sin preocuparse de cubrir a Park con una manta por el frío, Kim se retiró a su habitación.

🐣🐨

Disculpen las faltas ortográficas. 💕

-Vccigang