HeeJin se limitó a cerrar la puerta, no quedaba más que pasar su viernes por la tarde con una irrespetuosa niña de guardería pero novia de su mejor amiga y ocho escandalosas chicas más de las que tenía en mente.
Dió la vuelta y se percató de alguien bloqueando su paso.
—¡Hola! Mi nombre es...ah, ah, ah.—y luego de eso estornudó.
—Así que Chuu...que lindo. Yo soy HeeJin y al parecer la anfitriona de todo esto.
—No, yo no...—dijo apenada y con las mejillas enrojecidas.— Mi nombre es Jiwoo, pero tú puedes decirme Chuu, es lindo si proviene de ti.
—Oh, bueno, Chuu, mucho gusto. Pasemos a la sala junto con las demás. — HeeJin se puso incomoda, ¿acaso esa chica pelinegra con semejanza a un pingüino intentaba coquetear con ella? Todo el mundo sabía que HeeJin era hetero, así que eso le sorprendió.
Y la pesadilla para Jeon recién comenzaba al darse cuenta que varias chicas más le lanzaron una mirada coqueta cuando llegó al lado de ellas.
—Bueno...GoWon, ¿no nos vas a presentar a tú nueva novi...— e interrumpió a HeeJin una vez más, comenzaba a volverse la actividad favorita del resto.
—¡HyunJin! ¿Quiénes son todas ellas? No las vas a meter a casa de HeeJin sin que siquiera sepamos sus nombres. — Park ChaeWon no era la indicada para decir eso pero su plan de hacer que HyunJin le diese más tiempo para buscar la manera correcta de contar sobre su novia, dió resultado.
—Cierto, disculpen...
Y así fue como HyunJin presentó una por una a su grupo de fútbol. Comenzó por la más pequeña de todas, YeoJin, quien solamente decidió ir para que YeRim, su mejor amiga, también fuese y pudiese conseguir más amigas que tan sólo ella. Yerim fue la siguiente, quien estaba ahí porque su mejor amiga, YeoJin, prometió comprarle una almohada de cucaracha si algún día Miniso comenzaran a valorar más aquella especie. De ahí siguió Chuu, aquella chica que HeeJin recientemente había conocido y se llevó un mal sabor de boca hasta ese momento en que HyunJin la presentó y automáticamente salió de la boca de Chuu decir que su cumpleaños era el 20 de octubre y estaban todas invitadas a su fiesta de XV años para luego comenzar a cantar 'fiesta, salsa, quinceañera, siente el ritmo, ponte a sonreír' acompañada de YeoJin, esto llamó mucho la atención de HeeJin, quién cumplía sus XV años un día antes que ella y era amante del horóscopo, tanto para pasar de pensar que aquella chica era insoportable hasta creer que era su alma gemela tan sólo por ser del mismo signo. Justo después siguió "Lip" o así fue como Jiwoo pidió que la llamasen luego de que aquella chica jalase de su camiseta y le pidiese que les dijera que la llamaran así después de escucharlas a todas reír porque el nombre de aquella chica tenía parecido al del presidente de Corea del Norte, era bastante tímida para hacerlo por su cuenta pero así como era de tímida también lo era como preciosa, a lo que HeeJin no pudo quitar de su cabeza la imagen de convertirla en su musa para futuros trabajos artísticos que llegase a tener. Después estaba Haseul, quién emitía una vibra maternal saliendo de ella, pálida, con el cabello corto y una sonrisa hermosa, demasiado tierna por ser parte de las mayores del grupo y no pudiendo colocar sus pies en el suelo al estar sentada en una silla un poco más alta que las demás, no mucho para alguien de estatura promedio pero sí demasiado para alguien con la estatura de Haseul. Enseguida presentó a Jinsol, quién tenía su mirada clavada en los gluteos de HyunJin y HeeJin al notar eso intentó llamar su atención prendiendo el televisor mientras subía el volumen en él, lo cual hizo desconcentrarla y a HeeJin poner una sonrisa victoriosa luego de obtener lo que quería, sin esperar ser mal interpretada, tan sólo no le gustaba que alguien viese a su amiga de esa forma. Y ya casi por terminar presentó a Sooyoung, quien HeeJin pudo reconocer instantáneamente pues era aquella chica alta, graciosa y bastante delgada que todos sus compañeros en el club de baile envidiaban, hasta ella, pero no de mala manera, incluso le llegó a pedir varias veces hacer dance covers a su lado mientras se grababan con la cámara de su celular. Por último, casi sonando imposible de que eso pasara puesto que parecía un cuento sin fin, había llegado el turno de KaHei, una estudiante extranjera que no dejaba de sonreírle a Haseul, su ahora maestra en el idioma.