Capítulo 5.

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Aquella mañana Rosé había salido con TaeHyung al cine, sabía que JiMin necesitaba estar solo y ella no quería interferir más en su decisión.

El mayor se encontraba en medio de la sala, al igual que la noche anterior, no se había movido, no había podido dormir y todo lo que se suponía era su dignidad había salido corriendo lejos de él.

Sabía que debía hacerlo, y aquello le dolía demasiado.

Al final se había alistado saliendo de su apartamento con sumo cuidado de qué el señor Kang no lo viera.

Llegó caminando hasta la empresa Kim y sin dudarlo entró, todos lo observaron, comenzaron a murmurar, JiMin se sintió más pequeño de lo común.

—Sabía que vendrías.— una voz áspera lo hizo reaccionar.

—Señor Grosero, ¿por qué todos me miran?— susurró asustado.

—Eres el prometido de Kim NamJoon, ¿quién no iba a mirarte?— dijo revisando unos papales desinteresadamente.

—¡¿Qué?!— el grito hizo que todos se quedaron callados, pero nadie dejó de observarlo.

—Vamos, NamJoon te espera.

HoSeok empezó a caminar serenamente mientras esperaba que JiMin lo siguiera, pero nunca pasó; se giró bufando.

—Camina, enano.

JiMin lo miró como si en su mente lo hubiese incinerado vivo tres veces,  en cambio lo siguió.

Nuevamente el silencio incómodo se había subido con ellos al ascensor, nadie dijo nada hasta llegar a la puerta del CEO.

—Entra, y no me hagas crear otro escándalo como el de ayer, soy un especialista en eso.— entrecerró los ojos y se fue.

JiMin entró sin pensarlo dos veces, sabía que si no lo hacía se arrepentiría de inmediato.

El aroma del alfa le pegó como una cachetada, aquella oficina estaba impregnada de él, Kim NamJoon estaba en la misma posición del día anterior, detrás de su escritorio y con unos papeles entre sus manos.

—Park JiMin.— dijo duramente mientras se levantaba.— Imagino que si estás aquí es porque tu respuesta fue positiva.— empezó a caminar como un depredador hacia él.

—Sí.— logró decir JiMin firmemente manteniéndole la mirada con mucho esfuerzo.

NamJoon sonrió con superioridad.

—¿Cuándo firmáremos?— preguntó el menor pasando su lengua por sus labios en un movimiento rápido.

—¿Firmar qué?

—El contrato.— JiMin observó como el ceño de NamJoon se fruncía, rodó los ojos exasperado.—No aceptaré nada de esto solo porque sí, debe haber un contrato o no hay nada.— no sabía de dónde había sacado tanta seguridad, pero le encantaba.

—No me amenaces.— susurró el contrario gruñendo.—Si quieres que haya un estúpido contrato, lo habrá.

JiMin tragó saliva con dificultad y mordió su labio inferior.

NamJoon se acercó a su escritorio y llamó a HoSeok, quién entró a la oficina segundos después.

—¿Qué sucede?— preguntó el aludido.

—Quiere un contrato.— dijo NamJoon sentándose nuevamente.

—¿Un... Contrato? ¿Para comprometerse?

—Es lo que quiere, solo hazlo.

HoSeok miró a JiMin alzando una ceja y salió de la oficina.

Omega y Alfa se quedaron de pie mirándose tratando de sacar el mas mínimo defecto físico del otro... Cosa que consiguieron, si antes no se caían bien ahora se odiaban, a ninguno de los dos le atraía el aspecto físico del contrario, o por lo menos eso querían creer.

HoSeok entró minutos después encontrándose con una escena bastante graciosa a su parecer.

JiMin observaba a NamJoon desde una esquina de la oficina, y NamJoon hacia lo mismo con el contrario desde su escritorio.

—¿Todo bien?— preguntó el recién llegado intentando no sonreír.

Ninguno de los dos contestó, por lo que HoSeok simplemente dejó el “contrato” en el escritorio de NamJoon y se retiró.

—Exijo ventajas.— JiMin fue el primero en hablar, chocando su mano contra el escritorio, intentando sonar autoritario. Sin embargo, aún no existía la persona que le exigiera algo a Kim NamJoon.

—Creo que es algo que deberíamos tener ambos, ¿no crees, Park?— se levantó de su asiento de forma imperial mientras abotonaba su chaqueta.

JiMin se quedó observándolo como su fuera el depredador más voraz.

—Bien.— el menor tomó las hojas entre sus manos y las leyó cuidadosamente, para que no se le escapara ninguna “letra pequeña”.

Luego de unos cinco minutos, JiMin dejó el contrato en el escritorio y sin decir una palabra más simplemente firmó.

—Lo veo en su mansión, señor Kim.— se dio media vuelta y salió de la oficina, dejando a un confundido NamJoon con el ceño fruncido.

Tomó los papeles en sus manos leyendo qué demonios había puesto HoSeok en aquel infernal contrato.

“El contratado deberá vivir en la propiedad del contratante durante la duración del acuerdo”.

¿Qué diablos era aquello?

—HoSeok, ven a mi oficina, ahora.— habló por el teléfono con aquella voz que indicaba sin rodeos que estabas jodido.

El chico entró al lugar con las piernas temblando, e intentando controlar su carcajada al ver a NamJoon con su mano en el puente de su nariz y los ojos cerrados.

—¿Qué demonios hiciste, Jung HoSeok? ¿Te volviste loco? Dime, ¡¿A caso perdiste la puta razón?!

Afuera los empleados escuchaban los gritos y seguían con sus labores, aquella situación era una rutina que pasaba por etapas, sentían pena por HoSeok, luego les divertía, y al cabo de un tiempo simplemente les daba igual, sin embargo Jung HoSeok jamás se cansaría de ver el rostro enojado de su amigo, reacción normal a sus bromas.

—Oye, tranquilo viejo.

—¡¿Tranquilo?! ¡¿Intentas calmarme luego de que enviaste a un desconocido a mi casa?! ¡Encima es un mugroso engreído!— al decir aquello procuró bajar la voz.

—Tampoco es para tanto, se llevarán bien.— NamJoon miró a su amigo como si en su cabeza lo hubiese matado de mil maneras posibles, y lo había hecho.—Se llevarán normal.— corrigió el castaño levantando las manos.

Definitivamente aquello no era nada bueno.

🐣🐨

_Angie_Vertel_ 💕

-Vccigang

Marry Me | NamMin | (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora