Día 3

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Debido a que el día anterior estuvo toda la tarde bailando canciones pop y K-pop con su vecino, cosa que no acostumbraba hacer, despertó con un poco de dolor muscular, pero no sentía arrepentimiento, pues se llevó por recompensa una deliciosa hamburguesa, y si quería ser incluso más optimista, también ganó horas de tiempo de calidad con su vecino, aunque siendo honestos ¿Quién querría eso? Bueno, al menos Yoongi no quería antes de conocerlo, ¿pero ahora? No sabe nada de lo que siente hacía él.

¿Cómo debería sentirse cada vez que lo empieza a mirar hasta perderse en sus detalles? Porque es el tercer día  de cuarentena y ya cree que se está volviendo loco de todas las veces que se quedó pegado en los ojitos brillantes y profundos del menor, en su sonrisa cuadrada y en su forma tan peculiar de actuar. Incluso lo encontraba tierno, y el no solía pensar tales cosas de la gente.

Se quejó con esos pensamientos mientras daba una vuelta en su cama antes de despertar completamente y sentarse en ella.— agh Kim Taehyung, ¿Acaso esa hamburguesa era un amarre?— pensó en voz alta. Para luego levantarse y hacer su rutina mañanera.

A diferencia del día anterior se había levantado a una regularmente correcta, cerca de las 10 en punto ya estaba nuevamente sentado en el balcón, con una taza de café y un sándwich de queso y jamón, quizás también llevaba consigo unas ganas locas de encontrase con su vecino, solo quizás, porque el no tenía idea de lo que le hacía hacer el subconsciente. Aunque más que claro estaba que sí quería encontrarselo, ya que si no fuese así, hubiese tomado su desayuno en la comodidad de su hogar.

Yoongi culpaba a la soledad de todo esto. El aislamiento social le hacía querer ver a su vecino, sí, eso tenía que ser definitivamente. Ese mismo aislamiento le hacía ver el atractivo a sentarse sin hacer nada, con la compañía de las nubes y el sol, debajo de el cielo. Pero como las nubes, el sol, y el cielo no hablaban y no causaban nada más en el luego de unos minutos de observarlas, seguía esperando la llegada del salvador de su aburrimiento, llamado Kim Taehyung.

Pero no tenía tanta paciencia. Se levantó de su asiento en el balcón y entró a su casa, volviendo a salir al rato después con un palo selfie que alargó lo más posible para que esté chocará con la puerta/ventana del balcón de su vecino. Sí, eso era más fácil que llamar a su puerta, porque no quería salir de su apartamento.

Tocó como unas diez veces y la puerta/ventana se abrió, pero para su sorpresa no salió Taehyung, sino que aquella chica que los atendió el otro día, Hyemun.

— ¿Yoongi?— preguntó la chica.— ¿Buscas a Taehyung? Está en el baño...— apunto hacia adentro, mientras Yoongi aún no se lo podía creer.

¿Su vecino la invito a su casa? ¿Por qué a ella? Se preguntaba, y también no entendía porque se sentía de esa forma. ¿Estaba decepcionado? Un poco, pues pensó que Taehyung lo invitaría a él a su casa antes que a esa chica de la recepción.

De pronto se escuchó como Taehyung también salía al balcón, con una sonrisa en su rostro.— ¡Hola! — saludo, con su típica sonrisa.

— Hola...— respondió Yoongi sin ganas, y evitó su mirada. No entendía porque estaba actuando de esa manera.

— ¿No quieres venir? Hyemun vino a jugar UNO conmigo, te estábamos a punto de invitar.— soltó Taehyung, acercándose al barandal.

— claro...— volvió a responder sin ganas.— voy de inmediato.— dijo entrando a su apartamento. De verdad no tenía idea porque actuaba así, solo sabía que tenía la necesidad de no dejar a solas a Taehyung con esa chica que le había coqueteado hace días, así que se alistó lo más que pudo en menos de dos minutos y salió de su apartamento a tocar la puerta del de al lado.

El pálido estaba allí, nervioso apretó sus manos delante de la puerta de su vecino, y tocó el timbre. No sabía porque le pasaba esto. Desde ayer y en la mañana se sentía totalmente ajeno a si mismo, y nunca antes había sentido algo parecido.

— ¡Yoongi!— exclamó el moreno como si no supiera que iba a llegar, y lo dejo pasar a su apartamento, donde hyemun ya estaba sentada en el suelo, con almohadas, repartiendo cartas.

Y así pasó su día, ya que hyemun tenía el día libre y vivía en el apartamento durante la cuarentena, se quedó durante el almuerzo y la cena. Sé la pasaron riéndose entre sí, contando anécdotas y conociéndose. Parecía todo bonito, pero por dentro Yoongi era un revoltijo de todo. ¿Como podía ser que cada nuevo detalle que conocía de su vecino se le hacía perfecto? Ni siquiera eso, incluso sus imperfecciones le parecían tiernas. ¿Por qué se sentía así? Como si fuego le corriera por el estómago si hyemun se acercaba demasiado o era demasiado coqueta con Taehyung, y como si ese mismo fuego le recorriera las mejillas cada vez que el tenía la oportunidad de acercarse a su vecino. No lo entendía, y no tenía intención de entenderlo, simplemente le aterraba la idea de lo que creía que le estaba pasando.

Amor en cuarentena ✧Taegi/Yoontae✧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora