Amor en cuarentena ✧Taegi/Yoontae✧

Día 4 pt 2

Taehyung también entró a su casa, confundido por la actitud tan nerviosa de su vecino, pero a diferencia de Yoongi, él entró para dirigirse a la salida y tocar el timbre del apartamento de su vecino.

Yoongi abrió, aún con el ceño fruncido, pero era más por la confusión de sentimientos que tenía en su cabeza y corazón que porque le molestará la visita.— ¿Que quieres?— cuestionó.

— ¿Te enojaste? Era solo una broma...— respondió Taehyung con su característica sonrisa.

— No me enojé.— se cruzó de brazos el chico pálido.

— pues pareces enojado...— replicó el moreno.

— No lo estoy.— se giró en sí para entrar a su casa, sin cerrar la puerta a su vecino, pero sin invitarlo a pasar, así que Taehyung solo hizo lo que se le dio la gana, y eso fue entrar a la casa de su vecino como si fuera la suya, cerrando la puerta detrás y siguiendo a Yoongi hasta el sillón frente a la TV. Se sentó observando el lugar, fijándose en las claras similitudes con su apartamento, podía decir que ya conocía todo su hogar pues era la misma estructura que el suyo. Se sentó en el sillón junto a Yoongi.

— sigo creyendo que estás enojado.— confesó a su lado el menor.

— ¿Quien te dejo entrar a mi apartamento?— Preguntó Yoongi, aún con la misma actitud, sin mirarlo, pues era su única forma de evitar que su corazón se volviera loco ante la presencia de su vecino. Pero al girar un poco su rostro pudo ver como Taehyung estaba totalmente avergonzado sin saber que decir, y sintió pena por tratarlo así, solo estaba siendo amable con él y él lo rechazaba.

— L-lo siento y...— el menor comenzó a decir pero fue interrumpido.

— tranquilo, puedes quedarte no molestas.— se arrepintió de haber tratado así al chico a su lado.— perdón por ser así... No suelo hablar con muchas personas.— Yoongi era ese tipo de persona que solo hablaba con sus cercanos, y no era muy bueno en las charlas triviales, lo de él eran las conversaciones profundas sobre existencialismo, problemas amorosos, ciencia, universo, misterios, política, y muchas cosas más, pero no era muy bueno para tratar a las personas, y menos si esa persona era el chico que lo hacía dudar de sus sentimientos.

— está bien, no debes disculparte... Yo soy el que molestaba.— también se disculpó Taehyung, solo haciendo sentir al pálido más culpable.

— no,no,no— se apresuró a decir Yoongi, moviendo la cabeza.— en serio, no molestas, yo soy el que tengo un temperamento díficil de controlar...— admitió. Taehyung sonrió ante el comentario de su vecino, sabiendo que esto causaba algo en él que lo hacía estar menos gruñón.

Y también sabía que su sonrisa lo hacía sentir más susceptible a cualquier cosa que pidiera.—¿Puedo pedirte un favor?— termino diciendo. Quería pedir algo grande que venía rondando su mente desde temprano, pero no tenía el valor de preguntar, pues tal vez Yoongi volvería a molestarse o lo tacharia de raro.

—¿Cual?— el mayor lo miró extrañado, queriendo saber que se traía entre manos, pero era imposible de imaginar.

— bueno pues... Verás, yo soy alguien realmente social, no me gusta mucho estar solo, porque luego de un tiempo me deprimo y esto de la cuarentena está siendo realmente díficil para mí a pesar de que el intentado distraerme...— se sinceró el moreno, pero Yoongi aún no entendía a que quería llegar.

— Kim Taehyung, ve al grano ¿Ok?— pidió impaciente el chico de piel de azúcar.

— bien y-yo...— comenzó a ponerse tímido.— me preguntaba si me dejarias quedarmeavivircontigo.— lo último lo hablo de manera tan veloz que a Yoongi le costó descifrarlo, pero pudo, y su expresión no tenía precio.

— No.— se negó rotundamente pues se conocía a si mismo, y sabía que sí el se quedaba en su casa lo terminaría flechando por completo, y le daba miedo enamorarse de él, aunque supiera que ya estaba en camino para eso.

Pero por razones del destino, y un par de hamburguesas negociadas, ahora eran las 3 a.m. y Yoongi no podía dormir. Los nervios de tener a Taehyung abrazado a sí como una sanguijuela le dificultaba el sueño, y solo podía tener su monólogo interno, cuestionandose a si mismo porque se siente tan cómodo de esta manera, con su vecino casi amarrado a su cintura y su cabeza apoyada en el hombro de él,  en posición de cucharita. Su corazón, que parecía llevar el ritmo de una batería en una canción de heavy metal, era el único impedimento para poder disfrutar totalmente el momento, hasta que poco a poco se fue acostumbrando a la idea, e inconcientemente, apoyo sus manos en las manos de Taehyung, quien dormía plácidamente, y sus suspiros en el oído del pálido fueron canciones de cuna que lo ayudaron a caer en los brazos de Morfeo.