CHOERRY POV
Olivia tenía sus pequeñas manos en mis mejillas, jugando con besarnos desde hace un buen rato. No sé en qué punto llegamos a esto, lo único que sabía es que estábamos suficientemente ebrias para no saber nada.
—YeRim. — Susurró ella a mis labios.
—¿Mmh?
—Bésame.
Me separé de golpe, inmediatamente. Todo este tiempo pensaba que estábamos jugando inocentemente, jamás creí que esta chica que acabo de conocer hace unos minutos estuviese pensando seriamente en besarme y serle infiel a su novia. Mejor dicho, jamás creí que yo estaría de esta forma con alguien que no fuese mi pequeña mejor amiga, que por cierto, desde que Olivia me impidió ir hacía ella, no había dejado de pensarle. Hubiese parecido como que todo el alcohol salió de mi organismo y me encontraba recordando todo nuevamente.
—¿Que ocurre?— Me preguntó ella con una expresión de confusión.
—Creo que me gusta YeoJin.
Me levanté del lugar y me dirigí directamente hacía la habitación de HeeJin donde aún estaban aquellas dos chicas. Ni siquiera sabiendo lo que hacía, pero tampoco podía detenerme.
Abrí un poco aquella puerta una vez estando frente a ella. Tan ligeramente para no despertar a YeoJin en caso de que estuviese dormida, cada vez que lloraba, lo hacía con tanta fuerza que no tenía más energía para seguir despierta. Pero me sorprendí que no lo estuviera ni que GoWon ni ella se dieran cuenta que estaba justo ahí.
—Hay más murciélagos en las cuevas, cariño. No tienes que aferrarte a uno. — escuché decir a ChaeWon mientras le hacía cariñitos a YeoJin en el cabello.
Honestamente, no me sorprendía estar escuchando tal cosa, aunque raro fuese, YeoJin tenía un crush a quien nombraba "murciélago", nadie, ni siquiera yo que soy su mejor amiga, sabíamos el por qué ni quién era. Aunque eso sí, le contaba a todo el mundo con entusiasmo y alegría sobre él, me daba mucha ternura ver a mi pequeña con los ojitos brillosos...y pensando en eso, los míos se apagaron al saber que ella tenía ya a alguien más, que nunca podría hacer brillar sus ojos como aquella persona lo hacía. Estaba a punto de salir, no quería seguir escuchando pero algo me hizo quedarme.
—No comprendes, GoWon. No quiero otros murciélagos porque sólo me gusta uno y esa es YeRim. — ¿Qué? ¿Acaso había escuchado bien? Debí haber tomado demasiado. — Mi Choi YeRim. — Okay probablemente si se tratase de mi.
—Eres YeRim, ¿cierto? — Escuché una voz detrás de mi decir aquello en un tono alto. Demasiado para que YeoJin y GoWon se volteasen hacía donde me encontraba y se dieran cuenta de mi presencia.
—Sí. — Dije con una expresión seria a HeeJin quién se encontraba con su camisa mal acomodada, un botón desabrochado y marca de labial en su cuello.
—¿Me darías permiso de entrar? Aunque se supone no debería pedírtelo ya que es mi casa y mi habitación pero supongo que eso se dice por educación.
—¡HeeJin! — Salió gritando una GoWon detrás de mi tomando el brazo de su amiga. —Cariño, estás hecha un desastre. Vamos a limpiarte.—Luego de eso, jaló a HeeJin hacía otro lugar lejos de ahí.
Se fueron, así como yo lo iba a hacer si no fuese por una YeoJin parada delante de mi y deteniendo la puerta de la habitación de HeeJin.
—¿Quieres pasar? — Decía ella con la cabeza mirando a sus pies mientras unía sus ambos dedos indices tal chica de anime apenada.
—Claro.
Ambas nos sentamos al lado de la otra en la cama de HeeJin.
—¿Qué tanto escuchaste?
—No mucho.
—YeRim, quiero decirte que eso que escuchaste...
—Me gustas. —Le dije antes de que se retractase y rompiese mi corazón.
Tan sólo sonrió, con aquellos mismos ojitos con magia, tal magia que irradiaba cuando hablaba de aquel "murciélago" quien ahora tenía nombre y apellido, el mío. Tomó una de sus manos y la colocó sobre mi mejilla acariciandola lentamente y con la otra, tomando una de mis manos para unir nuestros dedos, acariciando mi pulgar. Fue ahí cuando lo hizo, después de tanto tiempo queriendo que mi primer beso fuese con ella, pasó, Im YeoJin estaba besando mis labios y era la sensación más hermosa de todas.
Ninguna de las dos habíamos besado a alguien antes, era el primer beso de ambas y antes de ello estaba demasiado nerviosa para tan siquiera pensarlo. Todas mis amigas con las que había hablado me contaban sobre sus horribles experiencias con su primer beso, algunos robados, otros asquerosos. El mío, se sintió como viajar al cielo sin un boleto de regreso, pisando con tus pies completamente desnudos aquellas nubes que se asimilaban a algodones de azúcar, y aunque no lo fuesen, no dudaría que supiesen igual de dulce que uno. El mío fue completamente especial, me di cuenta que no importaba el lugar donde lo dieses, no importaba si fuese un 14 de febrero o un viernes 13, no importaba la experiencia de ambas personas, sólo importaba con quién lo dabas, y para mi, Im YeoJin era la persona más importante y especial de todas.
YeoJin terminó por separar sus labios de los míos luego de un buen rato.
—Y ahora, ¿qué somos o qué seremos?
—Podemos ser todo lo que deseamos, tan sólo -_tomé la suficiente valentía y me atreví a decirlo— no me llames murciélago, son realmente feos.
—Por Dios, Choi, tienes una cucaracha de mascota.
—¡No te metas con Enrique! ¡Ahora es tú hijo también!
Ambas reímos, pero creo que YeoJin un poco más porque luego de eso mencionó querer ir al baño.