**Cuando se romper tu corazón en mil pedazos, alguien puede llegar a reconstruirlos? Es lo que se preguntaba Jimin hincado y pálido, cuando recogía un marco hecho trizas.
Había pasado un mes y trataba de llamarle a Jimin todas las noches... pero... en ocasiones era tan difícil, llegaba tan cansado; era un poco estresante pero tenía que encontrar la forma de enmendarlo. Suspirando seguí checando las facturas que tenía en las manos, teníamos un lío con la entrega de las cerámicas para el piso y no me lo hacía más fácil la dueña de la casa, que exigía que fuera el modelo que ellos habían elegido. Sonó mi teléfono y sin mirar quien era conteste. -Que?- mi voz salió casi en un grito irritado -Creo que te llame en un mal momento- Di un brinco al reconocer la voz del otro lado, casi me golpeó- es que... bueno no importa... luego hablamos... -No, no, pequeño- dije antes de que me pudiera colgar, ya acomodando mi voz lo más que pude- perdón, no vi que eres tú, mi teléfono se reinicio y no pude poner tu timbre de nuevo... lo siento, no te quise hablar de esa forma, cómo estás bebé? -Extrañándote- pude imaginar cómo al decirlo tenía un pequeño puchero en su rostro, lo que me hizo sonreír- solo quería ver si estabas bien...- se quedó callado un momento antes de seguir- es que llevamos casi ocho días sin hablar y yo... -Pequeño...- me mordí la lengua por lo mentiroso que había sido hace un mes- se que te prometí llamar cada día y no lo he cumplido, no se cómo pedirte perdón por eso, se que te he dejado de lado, pero aquí las cosas se han complicado, he salido muy tarde de la oficina y cuando llego a casa no es una buena hora para llamarte o me quedo dormido... -Te entiendo- me corto mi discurso- se que estás trabajando mucho, me lo advertiste antes de irte- suspiro y su voz comenzó a hacerse más... débil?- solo quería saber que estabas bien, me alegra saber que lo estás, come bien por favor. No me dijo nada más y me corto la llamada... que demonios pasaba? Solo me faltaba esto, que hice mal?? No estaba del mejor humor y cuando eso pasaba tampoco pensaba muy bien, era más bien era... impulsivo. -Bueno- pude escuchar su voz quebrada en cuanto respondió la llamada. -Basta Jimin!!! - escuchar su voz así me hizo sentir más frutado de lo que estaba- Si digo que estoy trabajando, lo estoy, si digo que no tengo tiempo, es por que aunque te resulte difícil creerlo, no lo tengo- me levante de mi asiento y fui a cerrar la puerta de la oficina de un portazo mientras veía a los trabajadores frente a mi- SIGAN TRABAJANDO!!!- saque el aire sin poder detenerme- si digo que me quede dormido, es eso, me quede dormido... MALDICIÓN JIMIN, YO NO SOY TAEMIN, NO SOY ESE BASTARDO QUE TE DABA MILES DE EXCUSAS PARA IRSE CON SU AMANTE...- sin darme cuenta termine gritándole a mi pequeño, que no hacía ningún ruido del otro lado del aparato. -Te creo- solo dijo eso, con una voz ya más calmada, después de un silencio de parte de los dos que me pareció años, Jimin fue el que continuó- ve a trabajar, pero de verdad no olvides comer y cuidarte mucho... te... te quiero- No colgó se quedó aún en la línea y con forme termino de hablar me di cuenta de lo que había hecho. -Pequeño... perdóname- No sabía cómo remediar lo que había dicho, así que suspire rendido, tratando de remediar mi error- perdóname bebé, es solo que... odio escucharte mal, no quiero que llores o pienses tonterías... yo, no soy él. -Es difícil...- escuchaba cómo suspiraba, así que no lo apresuré, me quede solo esperando a que hable, si lo quería hacer- tienes razón, una parte de mi piensa que son excusas, qué tal vez te aburriste o simplemente se acabo el enamoramiento. -Jimin, no pienses eso, si pasara alguna de las dos, mínimo iría a verte, te daría la cara, no te daría largas- me senté y volteé a ver todos los papeles que había tirado en mi arrebato de furia- Si no he cumplido la promesa de llamarte todos los días, por lo menos créeme que si llega a pasar algo te prometo que te lo dire a la cara- escuché cómo abrían la puerta y volteé a ver a la persona que iba entrando con cara de malos amigos. -Que demonios te pasa? Te volviste loco?- me grito mi hermano mientras se ponía frente a mi. -Pequeño, hablamos luego- solo dije eso mientras apuntaba mi celular para que Nam no dijera nada más -Te quiero, salúdame a tu hermano, luego hablamos. -Yo también te quiero bebé- ví el teléfono por un segundo y suspire esperando que de verdad me perdonara ese arrebato. Me erguí y espere el regaño de mi jefe que estaba con los puños cerrados. -Que te pasa?- hablo de nuevo un poco más contenido- Jin me acaba de llamar histérico, preguntándome que le habías hecho a Jimin... que era un mar de lagrimas- me enseñó su celular y seguí iluminándose por los mensajes que entraban uno tras otro- me colgó sin darme si quiera tiempo de reaccionar y a los pocos minutos me mando mensajes de que gritabas como loco en la llamada que le hiciste a Jimin después- volvió a enseñarme el aparato-me va a matar por tu culpa- subió un dedo para seguir su monólogo- solo te digo JungKook, si Jin me deja de hablar por tu culpa, tú vida no será la misma, por que después de que Jinie te mate, me toca torturarte por mucho tiempo. -Jinie?- era la duda más grande que tenía de todo ese sermón que había escuchado- le llamaste Jinie? Nam que está pasando? Y eso de que... hablan? Mi hermano no respondió ninguna de mis preguntas, solo se puso rojo como jitomate y salió de la oficina; claro que no lo dejaría en paz así que corrí tras él, nuestros trabajadores vieron cómo su jefe corría para escapar de mi y se quedaron inmóviles, él se detuvo un momento y los volteó a ver. -Pónganse a trabajar!!!- despues de lo dicho, corrio al estacionamiento. Pobres chicos, hoy no había sido su día... primero les gritonee yo y para terminar Nam también lo hizo; cuando llegamos a su auto, lo tome del hombro. -Dime qué pasa- hice que se volteara e hice mi mejor cara de cachorro que pude- soy tu hermano... me dirás? -Jin me va a matar- dijo derrotado- vamos a comer- se volteó a ver a nuestro residente de obra y lo llamo, cuando llegó hasta nosotros, sacó su tarjeta que ocupaba para el trabajo- llama al restaurante que les gusta a los chicos, encarga lo de siempre. El chico corrió de nuevo al interior de nuestra oficina improvisada, mientras nosotros comenzábamos a salir de la casa de nuestro cliente; cuando llegamos aquel restaurante en el que le confesé lo que sentía por Jimin un día lluvioso, Nam se detuvo y llevó a su interior, al estar sentados uno enfrente del otro, espere a que ordenara y estuviera listo para comenzar a hablar.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Espero les guste el capituló... gracias a cada una de ustedes por darse el tiempo de leer esta pequeña historia. Me alegra mucho cada uno de sus votos y sus comentarios, muchas gracias 😊 Por favor en estos tiempos cuídense mucho. 🐣