Cap. 3 Las 2 caras de una moneda.

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Estudio de Kenny

- ¿Por qué me dices esto ahora? Sabes perfectamente que cualquier descripción debe ser dada a las autoridades. ¿A qué demonios juegas Levi?- Dijo Kenny con tono seco mientras encendía un cigarro observando a su sobrino parado frente al escritorio.

Levi torció los labios en una mueca de molestia. – La descripción es la misma que puede dar cualquiera de los invitados, todos lo vieron, cabello castaño y largo, complexión delgada, y completamente cubierto. Pero yo pude escuchar su voz, además solo te estoy avisando no pidiendo permiso; lo atrapare yo mismo. Tras aquello Levi le dio la espalda a su tío para dirigirse a la puerta.

- Viste su cara... ¿cierto?- Exclamo el mayor casi con aburrimiento mientras soltaba una bocanada de humo.

- Eso no importa... lo atrapare y recuperare el estuche, de todas formas no podrá vender nada ahora que la noticia se ha esparcido.- Respondió Levi con la mano en el pomo de la puerta.

- Debió ser un golpe para tu orgullo que se escapara, ¿paso algo más durante su huida? No me digas que te gano un enfrentamiento uno a uno...- Agrego Kenny con un toque de burla en su voz.

- No parece importarte la fortuna que te robaron...- Contesto Levi apretando el pomo metálico.

Kenny apago el cigarro sobre un cenicero de blanco granito frente a él. – Hay más piedras de donde salieron esas, además tú lo dijiste; en las manos del ladrón son inútiles, nadie comprara piedras preciosas sabiendo que podrían ser mías... como sea también puse a mis hombres a buscar. Si quieres jugar al detective hazlo no me importa, solo no me causes problemas dejándote ver por los barrios bajos, arruinaras nuestra imagen.-

Levi no dijo más y abrió la puerta sin embargo la voz de su tío lo llamo nuevamente. – Mañana tienes que ir a ver a tu prometida, Tú y tu madre tomaran el té en la casa de su familia; no te atrevas a faltar.-

Levi miro a su tío con su normal expresión de molestia sin contestar nada prosiguiendo a cerrar la puerta detrás de él y avanzar por el largo pasillo.

- Tomar el té... no necesito ir a ningún lado para tomar té.- Se quejó el pelinegro mientras sacaba de la bolsa interna de su saco los goggles. – Ahora... ¿En qué sucio escondrijo estas?... ladrona.-

- o- Barrios bajos de la ciudad -o-

- ¡No! Tú te quedaras aquí Hanji. El vio tu rostro no podemos arriesgarnos.- Sentencio Moblit con molestia.

- Moblit tiene razón, es peligroso además solo llevaremos estas piezas con nuestro comprador de confianza, obtendremos dinero y regresaremos con lo necesario para permanecer ocultos hasta que se calme todo.-  Agrego Abel.

Hanji los miro con aquella expresión seria que tenían sus ojos tras los lentes, tomando una bufanda ancha que reposaba sobre una silla, para proceder a colocarla sobre su cabeza enrollando en el cuello a su vez cubriendo su boca y nariz.

- Con la temperatura actual cualquiera va con el rostro casi cubierto, nadie me reconocerá, además no me voy a quedar aquí encerrada.- Contesto Hanji.

Moblit y Abel se miraron con preocupación pero ya sabían que aun que quisieran detenerla no podrían, Hanji saldría con su aprobación o sin ella, después de todo era la cabeza de ese grupo.

- Ya está, Nifa y Keiji se quedaran aquí y nosotros iremos al centro.- Agrego la castaña al ver la expresión de resignación de sus amigos encaminándose a la puerta.

Un par de horas más tarde, centro de la ciudad zona de alto estatus.

Aquel establecimiento era amplio decorado con indumentaria de latón, amplias ventanas con cortinas de tela pesada color oliva acompañadas de un complemento de tergal blanco semi transparente como el encaje. Mobiliario café claro y sillas de cuero negro, aquel elegante lugar pertenecía a un hombre joven, alto y rubio dueño de una empresa de compraventa de metales y piedras preciosas.

Suciamente Irónico.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora